17 de noviembre de 2010
LA INTERNA ETERNA
La UCR no se pone de acuerdo ni para pelearse
Mientras Gerardo Morales denuncia que Julio Cobos “comanda directa y personalmente una maniobra para removerlo de la jefatura de la bancada”, Ricardo Alfonsín opina que “no cree que sea así”. Los esfuerzos para competir sin desgastar
Desde el primer día en el que Alfonsín emergió como figura relevante de la política nacional y blanqueó sus pretensiones de competir por la Presidencia, pocos días después de obtener un resonante triunfo en la interna radical, el mensaje de toda la UCR fue en pos de conseguir consenso.
Los radicales se subían al barrilete Cobos, erigido en héroe y figura del centenario partido luego de su desempeño para resolver el trabado conflicto de la 125. La emergencia de Alfonsín fue, en este contexto, una nueva alegría –tener dos candidatos presidenciables no es poca cosa- y, a la vez, una gran preocupación.
¿Cómo resolverán sus diferencias dos candidatos de enorme potencial, sin dañarse mutuamente? “El consenso”, resolvieron con celeridad. Sin embargo, tras seis meses de sorda disputa, los ecos de la ruptura en la UCR comienzan a hacerse oír.
La primera batalla se dio cuando el alfonsinismo reemplazó a Oscar Aguad en la conducción del bloque en Diputados con Ricardo Gil Lavedra. El cobismo busca la rápida revancha en la Cámara Alta, donde intenta desbancar a Gerardo Morales, que preside el bloque. Así lo hizo saber el propio Morales, que en declaraciones brindadas hoy mismo dijo que le parece “muy burda” la maniobra “porque es manejada por él. Él está hablando con los senadores. Quiere cobrarse lo de la Cámara de Diputados que fue un tema de los propios diputados”.
Medido, como siempre, Ricardo Alfonsín no avaló la tesitura defendida por el jujeño. “Yo no creo que sea así”, replicó a las declaraciones de Morales.
Entre la crispación y la moderación, los radicales debaten su futuro político. No obstante, las lecturas sobre este escenario no hacen ver un final sin víctimas.