22 de mayo de 2012
ESTEBAN ECHEVERRIA
El OPDS, con las manos limpias
La Provincia nomencló al frigorífico COTO de Esteban Echeverría como categoría II, por lo que quedó bajo el control municipal. Por los subproductos que se elaboran y los compuestos químicos que implementarán, debió haberse considerado categoría III
Los problemas por la instalación de la planta faenadora y exportadora de pollos en Esteban Echeverría no se detienen. La Provincia nomencló al frigorífico COTO de Esteban Echeverría como categoría II, por lo que quedó bajo el control municipal. Por los subproductos que se elaboran y los compuestos químicos que implementarán, debió haberse considerado categoría III.
Para despejar cualquier tipo de duda, el organismo provincial se deshizo de las responsabilidades y clasificó al emprendimiento categoría II. Para las categorías I y II la función de contralor puede quedar en exclusivas manos de la comuna, aunque para la III es obligatoria su intervención.
En la planta no sólo se van a faenar animales, también se van a elaborar subproductos -tal como lo reconoce COTO en su presentación-, para no desaprovechar los desechos de los animales.
Para ello se requiere de la utilización de productos químicos contaminantes, cuestión que no se tuvo en cuenta.El uso de los túneles de congelado, las diversas maquinarias y los sistemas de transporte señalados en la presentación necesitan de la aplicación de lubricantes y otras sustancias que generan residuos peligrosos -categorías Y8, Y9 e Y18-. Estos no se mencionan en la memoria técnica y encuadran en los términos de la ley 11720, que regula que por estas características debería entrar en la categoría III de la ley 11459, independientemente del NCA.
“En estas condiciones se expidió el OPDS, que, a pesar de la desinformación de la memoria técnica, calculó el NCA -sin dar mayores precisiones pese a las presentaciones de los vecinos- y determinó que el emprendimiento correspondía a categoría II, por lo que el trámite quedó en jurisdicción municipal para su habilitación”, afirma el impulsor del reclamo, Pablo García.