7 de febrero de 2011
LA REPRESIÓN EN J. L. SUÁREZ
El Movimiento Evita aprieta pero no ahorca
A través de comunicados y notas periodísticas, los principales referentes del espacio kirchnerista salieron a denunciar que la represión en José L. Suárez fue “una matanza” y a culpar a la Policía Bonaerense. Sin embargo, evitan mencionar a Ricardo Casal para no provocar un cimbronazo
La represión policial desatada en José León Suárez tras el descarrilamiento de un tren y los saqueos por parte de habitantes de una villa miseria cercana amenazan con provocar un fuerte sismo en el área de seguridad del Gobierno bonaerense.
El asesinato de dos jóvenes y el delicado estado de salud de un tercero, baleado por la espalda, motivaron la reacción del Movimiento Evita, al que, alistado en la transversalidad, pudo verse muy cercano al Gobernador durante lo que va de 2011.
A través de distintos comunicados y entrevistas, Emilio Pérsico y Fernando Navarro, dos de los máximos referentes del espacio, salieron a instalar la idea de una “masacre” y a responsabilizar a la Policía Bonaerense y a la comisaría 4ta por lo sucedido. Incluso convocaron a una marcha, que se realizará mañana mismo, para exigir que se diluciden responsabilidades.
Ya hay datos que hablan en sintonía con las denuncias de los "piqueteros oficialistas" del Evita. Un efectivo de la bonaerense admitió haber usado balas de plomo, aunque los resultados de las pericias hicieron que esa declaración no fuera necesaria.
Durante el fin de semana, la pluma kirchnerista de Horacio Verbitsky había editorializado sobre el asunto, apuntando algo más arriba. Las menciones a Ricardo Casal, ministro de Justicia y Seguridad de la Provincia, fueron explícitas, y el gesto fue interpretado con claridad como un nuevo pedido por “la cabeza” del otrora “superministro”.
Desde el Movimiento Evita, eligieron una opción algo más “moderada”. Si bien se responsabilizó a la Policía Bonaerense, se evitó cualquier mención de funcionarios de la cartera del Gobernador.
Así, la idea de “decir las cosas con nombre y apellido”, como señaló en una proclama, quedó en medias tintas. “Así como el Indoamericano se llama Duhalde, Barrionuevo y Macri, la matanza de José León Suárez se llama Comisaría 4ta de Suárez, Policía Bonaerense, y lo decimos porque no queremos más una policía dedicada a asesinar a nuestros pibes”, dice el comunicado.
Sin embargo, es obvio que ni “Policía Bonaerense” ni “Comisaría 4ta de Suárez” son nombres propios. Tampoco “Policías que salieron a la cacería de pibes sin que haya ninguna prueba de respuesta violenta de los mismos”.
El rol del Movimiento Evita dentro del Gobierno bonaerense es ambiguo. Critica, aprieta, pero no ahorca. Y recuerda la frase de un referente del kirchnerismo que apuntó que la tropa de Pérsico está dentro de la estructura sciolista “para vigilarlo mejor”.