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Argentina
4 de noviembre de 2010
LO PRIMERO ES LA SALUD

La internación domiciliaria: fantasmas en el IOMA

En IOMA “el tema de las afiliaciones domiciliarias es un curro”. Una médica auditora fue echada por denunciar una trama sospechosa con un servicio que siembra más dudas que certezas. Luego fue reincorporada por la Justicia. Pacientes en el exterior o jugando al golf, por los cuales la obra social pagaba la prestación a privados. Las denuncias sobre la privatización de las auditorías. El rol clave de UPCN y La Scaleia en un organismo que cuenta con más de 1.500 empleados y que tiene 1.700.000 afiliados y más de 2.500.000 beneficiarios

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En IOMA “el tema de las afiliaciones domiciliarias es un curro”. Quien habla, sin eufemismos, es una médica con 16 años de trayectoria en la obra social más importante de la provincia de Buenos Aires. Esta mujer, que fue Auditora Médica, denunció y se negó a avalar “irregularidades” con este servicio. ¿Resultado? La echaron. Luego la Justicia ordenó su reincorporación.

La trama es compleja y frondosa. Muestra, una vez más, a las autoridades de este organismo clave de la estructura administrativa bonaerense, envueltas en un escándalo de proporciones, con una posible defraudación a las arcas del erario público.

La denuncia de la doctora, que dialogó en exclusiva con Desafío, habla por sí sola. “Había una docente con esclerosis múltiple, pero resultaba que estaba trabajando. Cuando la quise ubicar, estaba en el exterior, de vacaciones. Y con internación domiciliaria”, cuenta esta mujer, que fue restituida en su cargo por el fallo del 12 de febrero último del juez en lo Contencioso Administrativo, Luis Federico Arias.

Hoy al frente del IOMA, que cuenta con 1.700.000 afiliados y más de 2.500.000 beneficiarios, está Antonio La Scaleia, un hombre de carrera, oriundo de Morón, que supo militar en la Cicop y luego abrevó en las mieles de UPCN. Este hombre, que ocupa cargos decisorios desde hace más de una década en el organismo, siempre fue un propulsor del sistema de internaciones domiciliarias junto con el doctor Antonio Nardella, director de Programas Específicos.

El mecanismo ahora sospechado está tercerizado. Es decir, empresas privadas se dedican a brindar esta prestación. La resolución Nº 6.357/08 dispone los requerimientos para la adhesión al sistema, entre ellos también se incluye la posibilidad de que estas compañías brinden hasta el servicio de traslado de los pacientes. Algunas de las compañías son Medihome, de La Plata; Medical System, de Capital Federal; Medical Help SRL, también de la capital bonaerense, de acuerdo a la denuncia a la que tuvo acceso Desafío y a las grabaciones que obran en su poder.

Obviamente, hay aranceles de acuerdo a la complejidad y características de cada caso, establecidos en la misma resolución, del 13 de noviembre de 2008.

Para cobrar una dimensión del tema, la internación domiciliaria es trasladar a la vivienda particular un servicio análogo al que se brinda en un hospital y/o clínica. Por lo tanto, la empresa debe brindar un servicio integral, y le cobra al IOMA por cada uno de los servicios. Por ejemplo, una enfermera las 24 horas, son 6.120 pesos mensuales; o una prestación de kinesiología respiratoria (dos visitas diarias), 1.350 pesos para el mismo período.

La doctora en cuestión, como médica auditora tenía la función y responsabilidad de controlar la organización, funcionamiento y coordinación, tanto de los profesionales intervinientes, las prestaciones brindadas, como los pacientes y sus familiares, de las internaciones domiciliarias.

“También comprobó que uno de los pacientes con internación domiciliaria estaba jugando al golf”, relató a Desafío su abogado, Jorge Milloc, quien a su vez también es letrado de la Asociación Profesional Interdisciplinaria de obra médico asistencial (APIOMA). La médica confirmó el mismo hecho.

La doctora denunció todo dentro de la misma institución, es decir, el IOMA. Su inmediato superior, según narró la misma mujer, Daniel Rossi, titular de la Región Pehuajó, la increpó: “Me llamó ‘buchona’. Me dijo que él no era ningún ‘buchón’”. Dentro de la obra social, nadie la respaldó. “Ninguna de las autoridades se comunicó conmigo. Todas apañaron al Director, no al empleado. Es más, como yo no estaba afiliada a UPCN, pensaron más en arreglar entre ellos que en protegerme. UPCN -siguió la mujer- está de la mano desde el punto de vista político con los directivos de IOMA”.

¿El resultado? La echaron. El tema es de vieja data, y muy complejo. La Scaleia, casi médico personal del vicegobernador Alberto Balestrini, fue durante años director de Prestaciones de IOMA. Hoy tiene un diálogo muy fluido con el secretario general de UPCN a nivel bonaerense, Carlos Quintana, quien ha acumulado sobre su persona denuncias diversas.

“Todo el tema de la internación domiciliaria es de lo más oscuro, lo que menos se sabe; poco transparente. Hay empresas nuevas que entregan esa prestación, y muchas denuncias que indican que estarían ligadas con los directores de IOMA”, denunció en estricto off the record uno de los empleados del organismo bonaerense consultados.

Se sabe en el mundo de la política, que La Scaleia, y su “grupo de Morón” como se conoce a la mesa chica que responde políticamente al presidente del Instituto, es una suerte de aliado de Quintana. Comparten actos públicos. Y quizás algo más. De hecho, hay hombres de Quintana dentro del gabinete de IOMA. Esto no constituye una novedad.

A la médica, cuyos datos personales se resguardan porque teme nuevas y mayores represalias laborales, la echaron por denunciar irregularidades en este sistema de internaciones domiciliarias.
“Acá -en Pehuajó- tenemos denuncias de enfermeras que les pagan la mitad de lo que las empresas presupuestaron. Por ejemplo, les pasan 500 pesos y ellas perciben mil. Para no quedarse sin laburo, las enfermeras se lo bancan”, siguió la profesional en diálogo con Desafío.

Esta mujer, que hizo pública a través de solicitadas en medios locales su situación, sospecha que muchas de estas empresas “figuran a nombre de testaferros, porque pertenecen a la misma gente que las audita en IOMA”.

El juez Arias sostuvo en su sentencia que la doctora, quien realizó la residencia en el Hospital San Roque de Gonnet, en La Plata, fue cesanteada sin causa, lo que configura “una arbitrariedad palmaria que lesiona gravemente elementales garantías constitucionales, en particular la pérdida del empleo y el salario”.

El magistrado concluyó que no hubo un sumario administrativo previo y que la profesional tuvo la imposibilidad de ejercer el derecho de defensa. Por lo tanto, ordenó su reincorporación al IOMA.
Dentro de este farragoso tema, ya asoman algunas conclusiones:

1.- La doctora comprobó irregularidades en el sistema de internaciones domiciliarias. Las denunció, pero en lugar de respaldarla, las autoridades del IOMA la echaron sin justa causa.
2.- Tanto la denunciante como el empleado del Instituto coinciden en que el mecanismo es poco transparente, y que algunas de las empresas guardan ligazón con las autoridades del Instituto. Y que UPCN oficia como paragüas de protección.
3.- La Scaleia, un hombre de decisión y carrera dentro de la obra social, siempre respaldó y fogoneó este mecanismo, que no es brindado por el Estado, sino por privados.
4.- El sistema de auditoría, que precisamente controla a estas empresas, acaba de ser reformulado. Y quedará en manos -también y casualmente- de empresas privadas.
5.- La envergadura del posible negocio surge como varias veces millonario, ya que asoma como laxo desde la contratación de éste, la posterior otorgación al paciente y el ulterior contralor. En todo el territorio bonaerense, IOMA tiene alrededor de 2.500.000 beneficiarios.

Según la denunciante, “las empresas de internación domiciliaria presupuestan por médico, kinesiología, enfermería, psicoterapia, psicopedagogía, terapia ocupacional, y va uno solo. El otro no va, pero ellos cobran por el total”.

De acuerdo a las diferentes denuncias a las que tuvo acceso Desafío, las posibles irregularidades se configuran en dos tópicos:

1.- Pacientes que no necesitan el servicio, pero que es solicitado por los propios profesionales de las empresas. Y que luego, al momento de la auditoría, se comprueba que estas personas ni siquiera estaban enteradas.
2.- Pacientes que sí necesitan el servicio, pero que reciben menor cantidad de profesionales y/o prestaciones que las presupuestadas.

“Con La Scaleia se capitó todo el sistema, donde todos los meses, independientemente de la prestación que den las distintas empresas, éstas se llevan sumas millonarias. Al hacer eso, todo el control de la prestación ya no tiene sentido, las auditorías en terreno se dejaron de hacer, porque independientemente de la calidad o de la cantidad, se paga una cápita”, opina Ernesto “Tito” Bustos, histórico delegado de ATE en esta dependencia provincial.

Otra persona que frecuenta mucho al titular del IOMA, lo describe: “Tiene conocimientos de todo lo que pasa en la institución, lo que le ha permitido mantenerse, más allá de las distintas gestiones. El ha pasado por todas las áreas. Trabajar en IOMA en determinadas áreas, genera un ambiente político muy importante, porque muchas intendencias dependen de IOMA y se piden favores continuamente. Entonces cuando a vos alguien te da un favor en política, después se lo tenés que devolver, y La Scaleia es de hacer favores políticos”.

El Tano, como se lo conoce al titular del IOMA, sigue defendiendo públicamente este mecanismo de internación domiciliaria, pese a que él mismo está inmerso en un gran cono de opacidad. Asemeja a un verdadero servicio fantasma.

NOTA DESAFÍO ECONÓMICO

EDICIÓN NOVIEMBRE 2010

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