26 de octubre de 2011
CREER O REVENTAR
El fantasma de Camila no ayudó a Daniel Ivoskus
"Dicen que merced a todo lo que hice hemos superado la maldición que Camila había impuesto en el Municipio", manifestaba hace un tiempo a La Tecla el intendente de San Martín, Ricardo Ivoskus, cuando un periodista le preguntaba si el fantasma de Camila O’ Gorman se había tranquilizado gracias a sus gestiones. Quiénes eran Camila y Ladislao. Qué tiene que ver Ivoskus con ellos.
"Dicen que merced a todo lo que hice hemos superado la maldición que Camila había impuesto en el Municipio", manifestaba hace un tiempo a La Tecla el intendente de San Martín, Ricardo Ivoskus, cuando un periodista le preguntaba si el fantasma de Camila O’ Gorman se había tranquilizado gracias a sus gestiones.
Vale destacar que después de varias destituciones de intendentes, Ivoskus lograba no solo completar su mandato, sino también ser reelecto. Sin embargo, parece que Camila no tiene contemplaciones con el hijo de Ivoskus, ya que luego de imponerse en las Primarias, cayó sorpresivamente en las generales.
Vamos con un poco de historia: unidos por la memoria y en el recuerdo histórico descansan Camila O’Gorman y el cura Ladislao Gutiérrez. En 1848 fueron fusilados por orden del entonces gobernador, Juan Manuel De Rosas, en la localidad San Andrés, partido de San Martín. El prohibido romance, les valió a la muchacha y el sacerdote la pena máxima, por amarse más allá de las creencias y las imposiciones religiosas.
Desde aquella época y hasta hace poco tiempo, en el Municipio que dirige Ricardo Ivoskus se instaló el mito de que el alma en pena de Camila circulaba por las calles clamando por un perdón o una especie de reconocimiento. Los relatores de la triste pero apasionante historia teorizaron que el fantasma vagabundo de O’Gorman produjo saltos institucionales en el distrito por no haberse permitido lo que ella y el sacerdote consideraron un gran amor.
A un siglo de su fusilamiento y con la vuelta de la democracia, el Municipio de San Martín se vio convulsionado por tres destituciones de intendentes. Ciertas voces autorizadas, y no tanto, adjudicaron dichos procesos políticos al fantasma de Camila.
Tras una dura lucha, Ivoskus logró resaltar aquella historia. Antes enfrentó una férrea oposición de asociaciones rosistas y el repudio de dos tercios del Concejo Deliberante, en 2004. La idea, finalmente llevada a cabo, era emplazar una escultura en los jardines del Museo de Rosas.
Un fallo de la Corte de la Provincia permitió la colocación de las figuras de Camila y Ladislao, que por fin lograron estar presentes con una imagen figurativa en la localidad que los vio juntos por última vez. Es por eso que se dice que a partir de la iniciativa del actual intendente, ambos fugitivos descansan y no recorren las sendas del distrito lamentando aquella trunca pasión.
¿Exorcismo, mito o casualidad? Nunca se sabrá. Lo cierto es que Ivoskus encaró la batalla de revalorizar ese amor a través de la historia, y actualmente transita por su tercer mandato, mientras que la mayoría de los demás intendentes no alcanzaron a terminar el primero.
Sin embargo, cuando decidió alejarse y dar paso a su hijo Daniel, parece que el fantasma de Camila no tuvo contemplaciones. Tal es así que el candidato kirchnerista había ganado las Primarias y hasta figuraba como triunfador en la mayoría de las encuestas. ¿Camila solo quería a Ricardo como intendente y no a su hijo? Las preguntas quedarán seguramente en el aire, A partir de diciembre, el distrito será gobernado por Gabriel Katopodis.