3 de diciembre de 2009
Nuevo directorio
Cartas fuertes en el Banco
Carlos Fernández, Rafael Perelmiter, Alfredo Sivero y el radical Diego Rodrigo desembarcan en la mesa directiva del Provincia. Acuerdos políticos, reconocimiento a lealtades y consensos
Con un fuerte componente sciolista y un espacio para la oposición luego de varios años sin una silla, el gobierno bonaerense definió los cuatro cambios en el directorio del Banco Provincia. Razones políticas, vínculo con el Estado nacional y pago a lealtades formaron parte del combo de una renovación que dejó afuera a los cuatro directores cuyos mandatos vencían.
Así, Carlos Fernández, Alfredo Sivero, Rafael Perelmiter y el radical Diego Rodrigo (aún falta la confirmación oficial) entran en los lugares de Félix Cirio, Oscar Valdovinos, Rafael Magnanini y Dámaso Larraburu. Los ingresados se suman a Gustavo Marangoni, Daniel Tillard, Carlos Magariños y Fabio Rodríguez, quienes junto al presidente, Guillermo Francos, fueron designados por Scioli al asumir como Gobernador.
Los que se fueron estaban en el Bapro por pedido de Felipe Solá, pero en los dos años de mandato de Scioli se alinearon al Gobernador. Quizá por eso uno de ellos expresa ante La Tecla: “Si es por mérito, cualquiera de los que estaban podría haber seguido”. No obstante dice entender que “los cargos políticos son así”.
Uno de los pliegos ya aprobados por el Senado es el de Carlos Fernández, ex ministro de Economía de la Nación y ex titular de la cartera homónima en la Provincia durante el gobierno de Solá. Un hombre de bajo perfil aunque con peso en el ámbito económico financiero. Nadie lo dirá, pero su lealtad a los K debía ser recompensada. Por otra parte, para la administración bonaerense significa un contacto indispensable con áreas clave.
“Tiene un excelente diálogo con (Néstor) Kirchner, con Martín Redrado (titular del Banco Central) y con Alejandro Arlía (ministro de Economía bonaerense)”, argumentan desde el oficialismo. Más, lo consideran clave para trabajar en el futuro cambio de bonos que necesitará la Provincia, precisamente a partir de su relación con el titular del Banco Central, con quien también tiene buena llegada Fabio Rodríguez.
Quizá no estaba previsto en un principio colocarlo en una silla del Banco, pero finalmente Rafael Perelmiter habría encontrado un lugar ideal para no alejarse del gobierno de su amigo y, a la vez, atender cuestiones personales que lo requieren más tiempo cerca de su familia. Las oficinas del Bapro en Capital y una me-nor exigencia horaria fueron el camino hallado por Scioli para conservar a un hombre del riñón. De otra manera, se habría ido.
El ex senador Alfredo Sivero “jugó siempre muy bien”, dicen en cercanías del Gobernador. Pero, además, tuvo dos apoyos fundamentales: por un lado, el Senado quería una silla para uno de los oficialistas con mandato caducado el 10 de diciembre, por otro, Sivero mantiene una muy buena relación con el jefe de Gabinete, Alberto Pérez, cuya esposa es oriunda de General Alvear, como el nue-vo director.
Para la oposición
Otra oficina será para Diego Rodrigo, actual senador de la UCR con mandato hasta el 10 y ex asesor de la entidad financiera. ¿Por qué Scioli decidió entregar un lugar a otro partido? “No se desconoce el nuevo mapa político”, arguyen los oficialistas. A esta verdad debiera sumarse otra circunstancia insoslayable: comienzan a atarse los consensos en una Legislatura donde el oficialismo ya no tendrá más mayoría propia y los radicales aparecen como los garantes de una gobernabilidad sin demasiados sobresaltos.
La nota completa en esta edición de Revista La Tecla.