20 de julio de 2024
NOTA DE TAPA
Julio Burdman: La oportunidad de los libertarios en la provincia de Buenos Aires
El consultor político analizó las probabilidades de los libertarios en los próximos comicios y el armado en la Provincia. El rol de Axel Kicillof como principal opositor al gobierno nacional.
Por Julio Burdman
Buenos Aires es uno de los distritos más difíciles para el mileísmo. Y así y todo, los libertarios tienen oportunidades en la Provincia.
Para empezar, la de 2025 va a ser una campana inédita en todo el país. Porque el partido que detenta la Presidencia de la Nación, La Libertad Avanza, no tiene ningún gobernador propio, con lo que tiene la rara dualidad de ser oficialismo (nacional) y oposición (en todas las provincias, aunque en algunas más que otras).
Y en Buenos Aires, esto es más claro: Kicillof es el más opositor de todos los gobernadores. Y LLA, junto a sus socios del bullrichismo -más todo aquél que se quiera sumar- va a armar una alianza de oposición al gobernador, echándole la culpa de todos los males de la provincia, y del país.
El status de oposición frontal de Kicillof lo vimos en el Pacto de Mayo, al que no asistió, pero además está en la opinión pública. Nuestra última encuesta nacional, relevada entre los días 8 y 11 de julio, muestra que Kicillof es percibido como el principal referente de la oposición, varios puntos por encima de la propia Cristina Kirchner. Esta condición es uno de sus principales activos para proyectarse a la competencia presidencial de 2027.
Pero como todos los juegos son de a dos, esto también le resulta funcional a los libertarios. Gracias a la confrontación entre Milei y Kicillof, que seguramente irá creciendo en lo que resta del año, La Libertad Avanza tendrá el discurso ideal para convertirse en un polo político provincial de cara al 2025.
Su actitud antikicillofista le permitirá aglutinar dirigentes y convertirse en una amplia coalición bonaerense, en condiciones de ir absorbiendo más y más cuadros del extinto Juntos por el Cambio. Algunos dirigentes radicales intentarán reconstruir la vía del medio –“ni Milei ni Kicillof”-, pero a los macristas les resultará más difícil rehusarse a integrar las huestes del mileísmo ampliado. El escenario es propicio para que ocurra una cierta polarización entre kicillofistas y mileístas.
Obviamente, esto requerirá una correcta instrumentación política de parte del mileísmo, y hoy no está garantizada. Las bases están, pero como decía Tu Sam: puede fallar.