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Domingo, 8 junio 2025
Argentina
8 de junio de 2025
CONSTRUCCIóN PBA

Un sector en crisis que arrastra empleos y pymes en 2025

La paralización de la obra pública, la suba de costos y la caída de la actividad recrudecen el panorama de la construcción en la provincia de Buenos Aires.

Un sector en crisis que arrastra empleos y pymes en 2025
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La construcción en la provincia de Buenos Aires está viviendo uno de sus peores momentos en 2025, golpeada por una tormenta perfecta de recortes de fondos nacionales, aumento de costos y una economía en recesión. El sector, clave para el empleo y el desarrollo, se desplomó un 16,9% interanual en el primer trimestre, según datos del INDEC, y las perspectivas no son alentadoras. Vamos a desglosar esta crisis que está dejando un reguero de pymes cerradas, trabajadores desempleados y proyectos frenados. 

El principal detonante es el párate  total de la obra pública nacional. Desde diciembre de 2023, el gobierno nacional congeló los fondos para infraestructura, un golpe que se siente fuerte en la provincia. Esto frenó proyectos clave como rutas, hospitales, viviendas y, especialmente, escuelas. Según la Subsecretaría de Infraestructura Escolar, la provincia logró inaugurar 237 edificios escolares y construir 1.200 aulas entre 2020 y 2024, pero en 2025 no hay obras escolares con fondos nacionales en ejecución. “Es un retroceso brutal, porque la infraestructura educativa no solo mejora la educación, sino que mueve la economía local”, señaló un funcionario provincial. A pesar de esto, el gobierno de Axel Kicillof mantiene 1.200 obras con recursos propios, con una inversión de 3,5 billones de pesos, según el ministro Pablo López, pero no alcanza para compensar la sequía de fondos nacionales. 

El impacto en el empleo es devastador. Según el Instituto de Estadística y Registro de la Industria de la Construcción (IERIC), en diciembre de 2023 había 348 mil trabajadores directos en el sector, pero para octubre de 2024 se estima que se perdieron 80 mil empleos formales. La caída no solo afecta a los obreros, sino también a las pymes: unas 4 mil empresas constructoras cerraron en el último año, una reducción del 9,2% en el número de empleadores, según IERIC. “Las rutas están destrozadas, la infraestructura está saturada, y alguien va a tener que hacerse cargo”, advirtió un informe del Instituto Argentina Grande, ligado al exministro Gabriel Katopodis. 

Los costos de la construcción por las nubes 

Los costos de construcción son otro clavo en el ataúd. En enero de 2025, el precio de los ladrillos huecos subió un 70% sin previo aviso, según denuncias en redes sociales de asociaciones constructoras. Esto, sumado a la inflación acumulada del 51,6% en el primer trimestre, hace que muchos proyectos privados estén en jaque. Los desarrolladores enfrentan un dilema: vender a pérdida para mantener flujo de caja o paralizar obras por falta de rentabilidad. En el mercado inmobiliario porteño, que también influye en la provincia, los costos de construcción alcanzan niveles de Manhattan, pero los precios de venta no acompañan, lo que agrava la crisis de las pequeñas obras y reformas. 

Las pymes constructoras están al límite. 

Muchas obras iniciadas en gestiones anteriores, con avances superiores al 80%, están paradas por falta de fondos. Las empresas reclaman al gobierno nacional que defina los contratos pendientes, pero la respuesta oficial es que la obra pública seguirá congelada en 2025 para mantener el “superávit financiero”. Esto llevó a que el Indicador Sintético de la Actividad de la Construcción (ISAC) del INDEC registre una caída del 23,6% interanual en noviembre de 2024, un dato que refleja la profundidad de la recesión en el sector. A nivel municipal, la crisis también golpea.

Distritos como Saavedra-Pigüé recortaron sueldos estatales un 13% para ajustar cuentas, mientras que en Guaminí los gastos extraordinarios por emergencias hídricas, como inundaciones, agotan los recursos locales que podrían destinarse a obra pública. El gobierno provincial intenta mitigar el daño con su “Plan Estratégico de Infraestructura” que prioriza obras de agua potable y saneamiento, pero sin apoyo nacional, la inversión es insuficiente. En 2025, el Presupuesto provincial destina 2,682 billones de pesos a infraestructura, un 7,8% del gasto total, pero es apenas un paliativo frente a la magnitud del problema. 

Menos demanda de proyectos privados 

La recesión económica general agrava todo. Con el consumo en supermercados cayendo un 11,3% y una pobreza que trepa al 58,2%, hay menos demanda de proyectos privados, lo que reduce aún más la actividad. Las asociaciones constructoras piden intervención estatal para frenar los aumentos desmedidos de materiales y reactivar el sector, pero la respuesta desde el gobierno nacional es apostar a privatizaciones, una estrategia que, según expertos, no será suficiente porque la inversión privada en infraestructura representa solo el 15% a nivel global, dejando al Estado como el principal motor. En resumen, la construcción en Buenos Aires está en un pozo profundo. Sin fondos nacionales, con costos por las nubes y una economía en recesión, el sector enfrenta un 2025 crítico. La pregunta es si la provincia podrá sostener sus esfuerzos con recursos propios o si la crisis seguirá devorando empleos y empresas

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