28 de febrero de 2011
WIKILEAKS Y LA AMIA
La presión del Norte para zafar al “menemato”
Nuevas filtraciones evidencian la presión norteamericana en la causa por el atentado a la mutual israelita. Según afirma la información, se presionó para que el fiscal Alberto Nisman no investigara a Menem, Galeano ni Anzorreguy por desviar la instrucción. Desestimando “la pista siria”, intentó direccionar la investigación para culpar a Irán
Los cables emitidos por la Embajada de Estados Unidos en Buenos Aires y filtrados por Wikileaks revelan que Washington presionó a lo largo de varios años para que no se siguiera adelante con la investigación contra Carlos Menem, el ex juez Juan José Galeano, el comisario Jorge “Fino” Palacios y otros funcionarios por haber frenado y desviado la investigación del atentado a la AMIA.
“Los oficiales (norteamericanos) de nuestra Oficina Legal le han recomendado al fiscal Alberto Nisman que se concentre en los que perpetraron el atentado y no en quienes desviaron la investigación”, se sostiene en un cable del 22 de marzo de 2008 que hoy se dio a conocer.
“Esto podría ser usado por Irán para cuestionar la credibilidad e imparcialidad de la investigación”, señala en el cable del por entonces embajador de Estados Unidos Earl Anthony Wayne, a quien no parecía preocuparle que la pesquisa por el desvío de la investigación del atentado había sido ordenada por el propio Tribunal Oral que juzgó el caso AMIA.
Poco tiempo después, el pedido de procesamientos que emitió Nisman fue convalidado por el juez Ariel Lijo y luego confirmado por la Cámara Federal.
El 22 de mayo de 2008, el fiscal pidió la detención del ex presidente Menem, de su hermano Munir, del ex juez Galeano, del titular de la SIDE Hugo Anzorreguy, de su segundo Juan Carlos Anchézar, y del jefe de la Unidad Antiterrorista de la Policía Federal, Palacios.
El cable del 22 de mayo fue emitido casi a las 23 del día en que el fiscal pidió las capturas y está firmado por el propio embajador Wayne. Revela que los oficiales del FBI le venían insistiendo que dejara la causa del encubrimiento.
“Cuando la oficina de Legales (en verdad, el FBI) le hizo notar a Nisman que su anuncio podía llevar, otra vez, a que el gobierno iraní cuestionase la credibilidad o imparcialidad de la investigación, Nisman dijo que no debería, aunque luego concedió que no había considerado las implicancias que el pedido de detención podría tener en la investigación internacional”.
Había otra cuestión que también molestaba al embajador: que los medios consideraban a Kanoore Edul como la punta de la llamada pista siria.
Kanoore Edul, un ciudadano de origen sirio, cuyo padre fue amigo de Carlos y Munir Menem, estuvo implicado por una llamada a Carlos Telleldín ocho días antes del atentado contra la AMIA. Telledlín fue el último tenedor de la Trafic que estalló en la mutual. Kanoore nunca pudo explicar aquella comunicación y fue cambiando su versión varias veces.