31 de diciembre de 1969
Informe
El conflicto y las grandes pérdidas
El paro agropecuario nacional se hizo sentir con contundencia. Las pérdidas generadas rondan los 5.000 millones de pesos. Los sectores cárnico, lácteo y avícola son los más afectados. Los cortes de ruta se levantan, pero el conflicto continúa
Los anuncios y contranuncios por parte del Gobierno nacional y las entidades agropecuarias se sucedieron constantemente, casi en forma periódica. Las pérdidas generadas por el lockout rondan los 5.000 millones de pesos. La falta de alimentos se hizo sentir a lo largo y ancho del país. No sólo los habituales consumidores se vieron afectados. También, y en mayor medida, la gente y las empresas que día a día trabajan con esos productos. Ya sea porque los venden, fabrican o transportan. La carne, la leche, frutas y verduras, el pollo, el aceite y tantos otros. Sin embargo, el desabaste-cimiento llegó a su fin. Ahora es el turno de la consecuente inflación.
Levantados los cortes, comenzaron a contabilizarse y sentirse las graves consecuencias que la medida provocó, y aún provoca, a la economía interna del país. Los cortes de rutas desembocaron en un irreparable aislamiento entre los centros de producción y consumo. El Mercado Central de Buenos Aires, por ejemplo, que fue operando con limitaciones durante las últimas semanas, llegó a un nivel del 10 por ciento, y pese a los esfuerzos para mantener el abastecimiento con normalidad, la realidad fue otra. Más de un 30 por ciento de las frutas y verduras que ingresaron estaban en mal estado, y hubo que tirarlas.
Algo parecido sucedió con los cargamentos de carne y de pollos que llegaron desde distintas provincias. Casi dos mi-llones de kilogramos de mercaderías no estaban en condiciones de ser colocados a la venta y distribución para el consumo. También fueron a parar a la basura. Se calcula que se desperdiciaron alimentos por un total de un millón de dólares.
Pero no sólo los productores perdieron. La histórica huelga del campo argentino mostró un marcado descenso en las ganancias de las líneas de intermediación y de los establecimientos de venta al público (carnicerías, supermercados, almacenes, verdulerías, etc.), con lo cual el lamento económico se multiplica por miles.
“Se perdieron más de 4.000.000 de litros de leche por los cortes”, “hay grandes cantidades de frutas y verduras que se perdieron porque estaban en mal estado”, “hubo que sacrificar un millón trescientos mil pollitos”, “esto significa un costo promedio diario de entre 60.000 y 70.000 dólares”, “los bloqueos nos están fundiendo”, fueron algunas de las voces que, con bronca y dolor, se quejaron por su economía y pidieron a gritos que se pusiera fin a los piquetes. Finalmente fueron escuchados. Ahora resta resolver otro inconveniente: ¿qué sucederá con los precios que tocaron las nubes?.