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3 de agosto de 2024
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Shibari Kimbaku: placer entre cuerdas

De origen japonés, esta práctica sadomasoquista ganó terreno en varios países y hasta en Argentina existen talleres para aprenderla. La Tecla te cuenta un poco más de qué se trata.

Shibari Kimbaku: placer entre cuerdas
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El Shibari Kinbaku es una práctica que nació en Japón con una intención sexual y sadomasoquista. Se trata de un método de restricción con ataduras de cuerdas presentada como una derivación erótica del Hojojutsu, el arte marcial que usaban los samuráis para detener a sus prisioneros. Para conocer más acerca de sus orígenes y las recomendaciones para llevarla a cabo de manera segura, La Tecla habló con Martín, atador y maestro de shibari (@4toscuro_).

En primer lugar, Martín diferenció el término “shibari” del “shibari kinbaku” al resaltar la impronta erótica de esta última, la cual surgió a partir de investigaciones del siglo XX referidas a la “estética de la tortura”.

De esta manera, la exploración del sadomasoquismo y la inspiración en métodos de castigo utilizados en Japón dieron lugar a este tipo de práctica que toma elementos propios de la cultura japonesa y los respeta estrictamente, como los modos de realizar las ataduras o las dinámicas que se llevan adelante. “Por ejemplo, cuando vamos a practicarlo, nos sacamos las zapatillas para pisar el tatami”, explicó Martín.

Como el shibari kinbaku se trata de una práctica enmarcada dentro de lo que se conoce como BDSM (Bondage; Disciplina y Dominación; Sumisión y Sadismo; y Masoquismo) sigue una serie de códigos para que se dé de manera segura. En ese sentido, el atador destacó la importancia de practicarlo no sólo lo hagan desde el consentimiento, sino que también desde el deseo, uno de los factores claves para la sexualidad. Sobre por qué hay quienes que eligen esto, Martín aseguró que se trata de personas que “quieren jugar a ser dominadas o quieren jugar con el dolor y experimentar lo que sucede en esa exploración de la sexualidad”.

Además contó que, en la mayoría de los casos de quienes incursionan en el shibari kinkabu, lo hacen a partir de fantasías y proyecciones que tienen sobre su propia mente y su cuerpo. 
“Si bien es difícil explicar por qué una persona querría vivir este tipo de experiencias en la que sufrís, lloras y te duele, es cierto que hay quienes lo desean y lo hacen”, agregó. 

Por otro lado, Martín también dio detalles acerca de “los roles” que existen para llevarla a cabo, entre los que se encuentra el dominante (quien ata) y el de dominado (quien es atado). Sin embargo, en el último tiempo surgió otro rol, el “switch” (intercambiar), que es una persona que en un momento puede atar, pero que en otro momento también puede ser atado. Respecto a cuántas personas pueden participar en el shibari kinbaku, Martín sostuvo que generalmente es de a dos, por lo que es común que muchas veces se acercan parejas amorosas o amigos para practicarlo. No obstante, a los talleres también pueden acudir personas solas que, dependiendo de sus intenciones, podrán agruparse con alguien más. Por eso, también puede ser una buena oportunidad para conocer gente.

Por último, el atador también habló sobre cómo es entendido el Shibari Kinbaku y cuáles son sus repercusiones en la actualidad. En ese sentido, aseguró que con el avance de las redes sociales, esta práctica logró posicionarse desde una perspectiva artística, aunque advirtió que esto puede generar algunas confusiones. “Hay que entender que pasan un montón de cosas que tienen que ver más con lo sexual”, explicó Martín al tiempo que aclaró: “está bien que se piense como arte, pero este ‘arte’ a lo largo de décadas circuló en revistas pornográficas y sadomasoquistas”.

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