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Viernes, 22 noviembre 2024
Argentina
12 de mayo de 2024
APAGÓN EN PUERTA

Reactores y centrales en la mira

Argentina cuenta con tres centrales nucleares, dos de ellas operan en territorio bonaerense. Una vez más, la parálisis de la obra pública y el desmantelamiento golpean de lleno a la Provincia.

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El Centro Nuclear Atucha, ubicado sobre el margen derecho del río Paraná de las Palmas en la localidad de Lima (Zárate) ,alberga dos centrales nucleares (Atucha I y Atucha II) y un reactor modular pequeño (Carem). Este complejo representa un hito en el desarrollo tecnológico y científico de Argentina, tanto por su contribución significativa a la generación de energía como en el avance en la investigación nuclear.

Estas instalaciones, siendo Atucha el primer reactor nuclear de Latinoamérica, destacan no solo por su capacidad de alimentación energética sino también por ser un centro de innovación y desarrollo en el ámbito nuclear. Este complejo tiene un rol sustancial en la producción de energía eléctrica del país, a su vez ofrece los servicios de Medicina Nuclear y Radioterapia para la realización de estudios de diagnóstico y tratamiento.

Reactores y centrales en la mira

Principales características:

El complejo nuclear Atucha incluye, principalmente, dos reactores operativos: Atucha I y Atucha II (más Atucha III que se encuentra en construcción). Ambos reactores tienen una capacidad significativa de producción y abastecimiento de energía eléctrica.
 
De acuerdo al sitio oficial, Atucha I cuenta con una potencia eléctrica bruta de 362 megavatios eléctricos, superior a la potencia de diseño de 319 megavatios eléctricos. A su vez, el tipo de reactor es PHWR, esto significa que utiliza agua pesada como fluido principal y moderador, y uranio levemente enriquecido (ULE) al 0,85% como combustible.

Además, todos los sistemas de seguridad de la planta fueron actualizados y cumplen con las exigencias locales e internacionales. Desde 2008 a la fecha, Nucleoeléctrica se encuentra ejecutando el Proyecto de Extensión de Vida de Atucha I, cuya finalización permitirá ampliar su operación por 20 años adicionales a plena potencia.

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Por su parte, Atucha II supera los 745 MWe de potencia eléctrica y utiliza agua pesada como refrigerante y moderador lo que permite la utilización de uranio natural como combustible, siendo posible la recarga del mismo mientras la central opera a plena potencia, lo que permite lograr un bajo costo de operación.

Solo Atucha II genera energía para 1,5 millones de personas, entre consumo hogareño e industrial. Según la consultora Economía y Energía, en mayo de 2023 la energía nuclear aportó un 6% a la matriz energética del país, el equivalente al consumo de, por ejemplo, Tucuman. Una de las ventajas de la energía nuclear es que no emite gas de efecto invernadero, y genera baja intensidad de residuos. Además es una energía “de base”, que le da estabilidad al sistema.

Por su parte, el Carem es un emblema del desarrollo y la capacidad científica del país. Es el primer reactor nuclear de potencia íntegramente diseñado y construido en la Argentina, perfilándose a su vez como uno de los líderes mundiales en el segmento de reactores modulares de baja y media potencia (SMR, por sus siglas en inglés).

Esta clase de reactores tienen una gran proyección para el abastecimiento eléctrico de zonas alejadas de los grandes centros urbanos o de polos fabriles e industriales con alto consumo de energía (incluyendo la capacidad de alimentar plantas de desalinización de agua de mar).

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Como señalan los especialistas, este tipo de reactores despierta enorme interés a nivel global, porque su menor tamaño permite costos de capital y tiempos de construcción mucho menores a los de los reactores tradicionales. Actualmente países como China, Rusia, Estados Unidos y Francia están en la carrera tecnológica para desarrollarlos.

El prototipo también será parte del complejo nuclear en Lima, provincia de Buenos Aires. El edificio que lo contendrá comprende una superficie de 18.500 m2, de los cuales alrededor de 14.000 m2 corresponden al llamado “módulo nuclear”, el sector que incluye la contención del reactor, la sala de control y todos los sistemas de seguridad y de operación de la central. La obra civil comenzó el 8 de febrero de 2014, momento desde el cual el CAREM se ha constituido como el primer SMR del mundo en estar oficialmente en construcción.

Esta primera versión de los reactores tipo CAREM será capaz de generar 32 megavatios eléctricos. En paralelo al desarrollo del prototipo, la CNEA avanza en el diseño conceptual del que será el módulo comercial del CAREM, el cual tendrá una potencia mayor (de entre 100 y 120 MWe), y sería la base de una central multi-reactor que permitirá alcanzar costos muy competitivos para el mercado internacional.

El impacto de la gestión Milei

Sin embargo, las centrales nucleares Atucha 1 y 2, junto al Carem, no han logrado esquivar la aplanadora del Estado que es la gestión libertaria. Al igual que en otras áreas, el recorte de fondos empuja al sector nuclear a una situación crítica en la que, como advirtió la Comisión Nacional de Energía Atómica, sólo podrían operar hasta junio. 

En su comunicado, la CNEA advirtió que se encuentra en una situación presupuestaria critíca y que sus grandes proyectos de energía nuclear corren riesgo de ser paralizados.

Del presupuesto total de casi $100.000 millones (unos u$s114 millones ), la cuota asignada para el primer trimestre del año sin contabilizar sueldos equivale a $26.337 millones, que la CNEA todavía no pudo cobrar en su totalidad. La CNEA explicó que al prorrogarse este año el presupuesto del 2023, no se tuvo en cuenta la inflación interanual, por lo que el monto sólo alcanzaría para cubrir los gastos hasta fines de mayo o principios de junio.



Como la CNEA aún no ha recibido las transferencias para hacer el pago a sus proveedores y contratistas, firmas como Nucleoeléctrica Argentina S.A. y el INVAP interrumpieron varios de los frentes de construcción de distintos proyectos nucleares, como el CAREM o el Reactor Argentino RA-10 (Ezeiza), lo que podría derivar en parálisis total.

Otra de las consecuencias del desmantelamiento son el tendal de despedidos, a la fecha se contabilizan alrededor de 70 trabajadores (de los 160 que recibieron los telegramas) desafectados de sus tareas. Si bien intervino el Ministerio de Trabajo de la Provincia,  dictando una conciliación obligatoria provincial, el gobierno nacional hizo caso omiso y decidió finalizar el contrato de los 70 obreros. 

Desde la Uocra advierten que otros 500 trabajadores podrían ser desligados de las obras, con lo cual la cifra de despedidos rondaría los 570 obreros en total, lo que siginificaría la suspensión total de la construcción del Carem.

En diálogo con La Tecla, Ana Julia Aneise, economista (con un magíster en Economía y Derecho del Cambio Climático) e investigadora de Fundar, explica las capacidades y el impacto del parate en las obras del Centro Nuclear Atucha. 

Reactores y centrales en la mira

¿Qué importancia tienen las centrales nucleares Atucha I y II? 

-La energía nuclear representa el 6% de la generación de electricidad en Argentina, y provee energía de “base” (es decir, constante y predecible), baja en emisiones y segura a todo el país. Esto no es trivial: en el marco de la transición energética, buscamos incorporar fuentes que no emitan gases de efecto invernadero como la eólica, solar e hidroeléctrica. Pero, a diferencia de las fuentes  eólica y solar, que son intermitentes porque solo funcionan cuando brilla el sol o sopla el viento, la energía nuclear tiene a favor que además de ser limpia, entrega energía de manera estable.

La generación eléctrica de las tres centrales nucleares, y todo el conglomerado nuclear que las rodea, son producto de más de 70 años de apoyo ininterrumpido por parte de la sociedad al sector: para generar capacidades, investigar, desarrollar la tecnología y formar profesionales especializados. Gracias a ello, es un sector maduro, sólidamente establecido y generador neto de riqueza. Y que representa ese potencial tecnológico de nuestro país.

Luego de semejante apuesta, las capacidades nucleares construidas son una gran oportunidad: hoy estamos viviendo a nivel internacional un renacer de la industria nuclear, lo que abre la oportunidad de pensar estratégicamente cómo fortalecer al sector para impulsar el desarrollo del país y exportar tecnología. Como en todo el mundo, esto no es algo que sucede de manera  automática, si no en base a estrategias nacionales operativizadas a través de políticas públicas que se mantienen en el tiempo y a través de diferentes administraciones. Si bien hay mucho para corregir y mejorar en la estrategia de Argentina respecto a sus capacidades nucleares, sería un desperdicio no aprovechar lo ya construído, producto de una inversión de tantas décadas.

¿Qué objetivos tiene el Gobierno con el parate de las centrales y del Carem?¿Hay posibilidad de privatización?¿Hay sectores que se benefician directamente?

-El problema es más bien el no objetivo: no hay criterio alguno detrás de los recortes presupuestarios, es simplemente hacer lo que sea por reducir el déficit, sin pensar en los costos que ello implica en el corto, mediano y largo plazo. Lo vemos en el recorte al sistema de ciencia y tecnología, a las universidades, en el no pago a las centrales generadoras de energía, cuestiones nodales para el desarrollo de nuestro país y para la atracción de inversiones. No hay evaluación alguna, es un recorte indiscriminado que destruye cosas que después son muy difíciles de reconstruir.

El sector nuclear en Argentina está conformado por gente muy valiosa, científicos y especialistas de primer nivel, que pudiendo insertarse laboralmente en el exterior por remuneraciones mucho mayores, eligen apostar al desarrollo tecnológico e industrial de nuestro país. El ninguneo sistemático a estos profesionales no hace más que socavar nuestras propias posibilidades de desarrollo como país en el futuro. 

Las tres centrales nucleares argentinas dependen de la empresa pública Nucleoeléctrica Argentina (NA-SA), sociedad anónima 100% del Estado nacional. En la Ley Bases se plantea la posibilidad de privatizar parcialmente, aunque manteniendo la mayoría accionaria estatal. Esta empresa viene operando las centrales de manera exitosa: sin incidentes destacables en términos de seguridad, y un nivel de generación energética en línea con los estándares internacionales. Prueba de sus capacidades es que ha realizado tareas de altísima complejidad técnica, como finalizar la construcción de la central Atucha II en 2014 o realizar la extensión de vida de la central de Embalse en Córdoba (2016-2018). Una privatización que tenga el mero objetivo de “hacer caja” corre el riesgo de debilitar las capacidades de la empresa.

Desfinanciar el proyecto (Carem) sin ningún tipo de planificación es, de nuevo, tirar a la basura años de apoyo de todos los argentinos. Nuestro país no está en la frontera tecnológica en muchos sectores, dejar pasar esta oportunidad y simplemente dejar caer el Carem, sería un enorme error que, además de grave, es irreversible. 

¿En qué situación deja al país la eliminación de la opción nuclear para la provisión de energía?

-En sí, lo que está en juego no es la generación eléctrica a través de los tres reactores nucleares que actualmente tenemos, que probablemente continúen operando durante estos cuatro años. El riesgo real es el de la desfinanciación del complejo nuclear, la destrucción capacidades que costó años construir, la pérdida de profesionales de primer nivel que actualmente trabajan en el país. Sería dejar truncos proyectos como el  CAREM,  con potencialidad de exportación, y cuya tecnología (en caso de lograr desarrollarla a tiempo) permitiría a la Argentina ocupar un lugar de relevancia en el mercado global de energía limpia. Sería desperdiciar años de apoyo a un sector tecnológico de punta, uno de los pocos que tenemos, y que puede empujarnos hacia el desarrollo industrial, sólo a cambio de una reducción del déficit completamente insostenible, y que por sí solo de ninguna manera resolverá los múltiples problemas que tiene Argentina.

En la misma línea, el diputado provincial y secretario adjunto de la UOM, Naldo Brunelli, señala la importancia del Complejo Nuclear para la región y las ventajas que representa.

“Nosotros (UOM) estamos totalmente en desacuerdo con los despidos en Carem, porque esto es allanar el camino al único competidor que es Estados Unidos”, apuntó. Cabe recordar que la Unión Obrera Metalúrgica tuvo (2017) convenios de trabajo con dos empresas vinculadas a la Comisión Nacional de Energía Atómica, para los trabajadores que desempeñan su actividad en la rama nuclear.

Reactores y centrales en la mira

En la misma línea, agregó: “(Carem y Atucha) son una herramienta formidable para las comunidades más pequeñas, y tener esa tecnología es fundamental para el país. Así que lo que están haciendo es una calamidad”.

“Si uno conecta todos los hilos ve la intención del Gobierno de llevarnos hacia una colonia agropastoril. Nunca el actual Presidente ha utilizado, ni en sus escritos ni en sus discursos la palabra “industria”. Carlos Pellegrini lo dijo hace 130 años atrás, sin industria “no hay nación”, y no podemos hablar de que Pellegrini no fuera un hombre de ideas liberales”, sentenció. 

Lo cierto es que, la energía nuclear tiene un rol que cumplir en las décadas venideras, y en esta área Argentina se encuentra en una etapa muy avanzada.

En el país, la industria nucleoeléctrica está sólidamente establecida, con plena capacidad y generando riqueza neta. Quizás sean estas características las que transforman al Complejo Nuclear Atucha en una amenaza, o, para visión libertaria, un bien digno de ser subastado. 
 

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