21 de octubre de 2010
SENADORES FPV
Una escala que desafina
En vísperas de la renovación 2011 es cada vez más difícil subordinar al bloque de senadores del FpV a los intereses de los Kirchner. Acuerdos, peleas y mutaciones, y el rol de los gobernadores
Domar a la tropa de senadores nacionales oficialistas siempre fue una tarea compleja para cualquier presidente. Se trata de representantes directos de las provincias, que en su mayoría son jefes territoriales, ex gobernadores o grandes empresarios involucrados en lo político. La tarea de los Kirchner no constituiría un caso de excepción si no fuera por las formas que acostumbra emplear el matrimonio.
Se sabe, y se lo pudo ver en la discusión por las retenciones para el campo, que tanto el ex presidente, Néstor K, como la actual mandataria, Cristina Fernández, no dejan casi espacios para la negociación. Los proyectos o decretos que envían al parlamento deben ser aprobados sin ninguna modificación. Esta consigna es muy difícil de resolver en el Senado, un lugar donde los intereses de cada provincia chocan entre sí constantemente.
Y así sucede en el indomable bloque del FpV, donde con mayor frecuencia se ven las disidencias en votaciones clave, como fue el caso de la ley que impone el 82 por ciento móvil para los jubilados. El oficialismo no logró sumar el voto de todo su bloque, ni el de sus aliados, por lo que perdió la partida. Antes se había dado una situación particular en el tratamiento de la ley de Glaciares. Allí se notaron las diferencias económicas, productivas y políticas de cada provincia. En una inédita medida, el FpV dejó en libertad de decisión a su tropa. Aseguran que Miguel Angel Pichetto, un duro del kirchnerismo, no había recibido, hasta último momento, ninguna orden.
Se aprobó entonces la iniciativa consensuada entre el senador FpV Daniel Filmus y el diputado Miguel Bonasso. Desde el oficialismo intentaron diluir por todos los medios el hecho de que dicha propuesta era casi exacta a la que antes había vetado la Presidenta. También se intentó calmar los ánimos de los senadores de las provincias mineras, a quienes la ley les generaba perjuicios económicos.
Dicen que fue costosa la negociación con el gobernador de San Juan, José Luis Gioja. Su hermano, el senador Cesar Gioja, se encargó de dejar en claro su malestar, y sus futuras disidencias, de no mediar un acuerdo positivo para los intereses de su territorio.
El sanjuanino es uno de varios senadores que marcaron distancia de los Kirchner. En ese grupo se puede ubicar a Marcelo Guinle, representante de Chubut, quien espera obtener la candidatura a gobernador de su provincia, apadrinado por el actual mandatario, Mario Das Neves. Compite con los intendentes sureños de Trelew, César Gustavo Mac Karthy, y de Comodoro Rivadavia, Martín Buzze. Si gana la postulación, dejaría el bloque, ya que se pasaría al bando opositor. Su integración al Peronismo Federal, a un bloque chubutense o a un unibloque dependerá del armado que cierre su jefe político, Das Neves, en su candidatura presidencial.
El jujeño Guillermo Jenefes es otro de los díscolos. Durante la discusión por la ley de Medios Audiovisuales mantuvo en vilo al kirchnerismo con sus críticas al proyecto oficial y su indefinición hasta último momento. Dueño del multimedio Radiovisión Jujuy, integrado por una señal de TV codificada; una FM, 97.7; dos AM, Perico y Libertador; y el canal 7 local, con 15 repetidoras, el senador terminó votando en contra del artículo 161, que limitaba a un año la adecuación de los medios a la nueva norma.
Adusto en sus modos, Jenefes ya había mostrado diferencias cuando se trataron el aumento de las tarifas del gas y el incremento de los productos tecnológicos.
Mudado al Senado por un escaso margen de votos, el ex gobernador de La Pampa (2003- 2007) Carlos Verna se mostró siempre ambiguo en su banca oficialista. Sucede que el legislador, que aspira a un nuevo mandato ejecutivo, tuvo dificultades para sortear el conflicto del campo en una provincia netamente agropecuaria. Verna sabe que el traje kirchnerista en La Pampa es la mejor forma de espantar votos. Por eso mide con paciencia sus pasos. Así sucedió en la discusión por el decreto que creaba el Fondo del Bicentenario. El senador se mostró más cercano a la oposición, hasta que acordó con la presidencia presentar un proyecto de ley, del tono de lo requerido por el ejecutivo. Esto descomprimió la situación. “No soy oficialista ni opositor” aseguran que dice en reserva.
Teresita Quintela, senadora por La Rioja, también dio algunos sustos a la señora Kirchner. Durante el conflicto con el campo votó en contra de la ley que imponía las retenciones móviles al campo, pese a que su gobernador, Luis Beder Herrera, había asegurado su apoyo al Gobierno nacional. Afirman que esto limitó un poco las obras que se habían prometido para esa provincia. También, que la senadora pasó a integrar la lista negra de los Kirchner. Con el tiempo los ánimos se fueron aplacando, y si bien Quintela continúa siendo algo rebelde, ha logrado ciertos acuerdos con su bloque. Fue el caso de la ley de Medios, cuando, tras marcar serias diferencias, terminó votando a favor de la ley propuesta por el Gobierno.
La chaqueña Elena Corregido, que responde al gobernador, Jorge Capitanich, se mostró crítica en varias votaciones. Si bien la más resonante fue cuando no apoyó el proyecto de retenciones móviles para el campo, mantuvo también una posición dura con la ley de Medios. La senadora no concordaba con aprobar sin discusión el proyecto, tal cual había ocurrido en Diputados.
En la actualidad el bloque del FpV cuenta con 30 bancas, de las cuales uno podría mudarse (Guinle), y existen pocas probabilidades para que alguna se sume. La senadora Roxana Latorre, del unibloque Federalismo Santafesino, ex integrante de la bancada K, confirmó a La Tecla que, aunque muchas veces vota con el oficialismo, no tiene pensado retornar a ese grupo.
El kirchnerismo puede asegurarse sólo la alianza cerrada desde hace tiempo con los dos fueguinos, los ex ARI, Juan Carlos Martínez y María Rosa Díaz, y el integrante del Movimiento Popular Neuquino, Horacio Lores.
Es difícil que se pueda sumar algún otro, ya que desde los sectores opositores están alistándose, de forma prematura, para la contienda electoral. En realidad, el temor de los kirchneristas es la posible huida anticipada de algún oficialista, esperanzado en un triunfo provincial con otras banderas. “Pichetto sabe que los senadores tienen su posicionamiento provincial más allá del nacional”, aseguran en el parlamento.