¿El viagra femenino, funciona?
Las compañías farmacéuticas lanzaron al mercado un arsenal de productos para la sexualidad femenina, pero los especialistas plantean serias dudas sobre su efectividad. ¿Con qué productos se puede detonar el apetito sexual de las mujeres?
Según una encuesta realizada por el doctor Amado Bechara, responsable de la sección de disfunción sexual del hospital Durand, a 400 mujeres argentinas de entre 18 y 75 años, el 23% de ellas afirmó no estar satisfecha con su vida sexual. Los expertos, por su parte, señalan que esa cifra en realidad podría llegar a ser del 50%.
Atentos a estos relevos, y al éxito obtenido en los hombres con la píldora viagra, los laboratorios se han lanzado a una desespe-rada búsqueda de medicamentos que estimulen y mejoren la sexualidad de las mujeres. Y, de hecho, hoy en día ofrecen una gran cantidad de productos para estimular el deseo femenino, que incluyen cremas, geles, comprimidos y hasta parches con hormonas.
En crema y píldoras
De todos los estimulantes sexuales femeninos se destaca uno que está haciendo furor en Europa y Estados Unidos: el norteamericano Viacreme, que en Argentina se comercializa con el nombre de Acrea
Las compañías farmacéuticas afirman que se trata de uno de los productos más innovadores que han incursionado en el mercado en los último años, aunque según sus detractores, esta crema, que se utiliza aplicándose sobre el clítoris antes o durante el acto sexual, no es más que el clásico lubricante que se vende en los sexshops, cuyo éxito radica en la sugestión que las mujeres experimentan por usarlo.
Los laboratorios afirman que la droga está basada en un aminoácido de nombre
L-arginina, que es transformado por el propio organismo en óxido nítrico mediante una reacción enzimática, con lo cual se relaja la musculatura y se aumenta el flujo sanguíneo hacia el clítoris y la vagina.
La mujer experimentará un calor y un escozor intensos, casi inmediatos, de sus tejidos finos genitales. Algunas mujeres describen la sensación como sensación “calor-frío”, que dura de diez a treinta minutos, aunque algunas mujeres han indicado percibir esa sensación por períodos posteriores a una hora después de la aplicación.
Según algunos estudios, el 54 por ciento de las mujeres de entre 16 y 65 años con alguna disfunción sexual que utilizaron este medicamento, logró la erección del clítoris; el 68 por ciento mejoró la lubricación, y el 64 por ciento llegó al orgasmo.
Pero este boom de productos para la sexualidad de la mujer no se agota aquí. También han salido al mercado el ArginMAx, que contiene comprimidos con una fórmula de L-arginina con ginseng y vitaminas; el Eros, para sensibilizar el clítoris (aunque su costo de 400 dólares puede sensibilizar otras cosas); el Uprima y el Femprox, unos derivados del viagra, e incluso tratamientos con inyecciones de testosterona y de reemplazo de estrógeno para las mujeres que ya han atravesado la menopausia.
Claro que la pastilla solamente es efectiva para aquellas mujeres con problemas de excitación o lubricación, pero no se puede comparar a un afrodisíaco, ya que se necesita de una pareja para la estimulación.
Este panorama demuestra que la ciencia está colaborando mucho en el placer sexual de las personas, algo que los expertos señalan tan importante como cualquier otro aspecto en la salud de un individuo. Y si bien una píldora no reemplaza a un afecto o al bienestar, sí puede ayudar a mejorarlo.
El deseo femenino
La solución a estos problemas, apuntan las feministas, no se encuentra en la farmacia, sino más bien en factores como la educación sexual, la falta de comunicación con la pareja o el estrés.
La sexualidad de la mujer es mucho más compleja que la del hombre; intervienen factores de la educación, como sentimentales y físicos. A diferencia de los varones, las mujeres están muy influenciadas por factores tan diversos como los sentimientos hacia su pareja, niveles de estrés o experiencias sexuales anteriores.
En el hombre, cuando se produce la erección ya esta casi todo preparado para tener un buen contacto sexual, pero en la mujer intervienen muchos más factores, porque puede haber mucho deseo y no llegar al orgasmo, generalmente debido a una mala relación de pareja. Cuando esto sucede, la relación sexual se transforma en una carga, más que en un deseo. En esos casos no es cuestión de una pastilla, sino de mejorar la relación de pareja y respetar los tiempos.
El Sildenafil en el hombre ayuda a tener erección, pero en la mujer la píldora debería aumentar el deseo sexual y facilitar el orgasmo porque, seguramente, sin éste, poco tiempo duraría el efecto de la píldora. Y como el orgasmo es de dos, tal vez el tratamiento debería ser conjunto.