Chicanas y reproches: la interna de UxP, a cielo abierto y delante de invitados
Tras la frustrada votación del Presupuesto, la Ley Fiscal y el Endeudamiento en la Legislatura, el camporismo pasó facturas a Kicillof en un acto de gestión. La respuesta del kicillofismo y los ecos de un intento fallido por modificar los proyectos del Ejecutivo en alianza con la oposición.
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Pocas horas habían pasado desde que la Legislatura bonaerense bajó la persiana y dejó al gobernador Axel Kicillof sin Presupuesto 2025, Ley Fiscal y Endeudamiento, tres de los proyectos que el Ejecutivo ambicionaba tener.
Desde el entorno del mandatario provincial hablaban de una jugarreta del camporismo y los intendentes de Martín Insaurralde, “con algún massista metido en la rosca”, para intervenir el texto de las iniciativas y sacar provechos y ventajas sectoriales.
Como informó La Tecla.info, estas tribus oficialistas estuvieron a punto de obtener una victoria a través de acuerdos con el PRO y la UCR abadista, una maniobra que fue abortada gracias a la intervención de la vicegobernadora Verónica Magario, quien dejó al Senado sin sesión. Un alivio para Kicillof y su ministro de Economía, Pablo López, preocupados por las consecuencias de varios artículos que sus socios en la Legislatura buscaron introducir.
Los ecos de la jugada que intentaron diputados no kicillofistas no amainó. Todo lo contrario, continuó en la mañana de ayer cuando tuvo lugar un acto público, de gestión, y del que participaron intendentes radicales, como el tandilense Miguel Lunghi, o el independiente Guillermo Britos, de Chivilcoy.
En el transcurso de la firma de contratos de leasing para la compra de bienes de capital en 28 distritos, el Gobernador reclamó a los intendentes que era necesario, absolutamente necesario, contar con el OK para el endeudamiento y la Ley Fiscal antes de que finalice el año. Un misil hacia “sus” alcaldes, preocupados horas atrás por asegurarse la reelección indefinida (presionaron para incluirlo en la ley de leyes) y obtener casi 500.000 millones de pesos a repartir (incluyeron en el texto “alternativo” doscientos mil millones para Seguridad y suba del 1% en Coparticipación, representando casi 300.000 millones adicionales).
Por lo bajo, un kicillofista acérrimo confesaba que si lo de las re re reelecciones no se resolvía ahora, o en febrero, a más tardar, lo harían por la vía judicial, una alternativa que manejan los jefes comunales peronistas.
Sentados alrededor de una gran mesa, encabezada por Kicillof, los asistentes no salían de su asombro cuando La Cámpora expuso, a cielo abierto, su interna con la trinchera del Gobernador. Fue cuando Julián Álvarez, de Lanús, cuestionó el retraso en la ejecución de obras y en el envió de fondos a su distrito. Y la remató asegurando que la Provincia le había dado más dinero a Néstor Grindetti, su antecesor y del PRO, que a su gestión.
El filoso reclamo público fue respondido por algunos de sus pares, como el sáltense Ricardo Alessandro, quienes sugirieron guardar las quejas para un ámbito privado y no exteriorizarlos en un encuentro vinculado a la gestión. En igual sentido, aseguran algunos de los presentes, se manifestó el intendente de Benito Juárez, Julio Marini.
Horas atrás, el camporismo había logrado introducir un artículo en el frustrado Presupuesto que otorgaba a su distrito y a Quilmes, gobernado por otra alcaldesa de “la orga”, Mayra Mendoza, fondos provenientes del cobro de Ingresos Brutos al puerto de Dock Sud, ubicado en Avellaneda, tierra de su archirrival y cabeza visible del ultrakicillofismo, Jorge Ferraresi.