La estrategia electoral de cara al 2025 ya se discute en todos los espacios políticos de la provincia de Buenos Aires y, al margen de la crisis que atraviesa cada sector, los envuelve un nuevo dilema generado por la implementación de la Boleta Única de Papel (BUP) en todo el país. Hay sectores del peronismo que quieren encontrarle la vuelta para evitar la fragmentación de candidatos seccionales mientras lidia con sus diferencias internas.
En territorio bonaerense el esquema electoral del año próximo hoy se encuentra con sistemas diferentes y por lo tanto habrá dos maneras de votar. Será un gran dolor de cabeza para quienes vayan a sufragar y la posibilidad de que se incremente el porcentaje de abstenciones es concreta. En tiempos de una desacreditación mayúscula a la política, se suma un nuevo elemento a la mesa de reproches que realiza a la sociedad.
De todos modos, también aparece otro problema que pega de lleno en las fuerzas políticas que intervienen en el escenario. La carencia de líderes que cuenten con una legitimidad mayoritaria en los distintos partidos genera un desorden hacia abajo y las discusiones internas florecen en un terreno más que fértil. Tanto el peronismo como el radicalismo y el PRO padecen serias diferencias hacia el interior que nublan sus perspectivas electorales y complejizan la elección de candidatos con armado de listas.
El gobernador Axel Kicillof debe resolver si habrá elecciones concurrentes o desdobladas, si elimina las PASO y si rechaza la BUP. Tal decisión debe ser debatida profundamente con el resto de los socios de Unión por la Patria entre los que sobresalen Cristina Fernández de Kirchner y Sergio Tomás Massa.
Hasta el momento se observan posturas divergentes al respecto y crece la preocupación de algunos sectores ante la prohibición de que las listas provinciales vayan atadas a las nacionales. La imposibilidad de que una candidatura rutilante unifique hacia abajo al resto de los postulantes es un problema para quienes dependen exclusivamente de esa táctica.
Sin embargo, ya hay varios intendentes que expresaron que se ven favorecidos por el esquema ya que ganan en protagonismo porque son los que conocen el territorio mejor que nadie y hasta ven con buenos ojos que se desdoblen los comicios. Es que en caso que se sostenga la Boleta Múltiple Partidaria (BMP) será una lista corta despegada de la nacional en la que quien encabece por sección deberá ser elegido quirúrgicamente. Ahí es dónde gana valor alguien que sea taquillero de la región y no uno “importado” por conocer como suelen existir casos. Casualmente -o no- esta postura tiene asidero mayoritario en los alcaldes kicillofistas, que por estas semanas avanzan en la creación de mesas distritales y políticas en toda la provincia de Buenos Aires.
El Frente Renovador le hizo llegar a Kicillof su propuesta de reforma electoral para modificar algunos puntos que considera necesario hacer lo más rápido posible. Entre otros aspectos, aportar a la creación de un “distrito único” sería una de las respuestas para contrarrestar los inconvenientes generados la BUP. Con esto se evitaría la fragmentación de candidaturas y todas estarían bajo el mismo paraguas.
Hasta el momento no se conoce una postura oficial del ala dura del kirchnerismo que se encuadra bajo la figura de CFK. No obstante, voces enfrentadas a La Cámpora advirtieron: “Cuando se dieron cuenta, salieron rápido con la idea de unificar las secciones”. Por ese motivo, comenzaron a tejerse especulaciones sobre cómo evitar la dispersión de postulantes por secciones.
En ese aspecto, en la búsqueda de tener un candidato -o candidata única- desde el cristinismo hay quienes se posicionan a favor de que las elecciones en el 2025 sean concurrentes. De este modo, según contaron a La Tecla, tienen la posibilidad de elaborar una campaña integral capaz de contener a todas las categorías. A pesar de las palabras de Máximo Kirchner, crece el deseo de que Cristina sea candidata a diputada nacional para ordenar hacia abajo.
No obstante, en los últimos días comenzó a surgir otra versión en medio de todas las especulaciones que emergen. La alternativa de ir hacia una reforma constitucional provincial que les permita que un postulante como convencional unifique a todas las candidaturas, da vueltas al menos desde la semana pasada.
La especie fue negada de plano desde el kirchnerismo ante la consulta de este medio. “No he escuchado el menor ruido con ese tema. Si una reforma política de suspensión o no de las PASO nos lleva el debate que tenemos ahora, imagínate lo que nos llevaría una reforma constitucional”, dijo un dirigente de peso. A su vez, consideró: “Una reforma constitucional tiene sentido si de verdad vas a plantear las cosas de fondo que le pasan a la provincia de Buenos Aires. Y eso no se resuelve en poco tiempo.
En la Gobernación bonaerense continúan en pleno análisis y consultas a diferentes actores sobre lo que piensan antes de tomar una decisión al respecto. De la misma manera, no está dentro de sus prioridades ir hacia una reforma constitucional en el corto tiempo, lo que no significa que no vean cambios a realizar.
La guerra interna en el peronismo influye en la toma de decisiones sobre el esquema electoral a adoptar en el 2025 luego del cambio trascendental a nivel nacional. Si bien hay acuerdo mayoritario en sostener la lista sábana, comienzan a verse diferencias sobre quienes creen que es mejor desdoblar y los que plantean que sean concurrentes. Con la guerra por la birome de por medio, las decisiones se hacen desear.