20 de marzo de 2025
ROSCA CON BOINA
El radicalismo bonaerense sigue buscando alternativas para ordenar la transición
Los líderes de las dos listas que se enfrentaron el año pasado tuvieron un encuentro con vistas al plenario de mañana. Entre las ideas para evitar la intervención se baraja la de una conducción colegiada. Es incierto que se pueda arribar a una solución esta semana.

El conflicto en la Unión Cívica Radical (UCR) bonaerense probablemente no se resolverá mañana, pero hoy, al menos, hubo un avance: se reunieron tres de los cuatro competidores de la controvertida interna del año pasado para dialogar en busca de una salida al intríngulis, y analizaron vías de solución para definir la conducción del partido y evitar una intervención.
La idea de conformar una “mesa política” constituida por referentes de las dos listas que se enfrentaron en la elección partidaria, en una compulsa muy reñida cuyos resultados fueron observados por la Justicia, surgió ayer por la tarde, cuando el oficialismo no logró los 18 votos necesarios para conformar la mesa de conducción (sólo alcanzó 17).
Miguel Fernández encabezó la lista oficialista (Unidad Radical) en la competencia partidaria, secundado por Elsa Llenderrozas, mientras que Pablo Domenichini y Nazarena Mesías conformaron la fórmula opositora (representada en la alianza Futuro Radical).
Hoy se juntaron, entonces, Fernández y los diputados Diego Garciarena y Valentín Miranda, de la corriente oficialista, con Domenichini y Mesías, del sector desafiante referenciado en Facundo Manes y Martín Lousteau, para buscar una resolución para mañana, cuando volverá a reunirse el plenario de la UCR tras el cuarto intermedio declarado ayer.
Pero, dicen, es probable que mañana vuelva a llamarse a otro cuarto intermedio, ya que en el encuentro no se anudó un acuerdo para resolver el problema. Sin embargo, ambos sectores tienen la intención de llegar a una solución para el lunes.
Desde el ala opositora (Futuro Radical) rechazan la conformación de un comité de contingencia, que es lo que buscaba el oficialismo, y lanzaron la idea de una conducción colegiada, alternativa que el ala de Fernández ve con recelo, aunque no la descarta. En todo caso eso daría pie a una puja por su conformación.
En el horizonte aparece la amenaza de la intervención por parte de la Convención Nacional del radicalismo (una posibilidad que no todos consideran realista) o, peor, una intervención judicial, si el partido queda acéfalo tras vencer el mandato de los convencionales provinciales, cosa que ocurrirá el 22 de abril.