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Sábado, 21 septiembre 2024
Argentina
18 de agosto de 2024
ENTREVISTA

Ignacio Kovarsky: “Esto es ad honorem, se hace sin interés”

El flamante presidente de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa dialogó sobre los desafíos en su nuevo rol directivo. Sus gustos y experiencias 

Ignacio Kovarsky: “Esto es ad honorem, se hace sin interés”Ignacio Kovarsky: “Esto es ad honorem, se hace sin interés”Ignacio Kovarsky: “Esto es ad honorem, se hace sin interés”Ignacio Kovarsky: “Esto es ad honorem, se hace sin interés”
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Ignacio Kovarsky es veterinario y con 40 años se transformó en el presidente de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP). En un mano a mano con La Tecla habló sobre su recorrido, los desafíos por su edad, sus gustos y vivencias detrás del rol que ocupa. 

-¿Cómo surgió esta vocación de servicio que te llevó al lugar que ocupás ahora? 
-En la facultad tenía ganas, pero me tenía que recibir y trabajar. En algún momento me invitaron a participar del Centro de Estudiantes y después, estando en Trenque Lauquen, en una convocatoria de jóvenes para el Ateneo local, mi viejo me dijo que me acerque. En ese momento tomé las palabras de Osvaldo de la Mata, que es un dirigente que murió joven y dijo que estaba bueno involucrarse y formarse para no verla pasar, no mirar desde la ventana, o ahora desde el whatsapp. Encontré en el Ateneo un lugar de formación, un buen grupo de aporte, ahí fui creciendo y haciendo todos los pasos. Después estuve en la Rural, fui delegado de CARBAP, donde además participé en la mesa y ahora como presidente.

Ignacio Kovarsky: “Esto es ad honorem, se hace sin interés”

¿Cómo te animó tu papá a ser parte de todo esto? 
-Él fue parte de la Comisión directiva durante muchos años y me dijo que me acerque para hacer algo por los demás, porque si no hay sentido de vocación es imposible que se pueda, porque esto es voluntario, nuestros movimientos en las rurales, lo de CARBAP y CRA es todo ad honorem y hay gente que le cuesta entender que esto se hace sin interés. 

-¿Qué legado te dejó tu familia para esta etapa? 
-El compromiso y el involucrarme a fondo, porque cada paso que se da hay que asumirlo como una responsabilidad, por lo tanto, hay que pensarlo muy bien. Una vez que se toma hay mucha gente atrás con mucha expectativa sobre uno y eso va de la mano con la responsabilidad, porque cuando no es por una ambición personal de querer ocupar espacios, sino que es por vocación, te van empujando y te van llevando. Yo jamás tuve ambiciones de llegar a lugares, sino que lo hice por inquieto, por preguntar, por estar, por hablar y por participar. Y lo importante es tener un equipo y gente que te respalde. Si uno fuese un ambicioso, no le responde a nadie, pero cuando se te impulsa y acompaña, es mayor la responsabilidad. 

-¿Cómo es la historia familiar relacionada al campo? 
-Había un campo en la zona, en un pueblo que se llama Beruti, donde mi abuelo en el año 87 ordeñaba vacas en un buen tambo y por obras hidráulicas del gobierno de la Provincia de Buenos Aires metieron el Río V en esas tierras de mi familia y desde ese momento estamos recibiendo agua de San Luis, Córdoba, La Pampa y el norte de la Provincia que no corresponde. Si bien se pagó parte del campo, nos taparon, y a partir de ahí nunca pudimos volver con el tambo, quedamos inundados. Desde esa época volvimos tres veces, pero las inundaciones no permitieron desarrollar nuestras actividades, por eso estamos esperando que la Provincia termine de expropiar el campo y el de todos los vecinos, porque estamos esperando una solución hace 37 años para las tierras que nos usaron para un reservorio. Esa es una historia muy triste y a nosotros nos toca una fibra muy especial, porque pasamos de tener campo con tambos a alquilar. 

-¿Qué crees que dirían tus abuelos si te vieron ahora? 
-Fallecieron hace tiempo, pero con que mi familia actual y mis amigos me acompañen es suficiente. 

-¿Cómo está compuesta tu familia en la actualidad? 
-Estoy en pareja con una chica que conocí en un viaje a la provincia de Salta. No es de Trenque Lauquen, sino que es de Martínez, la conocí haciendo dedo.

 -¿Te gusta viajar? 
-En ese momento teníamos un proyecto con mi hermano y mi viejo de armar un motorhome, así que compramos un furgón usado. Yo estaba con dos amigos en el norte y un grupo de chicas hizo dedo, ahí la conocí y arrancamos. Soy viajero, me gusta viajar y sobre todo en el país, por eso el motorhome lo usamos para recorrer todos lados, fui al sur y volví, fui al norte, conozco Mendoza, la alta montaña, también Chile y eso me encanta.

EL DESAFIO DE LA EDAD
El equilibrio generacional 


-¿Encontraste alguna resistencia con el tema de la edad? 
-No, algunos cuando no te conocen dicen: “es muy pronto”, “no tenés tiempo?”, “no te faltará”, pero a la hora de debatir e intercambiar ideas he sido muy claro. En las votaciones de CARBAP el acompañamiento fue impresionante y esos dichos fueron echados por tierra, por eso creo que ,en principio, sino te conocen pasa eso, pero lo podés demostrar en cómo trabajás en la vida, cómo me formé para estar donde estoy y haciendo los cursos que hice. Incluso me sigo formando en una diplomatura de políticas públicas. A la hora de debatir, eso cambia, pero sí cuesta, porque lo primero que piensan las personas en todos los ámbitos, como en la política o las empresas, es que necesitás tener más de 60 años para ocupar un lugar y yo creo todo lo contrario. Las personas de mi edad estamos con ese equilibrio para entender a los que vienen de 25 y a los de 60 o 70. Deberíamos cumplir el rol y ser el nexo entre una generación y otra para que esto siga funcionando.

NUEVOS HORIZONTES 
“Significa una gran responsabilidad para generar más rápido este cambio”

-¿Cómo viene el trabajo en estos primeros días? 

-Es un trabajo paralelo. En lo interno nos estamos organizando, distribuyendo los trabajos dentro de la mesa, además de atender cosas puntales que tenemos, porque las rurales llaman y tienen pedidos del día, como la ayuda en la homologación de la emergencia en el sur de la Provincia y de La Pampa, además de los problemas de CARBAP. 

Ignacio Kovarsky: “Esto es ad honorem, se hace sin interés”

-¿Qué significa este desafío teniendo en cuenta tu edad? 
- Entiendo la dificultad por el tiempo. El día tiene 24 horas para todos, pero el tema es la prioridad que cada uno le pone a las cosas. Tengo una vocación muy especial y soy capaz de relegar un poco de trabajo para dedicarle dos años a esto y tratar de aportar para formar un buen equipo, formar gente y alentar a otras personas para que se involucren, porque es totalmente necesario. Esto significa una gran responsabilidad para generar más rápido este cambio que necesitamos para renovar las instituciones. Mi propuesta es darle juego a quienes integran CARBAP, ponerlos a trabajar, darles tareas, que todos se sientan útiles. Es parte de lo que hacemos. También salir a recorrer Rurales para conocer sus preocupaciones, las comisiones directivas, haciendo reuniones abiertas para que los productores de ese pueblo se acerquen y haya interacción. Además, tengo muchas ganas de trabajar con la Legislatura provincial, que nos cuesta hacerlo y estoy teniendo reuniones con instituciones que trabajan con el agro y son parte de la ruralidad.

PROFESION
“Nunca me imaginé otra vida que no sea al aire libre y en el campo” 

-¿Cómo te acompaña tu familia en esta nueva etapa? 

-Muy bien, están muy contentos. Son los primeros que te dan rienda suelta para hacer y te dan la confianza para crecer; y después también hay mucha gente en el laburo que apoya. Cuando uno vive de lo que produce tiene que haber alguien que dé una mano y ahí la familia es fundamental, es la que te banca cuando hablas por teléfono a cualquier hora, es la que está cuando hay enojos, cuando hay desilusiones. Y después está la comisión de la Rural con su apoyo.

Ignacio Kovarsky: “Esto es ad honorem, se hace sin interés”

 -¿Cómo es trabajar en familia? 
-Laburar en familia no es fácil y esto se vuelca también a las entidades por lo difícil que es para las generaciones anteriores pasar el mando a los que siguen. Eso es algo traumático y también sucede en las empresas familiares, por eso tiene que ser ordenado. Pero después está lo lindo con la familia, porque es trabajar sobre lo propio, sobre el capital, tener la posibilidad de crecer. Esas son intenciones sanas, por eso hay que ordenar bien los roles y hay que dejar de lado la historia de cada uno, porque una cosa es el laburo y otra es la vida familiar.

 -Sos médico veterinario, ¿Cómo surgió esa vocación? 
-Pasé toda la vida en el campo, entre las vacas. Mi viejo es veterinario y siempre desde chiquitito quise serlo. Nunca me imaginé otra vida que no sea al aire libre y en el campo, en algún momento me gustó la medicina, pero no hubo chance. No tuve que hacer test vocacional, no tuve que hacer nada, siempre tuve claro lo que quería hacer, de lo que quería vivir. Cuando tenés esa suerte de poder elegir el trabajo que te gusta tenés la mitad de la vida solucionada, y no te molesta levantarte temprano, pasar frío en la manga, hacer un parto a la noche o atender el llamado de los productores. No mucha gente puede decir “laburo de lo que me gusta”. Soy un apasionado de mi profesión. Si ves mis posteos en redes sociales, mi profesión es el eje central. Tengo esa suerte; la producción en el campo y la veterinaria es un placer y eso soluciona todo.

PASATIEMPOS Y EPOCA DE ESTUDIO
“Me encanta estar en mi casa, juego a la pelota paleta y al fútbol” 


-¿Estudiaste en La Plata? 
-Sí, me recibí en 2008.

 -¿Qué recordás de esa época de estudiante? 
-La ciudad era muy linda en esa época, a lo último se puso más brava. Yo andaba mucho en bicicleta, se podía salir porque había muchos bares de estudiantes, muchas peñas, muchos asados en casas de compañeros de facultad o de otras facultades. La pasé bárbaro, me encantaba la ciudad de La Plata, nunca me subí a un micro porque hice toda la carrera en bicicleta. 

-¿Y cómo fue tu vuelta a Trenque Lauquen? 
-Me volví a Trenque para hacerme cargo del tambo familiar, porque mi viejo tenía otro laburo de administración y como el tambo era chico y no alcanzaba, comencé a trabajar como veterinario, como junior de otros veterinarios, sin cobrar un mango, después comencé a hacer mis clientes. No quise poner una veterinaria porque no me gustaba la idea de estar en un local, entonces de a poco laburé con clientes propios, empecé a crecer, me hice conocido y me fue bien. El tambo pasó a ser una cuestión de mantener el capital de la familia, pero no vivir de eso, sino de mi profesión. Empecé a sembrar algo con mi hermano y tuvimos vacas de cría que después las vendimos, siempre creciendo profesionalmente. Eso me llevó a organizarme de otra manera y asociarme con otros veterinarios para cumplir con todos. Después empecé a gerenciar una empresa que tenía mi viejo, que al jubilarse me hice cargo. 

-¿En medio de tanto trabajo cuál es tu pasatiempo? 
-Me encanta estar en mi casa, juego a la pelota paleta, juego al futbol los fines de semana y me junto a comer asados con mis amigos. Toda mi vida hice deportes y cuando llego del campo me organizo un partido de paleta, que es un deporte que hice en La Plata cuando estudiaba. De joven hice de todo y ahora juego en un torneo amateur los fines de semana.

 -¿Encontraste un momento en estos días para jugar?
 -Hace un mes y medio que no hago una sola cosa, más que viajar y estar de reunión en reunión.


 

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