3 de septiembre de 2009
Informe
Ricardo Ivoskus, el exorcista contemporáneo
El alcalde de San Martín luchó contra rosistas y ediles del PJ para colocar una escultura de Camila O’Gorman y el cura Ladislao Gutiérrez. Fue amenazado
y repudiado por revivir el prohibido romance que, según el mito, valió la
destitución de tres intendentes.
Unidos por la memoria y en el recuerdo histórico descansan Camila O’Gorman y el cura Ladislao Gutiérrez.
En 1848 fueron fusilados por orden del entonces gobernador, Juan Manuel De Rosas, en la localidad San Andrés, partido de San Martín. El prohibido romance, les valió a la muchacha y el sacerdote la pena máxima, por amarse más allá de las creencias
y las imposiciones religiosas. Desde aquella época y hasta hace poco tiempo, en el Municipio que dirige Ricardo Ivoskus se instaló el mito de que el alma en pena de Camila circulaba por las calles clamando por un perdón o una especie de reconocimiento.
Los relatores de la triste pero apasionante historia teorizaron que el fantasma vagabundo de O’Gorman produjo saltos institucionales en el distrito por no haberse permitido lo que ella y el sacerdote consideraron un gran amor. A un siglo de su fusilamiento y con la vuelta de la democracia, el Municipio de San Martín se vio convulsionado por tres destituciones de intendentes. Ciertas voces autorizadas, y no tanto, adjudicaron dichos procesos políticos al fantasma de Camila.
Tras una dura lucha, Ivoskus logró resaltar aquella historia. Antes enfrentó una férrea oposición de asociaciones rosistas y el repudio de dos tercios del Concejo Deliberante, en 2004. La idea, finalmente llevada a cabo, era emplazar una escultura en los jardines del Museo de Rosas. Un fallo de la Corte de la Provincia permitió la colocación de las figuras de Camila y Ladislao, que por fin lograron estar presentes con una imagen figurativa en la localidad que los vio juntos por última vez.
Es por eso que se dice que a partir de la iniciativa del actual intendente, ambos fugitivos descansan y no recorren las sendas del distrito lamentando aquella trunca pasión.
¿Exorcismo, mito o casualidad? Nunca se sabrá. Lo cierto es que Ivoskus encaró la batalla de revalorizar ese amor a través de la historia, y actualmente transita por su tercer mandato, mientras que la mayoría de los demás intendentes no alcanzaron a terminar el primero.
Una revolución de críticas
Ni bien se conoció la noticia del llamado a concurso para retratar el romance de Camila y Ladislao, dirigentes peronistas y agrupaciones devotas de Rosas intentaron impedir su realización. La escultura de bronce realizada por el cordobés Juan Carlos Quiroga debió permanecer por más de 15 meses en el despacho del intendente.
Tal fue la oposición, que diferentes artistas y representantes de la cultura enviaron adhesiones a la iniciativa del Ejecutivo. Hasta el historiador Felipe Pigna destacó el coraje del jefe comunal, al indicar que “es gravísimo este nivel de autoritarismo y que, usando un instrumento democrático como es el Concejo, se impida un homenaje merecido a esta pareja, que tuvo la valentía de oponerse a la sociedad de su época y defendió su amor en medio de un autoritarismo general, que incluía a la oposición, ya que los unitarios también estaban criticando la conducta de esta pareja”.
La visita de Camila 160 años después
Faltaba más. Extraño y difícil de creer, pero Camila O’Gorman visitó a Ivoskus. No fue su alma en pena, sino la sobrina tataranieta, llamada igual que su asesinada tía tatarabuela. Ella homenajeó al intendente por su perseverancia y le regaló un cuadro de aquella furtiva muchacha. El propio mandatario municipal charló con La Tecla a días de haberse cumplido un nuevo aniversario del fusilamiento ordenado por Rosas. Explicó el por qué de su insistencia y hasta se animó a hablar del “fantasma de Camila”.
-¿Por qué decidió recordar el polémico romance entre Camila y Ladislao?
-A Camila la fusilaron en San Martín, en una localidad llamada San Andrés, que era la sede de comandancia de Rosas. Y como nosotros estamos recuperando los hechos históricos, se me ocurrió hacer un concurso nacional de una escultura no figurativa que retratara lo que había ocurrido. El concurso lo ganó un cordobés, pero surgieron oposiciones de la Iglesia y, más que nada, de los sectores rosistas que existen en el distrito. En esa época estaba en minoría, allá por 2004, y me prohíben que emplace la escultura en cualquier lugar del Municipio. Ante la prohibición, veto la ordenanza del Concejo e interpongo un recurso ante la Corte de la Provincia. La Corte anula la ordenanza y me autoriza a emplazar la escultura. Mientras tanto yo tenía esa figura en mi despacho. Estuvo como un año y medio al lado de mi escritorio.
-¿No tenía miedo de que apareciera el fantasma de Camila en la intendencia?
-Apareció, pero la sobrina tataranieta.
Y me obsequió un cuadro con la figura de Camila O’Gorman, que actualmente está en una ONG. La nieta es muy parecida a Camila, y se llama igual.
-Y ante la presencia de un familiar cercano de la protagonista de la historia, ¿qué decidió hacer?
-Después de mucha lucha, emplazamos
la escultura en los jardines del museo de Rosas. En cuanto al padre Ladislao, se dice que sus restos se enterraron en la fosa San Martín, aunque no está comprobado. La historia fue un drama durante más de un año, pero logramos cumplir con lo que nos habíamos propuesto.
-Después de varias destituciones de intendentes, que fueron adjudicadas
al alma en pena de Camila, ¿usted logró tranquilizarla?
-Dicen que merced a todo lo que hice hemos superado la maldición que Camila había impuesto en el Municipio.
-¿En todo ese tiempo de lucha por reflejar el amor entre Camila y Ladislao, detectó algún hecho sobrenatural en la Municipalidad?
-No, por suerte. Excepto que Camila se hiciera presente a través de su sobrina tataranieta, porque es igualita al cuadro (risas).
-Podría decirse que es un intendente médium…
-No creo que tenga superpoderes (risas). Sinceramente lo hice porque dentro de la recuperación de los hechos históricos no podía ser ignorado este episodio.
-Usted habló de sectores rosistas que
se opusieron, ¿quiénes son?
-Estaban ligados a algunos dirigentes justicialistas del Concejo Deliberante.
-Después de colocar la escultura, ¿hubo otra situación de oposición?
-Hubo un dirigente rosista que me amenazó con romper la escultura, pero no pasó nada de eso.
Créase o no, los habitantes de San Martín creen que Camila por fin descansa en paz junto a su gran amor, el padre Ladislao, quienes fueron asesinados por transgredir las reglas sociales durante el gobierno bonaerense de Rosas. Un recordado fusilamiento que logró trascender y un romance que continúa en las calles de este populoso distrito del Conurbano.