29 de octubre de 2025
LETRA CHICA
Nuevo frente de tensión: cómo impactará la reforma de Milei en el empleo estatal
El plan de Promoción de Inversiones y Empleo genera dudas entre los gobiernos locales por sus efectos sobre la planta pública.

El proyecto de Ley de Promoción de Inversiones y Empleo, impulsado por el bloque de La Libertad Avanza, propone una serie de cambios que impactarían directamente en la estructura laboral del Estado nacional, provincial y municipal. La iniciativa busca incentivar la contratación de personal mediante beneficios fiscales para los empleadores, pero también introduce condiciones y limitaciones que podrían modificar la relación de los trabajadores con el sector público.
De acuerdo con el texto presentado en el Congreso, las empresas que contraten empleados provenientes del sector público nacional, provincial o municipal durante los primeros 18 meses desde la entrada en vigencia de la ley podrán acceder a un bono mensual de crédito fiscal del 100% sobre las contribuciones patronales destinadas al Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA). El Poder Ejecutivo Nacional podrá extender ese plazo por otro período igual, lo que abre la posibilidad de mantener este estímulo por hasta tres años.
Sin embargo, el beneficio no será automático. El artículo 24 del proyecto aclara que las provincias y municipios deberán adherir expresamente a la medida mediante una norma aprobada por la Legislatura provincial o el Concejo Deliberante, según corresponda. En ese marco, los gobiernos locales que deseen sumarse al esquema deberán ofrecer reducciones en sus impuestos, tasas y contribuciones, equivalentes al beneficio fiscal que recibirían las empresas.
La propuesta también fija una serie de exclusiones. No podrán acceder a este incentivo los trabajadores que hayan ocupado cargos de dirección, jerarquía o funciones equivalentes en los últimos 12 meses en organismos públicos, empresas estatales, obras sociales o bancos oficiales. Tampoco estarán alcanzados los regímenes previsionales especiales ni quienes sean contratados bajo la modalidad de tiempo parcial, caso en el cual el beneficio se reduciría a la mitad.
Este esquema apunta, según el oficialismo, a fomentar la movilidad laboral y facilitar la inserción de ex empleados públicos en el ámbito privado. No obstante, los críticos advierten que podría derivar en una reducción del empleo estatal en las provincias y municipios que enfrenten dificultades presupuestarias o decidan no adherir al programa.
La reglamentación del proyecto, de aprobarse, quedará en manos del Poder Ejecutivo, que deberá definir los detalles y requisitos para acceder a los beneficios fiscales. En paralelo, los gobiernos provinciales y comunales analizarán si acompañan o no la iniciativa, conscientes de que su decisión impactará directamente en la estructura del empleo público local.