25 de marzo de 2025
FALTA DE OBRAS
Alerta inundaciones en Mar del Plata: el mapeo local
La tragedia en Bahía Blanca puso en evidencia debilidades estructurales que tiene la ciudad, donde la falta de planificación urbana agrava los riesgos. Cuáles serían las zonas más afectadas.
La catástrofe climática del 7 de marzo en Bahía Blanca dejó al país conmocionado: 16 víctimas fatales, dos niñas desaparecidas, viviendas anegadas y cuantiosas pérdidas materiales. La tragedia despertó una ola de solidaridad en distintas ciudades, que recolectaron víveres, productos de limpieza, electrodomésticos y ropa para los damnificados.
Tras la tormenta en el sur de la provincia, la Municipalidad de General Pueyrredon convocó sorpresivamente a una conferencia de prensa en el Centro de Operaciones y Monitoreo por un alerta meteorológico. La exposición estuvo encabezada por el secretario de Seguridad, Rodrigo Goncalvez, junto a otros funcionarios, y en ella se anunciaron la suspensión de actividades al aire libre y de las clases del turno tarde, además de recomendar a los ciudadanos no salir a la calle. La medida generó preocupación en parte de la población, ya que recordó las restricciones impuestas durante la pandemia de COVID-19.
Bahía Blanca recibió 400 milímetros de lluvia en ocho horas, el equivalente a seis meses de precipitaciones, lo que desbordó por completo la ciudad. La pregunta inevitable es, ¿podría ocurrir un fenómeno similar en Mar del Plata? ¿Está preparada la infraestructura de "La Feliz" para enfrentar una tormenta extrema?
Para responder a estas dudas, La Tecla consultó a distintas fuentes técnicas. Desde el Colegio de Arquitectos explicaron que lo sucedido en Bahía Blanca fue una "situación atípica" y que "ese caudal de agua es prácticamente imposible de evacuar en cualquier ciudad". Sin embargo, advirtieron que en “La Feliz” podrían registrarse inundaciones en "zonas periféricas, donde la evacuación pluvial no está prevista".
El arquitecto consultado recordó que, tras las inundaciones históricas de 1992, 2000 y 2003, se realizaron obras en el sistema pluvial, aunque persisten sectores fuera del ejido urbano sin el servicio adecuado. De hecho, la delimitación municipal, establecida en 1963, no contempla numerosos barrios surgidos en las últimas décadas. Según un informe de la organización Mar del Plata Entre Todos, la ciudad cuenta con 98 barrios, de los cuales 36 están fuera del mapa oficial y la mayoría carece de desagües pluviales.
Otro factor clave en la vulnerabilidad de Mar del Plata es la planificación urbana, o la falta de ella. El Código de Ordenamiento Territorial, que aún no se actualiza y sigue siendo parcheado, es un claro reflejo de este problema. Desde el Colegio advirtieron que la ciudad crece sin un ordenamiento claro, tanto en barrios privados como en asentamientos informales. "No hay infraestructura que amortigüe una lluvia copiosa", señalaron.
A esta falta de planificación se le suma el impacto de la paralización de obras públicas, no solo en desagües pluviales, sino también en cloacas y redes de agua. La suspensión de fondos nacionales y el cierre del Ente Nacional de Obras Hídricas y Saneamiento (Enhosa) por parte del gobierno de Milei han agravado aún más la situación.
Con este panorama, donde distintas aristas dejan a la ciudad a merced de un posible desastre natural, desde el Colegio concluyeron con preocupación: "Es un combo de situaciones que nos deja expuestos ante una inundación".
Antecedentes que preocupan
A mediados de febrero de 1992 cayeron 235 mm en 12 horas, una cifra histórica que nunca volvió a repetirse, aunque tuvo sus ecos en el año 2000 y en 2003. Las tres tempestades muestran la tendencia cambiante del régimen de precipitaciones en el marco del cambio climático: cada vez con más frecuencia, altos niveles de lluvias se concentran en menor cantidad de tiempo.
Los eventos citados también quedaron en la historia por los cambios que trajeron en la comuna en materia de prevención o tratamiento del tema. Tras la tormenta del 30 de enero del 2000, el intendente Aprile ordenó la creación de un departamento de Obras abocado a la hidraúlica. Por su parte, la ocurrida tres años después, implicó un cambio en la forma de cálculo. Ya no se haría a promedio, es decir, precipitación dividida tiempo, sino a lluvia máxima. En otras palabras, se perfilan arroyos y desagües pensando en el peor escenario posible. Un vector para medir el desastre fueron las inundaciones del Minella.
Según funcionarios presentes en el desagotamiento del Mundialista, se llegaron a concentrar 20 millones de litros de agua, la misma cantidad que entra en el reservorio de OSSE. La tormenta del 2003 también fue el vector para importantes desarrollos de infraestructura, como el desagüe de la ex-Terminal, el Arroyo del Barco -emplazado en la zona portuaria- o los colectores Noroeste y Marcos Sastre -al cuál toda le falta una etapa que el Ejecutivo de Montenegro negocia con Nación-. Ante la consulta de sí lluvias e inundaciones de esa magnitud podría volver a pasar, fuentes técnicas indicaron que no solo es probable, sino que serán fenómenos en aumento para los que la ciudad debe prepararse mejor.
El caso del barrio Autódromo, las zonas inundables y la política
El barrio Autódromo es uno de los más populosos de la ciudad. En él viven miles de familias distribuidas en un gran número de casas. No obstante, si se consulta la cartografía de ARBA, se observa un único terreno. La explicación es que nunca fue loteado. ¿El motivo? La zona nunca recibió el visto bueno de los informes de factibilidad hidráulica, debido a que era un sitio propenso a la acumulación de agua. Técnicos de experiencia explican que a día de hoy, costaría más realizar el colector subterráneo que mudar a toda la gente. Dicha situación, que es extensiva a otras barriadas del noroeste, fue posible por guiños de la política a lo largo de la última década que permitió por acción u omisión, la expansión de la mancha urbana a terrenos complejos. ¿Qué otras zonas corren más riesgos de inundación? Una es el puerto, en especial en la intersección de Edison y Vértiz, catalogada como una “olla”. En zona norte, los barrios Constitución y Los Pinares mientras que en el oeste, se suman Belgrano y José Hernández