31 de diciembre de 1969
Informe
Los males que desató la soja
Avanza por las tierras bonaerenses desplazando al ganado, cerrando tambos y dejando infértiles los suelos que toca. No es la soja la única culpable, pero sí el vehículo que provocará la merma de carnes y granos, y la importación de leche
En los últimos años la soja ha tomado terreno en el suelo bonaerense, hasta convertirse, y con perspectiva en ascenso, en la mayor siembra de la Provincia.
El 14,1% del suelo cultivado el año pasado correspondió a esta planta oleaginosa, mientras que el 10% se abocó al trigo, el 4,13% al girasol y el 3,21% al maíz.
Esta producción, que en un 97 por ciento se utiliza para la exportación, no sólo redujo la producción de otros granos tradicionales, sino que desplazó y retrajo el espacio de la ganadería, y obligó a la desaparición de tambos.
El motivo, como suele suceder, es una conjunción entre los altos ingresos que, gracias al mercado internacional, ofrece la soja, el bajo costo de producción y la desidia del Estado, además de un sector importante de lobystas y empresarios rurales que antepusieron la ganancia coyuntural por sobre la situación del campo bonaerense.
Estas decisiones pueden provocar, y así lo diagnostican especialistas del INTA y de la Universidad Nacional de La Plata -sectores lejanos a especulaciones financieras-, la desaparición progresiva de productos básicos de la canasta familiar y el empobre-cimiento del suelo de la Provincia.
“En Trenque Lauquen había 550 mil cabezas de ganado, y hoy no llegan a 400 mil, es un 30 por ciento menos; y en los partidos de esta región sucede lo mismo”, afirma Rubén Alvarez, integrante del INTA de dicha localidad del noroeste.