Son el alma líquida del proyecto libertario. Están al tanto de las novedades tecnológicas. Idolatran a Steve Jobs y Elon Musk. Impulsaron a Milei. ¿Lo seguirán apoyando después de Libra?

La volátil lealtad de los jóvenes cripto

Omar, de 23 años, es repartidor de Rappi. Dialoga con La Tecla apoyado en su moto negra. La tiene clara en lo de las criptomonedas. Dice que hace un tiempo invirtió en varias pero que ahora dejó de hacerlo porque el negocio ya no es rentable. Por eso ni se acercó a Libra, la moneda virtual que promocionó el presidente Javier Milei, y que terminó siendo una estafa.

Omar es una de las personas que accedieron a dejarse escanear el iris a cambio de recibir 50 dólares en una criptomoneda emitida por la empresa WorldCoin. Con eso, dice, hizo “una banda de plata”. Sobre el asunto de Libra tiene una posición definida: cree que a Milei “le hicieron una cama”.

Ni Omar ni sus compañeros Ariel y Tomás se definen como libertarios, aunque a cualquier agrupación libertaria le gustaría tenerlos en sus filas, viendo la forma en que defienden al Presidente. “El chabón no tiene pelos en la lengua”, afirma Omar. Sin embargo, antes valoraban a Cristina Fernández de Kirchner. Le retiraron su apoyo porque se sintieron decepcionados.

Son de una generación que no siente apego a los políticos: buscan un cambio y apoyan a quien lo encarna, pero cambian de opinión sin culpas. Los tres detestan, hoy por hoy, al peronismo. Nunca sintieron que el Estado los beneficiara y están satisfechos con su trabajo, que les permite decidir cuántas horas quieren dedicarle.

Los ídolos de esta generación no son políticos, ni revolucionarios como el Che Guevara. Son estrellas del mundo tecnológico como Steve Jobs o Elon Musk. Y las criptomonedas ya no son cosa de programadores o gente del mundo “tech”. Todos saben lo que son, y muchos invierten sus ahorros en cripto.

“¿Vos sabías que el creador de Bitcoin no se sabe quién es?”, pregunta Ariel. En efecto, se desconoce quién es, o fue, Satoshi Nakamoto. Es un héroe invisible e inaccesible. Para un político de carne y hueso es difícil competir con alguien así.

Ni tan jóvenes ni tan libertarios: hasta la izquierda usa las cripto

En los últimos años proliferaron los locales que permiten intercambiar criptomonedas conectando a compradores y vendedores. La Tecla dialogó con el dueño de uno de estos locales, que ya lleva varios años operando.

“Ya no es una cosa limitada a los jóvenes. Ahora se diversificó mucho”, explica el emprendedor, que fue testigo de la popularización de las criptomonedas a lo largo del tiempo. “Hay profesionales, hay gente que busca una forma de invertir y hay gente mayor que tiene hijos o nietos en el exterior y les manda plata de esta manera.”

Esta diversificación hace que los jóvenes libertarios sean sólo una parte de los usuarios del servicio. “Ahora serán cerca de un tercio”, explica. “Son jóvenes libertarios de 18 a 25 años, más arriesgados, que ponen sus ahorros en cripto. Hay otro tercio que no es militante pero que está en contra de los gobiernos anteriores. Y hay mucha gente de izquierda que usa las cripto porque ve con malos ojos a los bancos y el sistema financiero.”

El dilema para octubre: ¿qué puede pasar con el voto joven?

Un exponente de la esfera de los jóvenes cripto es Teo Santilli Pazos, el hijo de la periodista Nancy Pazos y el diputado nacional Diego Santilli. Tiene 23 años, como Omar, y es licenciado en negocios digitales. Ese título no le impidió hacer un pésimo negocio por creerle al Presidente: invirtió parte de sus ahorros en Libra y los perdió.

¿Puede este contratiempo hacen que jóvenes como Teo, entusiastas del mundo cripto, se vuelvan contra Javier Milei y su partido? El consultor y analista político Roberto Bacman, director del Centro de Estudios de Opinión Pública (CEOP), sugiere prestarle atención a lo que puede pasar con ese segmento.

“El tema de Libra va a golpear al gobierno. No sé en qué medida y no sé por cuanto tiempo, pero lo va a golpear”, dijo Bacman a La Tecla. “Hay que dejar que se asiente la espuma, pero esto tiene el potencial de ser un antes y un después.”

Para el analista, “esto no va a terminar tan fácilmente, porque pega en el propio riñón de Milei, en su target sociodemográfico más duro, que son los jóvenes de 16 a 35 años de edad”. Por eso, “el voto joven es una de las claves que hay que mirar de acá en adelante”, advirtió Bacman.

Ocurre que este segmento no tiene realmente lealtades políticas. Quiere un cambio, y apoyará a quien lo represente. “En 2015 Mauricio Macri dijo ser el cambio y fracasó. En 2019 Alberto Fernández iba a ser el cambio y tampoco lo fue. Ahora Milei también parece ser más de lo mismo”, explicó el consultor.

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