10 de diciembre de 2024
BALANCE
Guillermo Montenegro: el primer año de la segunda gestión en Mar del Plata
Lo que marcó los doce meses del nuevo mandato del alcalde amarillo: los cambios, las continuidades y su relación con Nación y Provincia. La mayoría en el Concejo Deliberante.
Este martes 10 de diciembre se cumple un año desde que Guillermo Montenegro asumió su segundo mandato como intendente de General Pueyrredon. En este periodo, se profundizaron políticas preexistentes y se implementaron ajustes significativos respecto a la gestión anterior.
El contexto nacional adverso, marcado por la suspensión de obras y la interrupción de fondos tras la llegada de Javier Milei a la presidencia, obligó al intendente a buscar alternativas. Las tensiones iniciales surgieron con la Ley de Bases sobre la Pesca, pero Montenegro optó por acercarse al Gobierno. Sostuvo reuniones con funcionarios para destrabar soluciones para la ciudad y llegó a fotografiarse con Milei. Sin embargo, a nivel provincial, la relación con Axel Kicillof se agravó, con cruces por el traspaso de enclaves provinciales y la paralización de obras clave como las de La Rambla.
En línea con el “plan de austeridad” que impulsa desde su primera gestión, Montenegro redujo un 30% la planta política y el número de secretarías. También implementó cambios en su gabinete, ajustándolo a las nuevas demandas. En paralelo, el "Modelo Mar del Plata", el último bastión de lo que fue Juntos por el Cambio se mantiene. En donde los socios mayoritarios de la coalición están activos en el Ejecutivo y el legislativo. No obstante, el acercamiento del PRO al espacio libertario relegó al radicalismo, generando tensiones internas.
Otro aspecto destacado fue el cambio en la estrategia de comunicación. Montenegro intensificó el uso de conferencias de prensa desde el Centro de Operaciones y Monitoreo, donde anunció medidas clave, como la creación del Parque Industrial II, la municipalización de Punta Mogotes, la compra de armas no letales y el abordaje del conflicto con el Sindicato de Trabajadores Municipales (STM).
El conflicto con el STM marcó gran parte del año. Las huelgas salariales llevaron al Ejecutivo a aplicar descuentos, lo que generó demandas judiciales y tensiones por el proyecto de esencialidad y el Convenio Colectivo de Trabajo. En agosto, un aumento del 29% en tres tramos apaciguó las hostilidades.
Si bien la reapertura de paritarias de noviembre parecía venir con nuevo conflicto bajo el brazo, volvió a primar la paz.
También se avanzó en la articulación público-privada con proyectos destinados a mejorar espacios municipales mediante aportes de empresas, organizaciones y particulares. Además, se impulsó la llegada de nuevas empresas para fomentar la generación de empleo.
Una variante crucial en este segundo mandato fue la mayoría del oficialismo en el Concejo. Este nuevo equilibrio permitió al Ejecutivo avanzar con sus proyectos sin necesidad de acuerdos con la oposición, logrando la aprobación de iniciativas clave de forma más ágil.
De cara a 2025, Montenegro enfrenta el desafío de mantener la mayoría en el Concejo, consolidar políticas alineadas con Nación, mientras busca proyectar su gestión en un contexto político y económico complejo. El tiempo dirá que sucede.
Un año de cambios de orgánica pero también de nombres
La segunda gestión arrancó movida en materia de gabinete. Montenegro eliminó la Secretaría de Gobierno y unificó Legal y Técnica con Hacienda. Días antes había incluido Cultura en la estructura del EMTURyC. De esa manera las áreas quedaron reducidas a ocho. Mauro Martinelli y “Tato” Serebrinsky se erigieron cómo nuevos secretarios, mientras que Santiago Bonifatti fue eyectado al EMSUR y Rodrigo Goncalves recogió el testigo de Ferlauto en Seguridad.
Los movimientos en cargos políticos motorizaron otra acción que generó ruido hacia el interior: varios concejales oficialista fueron asignados ad honorem cómo colaboradores en sectores importantes del gobierno, tarea que debían realizar de forma paralela a la actividad Legislativa. Con la motosierra y el “plan austeridad” cómo banderas simbólicas, en los pasillos no descartan nuevas modificaciones de estructura o de cargos.Durante el 2024, Jerónimo Rocatti dejó ÁRM y Marcos Folgar renunció discapacidad. La salida más reciente fue la de Carla Ardanaz del EMTURyC.
El balance en el Deliberante: un período de leyes clave
La noche del 22 de octubre de 2023, Montenegro se alzó con la victoria pero también con algo casi igual de importante: la mayoría propia en el Concejo Deliberante. Las cinco bancas rubricadas en las generales le permitieron llegar a la cifra de trece concejales. El número se reflejó en la proporcionalidad de todas las comisiones, teniendo así la última palabra en cada instancia. Atrás quedaron los “palos en la rueda” y la necesidad de negociaciones incómodas. De esa manera, el Ejecutivo pudo avanzar a pie firme en cuestiones prioritarias para la gestión pero sensibles para la opinión pública y la oposición. El interbloque oficialista aprendió con velocidad que no todo lo que reluce es oro.
Cómo no había ocurrido en ninguno de los cuatro años anteriores, la barra vecinal se volvió un polvorín, dejando varias escenas tensas qué fueron desde los golpes bajos a los insultos y que requirieron cuartos intermedios y cintura política. Estó caló hondo entre los ediles que se vieron más expuestos de lo normal y azuzó las internas entre espacios, en especial entre el Pro y la Unión Cívica Radical con los movimientos libertarios cómo parteaguas. Los casos más resonantes fueron los de la reducción de la Defensoría del Pueblo, la privatización del estacionamiento medido, la autorización de una ginería en la zona aledaña al Faro de la Memoria y la torre de 35 pisos en Alem y Falucho, entre otros. Un buen cierre de año para la gestión de Montenegro.
Sintonía fina con Nación, frialdad y entredichos con Provincia
El escenario cambió: Montenegro, que había gobernando con Nación y Provincia “en contra”, parecía haber equilibrado la relación de fuerzas con Javiier MIlei en presidencia. Más allá de algún contraste particular, cómo con la tasa vial o los cambios en el Régimen Federal Pesuqero, la sintonía fina entre comuna y Nación fue casi instántanea. El propio alcalde lo sintentizó a fines de diciembre del 2023 cuándo, tras una reunión por el conflicto pesquero, aseguró que era “la primera vez que lo invitaban a la Rosada”. Con el correr de los meses, el gobierno local fue tendiendo cada vez más puentes, al mlenos ideológicos, con la Libertad Avanza.
El punto más álgido de la relación se dio en los últimos meses, con el recimiento a Milei para el Coloquio de IDEA y luego con la inauguración de COTO. ¿Qué pasó con Provincia? “Continuidad”, definen desde las entrañas del Ejecutivo. La relación con Kicillof no había sido buena en los primeros cuatro años y el quinto no fue la excepción. Sin encuentros ni fotos y con un discurso cada vez más beligerante para con el gobernador, “La Feliz” y La Plata tuvieron un vínculo frío y tenso. Los episodios más conflictivos fueron las venidas del mandamás bonaerense para congresos y actos, que provocaron la reacción organizada y en cadena de los alfiles del intendente. Ya en terrenos más concretos, la municipalización de Mogotes llegó hasta los tribunales con graves acusaciones cruzadas. Además, se disputó la titularidad de la Av. Jorge Newbery.