23 de junio de 2011
NINA PELOSO
La profe de Biología, candidata a diputada
La ex mujer de Raúl Castells recibió a La Tecla en la sede nacional del MIJD. Como siempre, habló de todo, pero hizo hincapié en su nueva vida como docente. Críticas al Gobierno
Después de un largo tiempo sin aparecer en los medios, Nina Peloso anunció que será candidata a diputada por la Cuarta sección electoral, en representación del frente que lidera Alberto Rodríguez Saá. Sin embargo, la ex mujer de Raúl Castells sigue viviendo en Villa Albertina, Lomas de Zamora. Hasta allí fue La Tecla y, tras presenciar una complicada reunión en la que se terminaba de definir la cantidad de avales conseguidos en los diferentes distritos, charló con la piquetera, que ahora también trabaja como profesora de biología. “Sólo me faltan dos materias para recibirme, pero, por suerte, estoy trabajando en cuatro escuelas hace más de un año”, cuenta la dirigente del Movimiento Independiente de Jubilados y Desocupados (MIJD), que en elecciones anteriores fue como candidata a vicepresidenta y Gobernadora. Como siempre, Nina no calla nada. Critica con dureza al Gobierno, habla de la actualidad de la juventud, de su paso por el programa de Tinelli y de sus expectativas de llegar a la Legislatura bonaerense.
-Hace rato que no había noticias suyas. ¿Qué estuvo haciendo todo este tiempo?
-Siempre en Lomas de Zamora. Militando, trabajando, estudiando. Hace un año que me desempeño como profesora de biología. Me faltan todavía cuatro materias para recibirme. Muy abocada a eso y a todo lo que tiene que ver con la campaña. Los fines de semana salgo a recorrer la Cuarta sección, ya que voy a ser la primera candidata a diputada provincial por el frente que encabeza Rodríguez Saá.
-Recién le decía que hacía rato no se sabía nada de usted. Lo último que encontré, buscando en internet, fue que estaba en Corrientes, en pareja con un pai umbanda. ¿Es cierto esto?
-Son todas mentiras. Yo vivo en Villa Albertina, Lomas de Zamora, en el primer piso de la sede nacional del MIJD. Estoy acá desde siempre. No tengo por qué dar explicaciones sobre mi vida privada, pero no estoy en pareja, no estoy con nadie. Castells está trabajando en Rosario y el Chaco, y seguimos haciendo lo mismo que desde el año ‘93. No ha cambiado absolutamente nada, desde el punto de vista personal ni desde la militancia. El Gobierno es el que busca desprestigiar a los dirigentes de la oposición. Le molesta que uno vaya creciendo, adquiriendo conocimientos y aplicándolos. No es por nada, pero soy la única mujer que representa a los trabajadores y a las mujeres sencillas de este pueblo. Somos una organización nacional, por ende, no podemos estar los dos juntos buscando por un solo lugar.
-¿Se arrepiente del paso por Bailando por un sueño, o le sirvió para algo?
-El paso por el programa de Tinelli fue positivo. La repercusión fue excelente. Lamento no haber vuelto a aceptar esto. Se me complicaba por el trabajo, el estudio y la campaña electoral. Lo cierto es que me han llamado y he dicho que no. Ahora pienso que hubiese sido muy bueno volver a un escenario y poder transmitir desde allí todo lo que queremos hacer y lo que pensamos, pero no me daban los tiempos.
-¿Es de las defensoras del programa de Tinelli?
-Soy defensora de un espacio donde a nosotros, como organización política y social, nos beneficia. No me fijo si lo beneficia a Tinelli o no, sólo pienso en el rédito que sacamos nosotros al utilizar un escenario tan popular.
-¿Cómo va con la facultad?
-Muy bien. Aunque el año pasado se me complicó un poco con la muerte de mi padre, que hizo que tuviera que viajar a Corrientes. Me quedaron dos materias de tercer año, Biología humana y animal; y dos de cuarto, Anatomía comparada y Evolución. Son materias muy pesadas. Tengo que rendir las de tercero para dar las de cuarto a fin de año. Por eso, cuando termine con la campaña, tengo que ponerme a leer, urgente.
-¿Tiene facilidad para estudiar?
¿Y constancia?
-Me cuesta, pero trato de meterle varias horas. La biología es difícil. Y a la complejidad en sí de la carrera hay que sumarles mi militancia, mi casa, mis hijos. Son muchos los compromisos que tengo, y me impiden abocarme plenamente a la biología.
-¿Qué les dice a los chicos que no se animan a empezar una carrera?
-Si yo pude llegar de grande a terminar un secundario, hacer un terciario y ejercer como profesora de biología, quiere decir que se puede; esto no son palabras, son hechos.
-¿Siente que los maestros están descuidados por el Gobierno?
-El Gobierno nos culpa a quienes ejercemos la docencia de no hacer nada, de trabajar dos horas en la escuela y después ir a dormir. Eso no es así. Uno tiene que trabajar, buscar estrategias, planificar; son muchas las cosas que hay que hacer. Lo hablo ahora porque lo estoy viviendo desde adentro. No podemos siquiera tocar a los alumnos porque se te vuelve en contra. No tenemos respaldo como trabajadores de la educación.
-¿La conocieron cuando llegó el primer día a las escuelas a trabajar?
-Al principio había algunas miradas raras por parte de los directivos, pero cuando me fueron conociendo se dieron cuenta de que dentro de la escuela mi responsabilidad es que los chicos tengan una educación como corresponde. La responsabilidad es muy grande. Sabemos cómo está la cuestión social, básicamente con la juventud.
-¿Tiene buena relación con los alumnos?
-Hoy por hoy hay una camaradería, una relación más fluida, me conocen más.
-¿Cómo es al encarar la clase?
-Intento trasladar la parte científico-biológica de la materia que doy a la vida cotidiana, para que les sirva. No se trata de llegar y contarles cómo evolucionaron los seres vivos, por que te responden: “Yo no desayuné, profesora; no tengo para comer; no hice la tarea porque mi papa está preso”. Hay un montón de elementos que te llevan a aplicar cosas de la vida cotidiana, y te permiten separar la teoría de la práctica. Yo te tengo que decir cómo funciona. A veces hacemos de profesora, de asistente social, de psicólogo.
-¿Le ha tocado afrontar alguna situación de violencia?
-No, por suerte, no; me respetan mucho.
A veces, cuando se hacen los que no me entienden, les hablo en guaraní.
-¿Le gusta darles mensajes de vida, de las cosas que ha vivido?
-Les enseño que para ser grandes hombres y mujeres que le sirvan a este país, tienen que estudiar. A veces uno se sale de lo curricular, y eso jode a los directivos, pero las situaciones te llevan.
-¿Los chicos se interesan por la política?
-A los chicos no los veo interesados en política, al menos los que van a la escuela que yo voy. Se sienten muy excluidos, que nadie les da bolilla. Yo les digo: “Ustedes son iguales que cualquier chico, tienen las mismas capacidades que el resto; el tema es que los hacen sentir tan bajo que caen en eso, y no puede ser así”.
-¿Saben que el 14 de agosto tienen que votar en una elección primaria?
-No, no tienen ni idea. Alguno me ha preguntado si me voy a presentar como candidata, pero cuando les hago una repregunta no saben qué decirme. No saben lo que es una sección electoral. Por ahí conocen más a los políticos de antes. Los nombres de Alfonsín o Duhalde les suena, pero no mucho más que eso.
-¿Por qué cree que no se interesan?
-Sienten que les son útiles a los políticos a partir de los 18 años, que es cuando empiezan a votar; se dan cuenta de que los usan.
-¿Sigue considerándose una piquetera?
-Todos los argentinos somos piqueteros. Es la única forma que existe para hacer oír los reclamos. Si bajás la cabeza, te pasan por arriba.