7 de julio de 2012
TRAS EL ASESINATO
Al borde de un ataque de nervios
El doble crimen de los hermanos dejó en evidencia las falencias en Seguridad y provocó una crisis en el Municipio. Marisa Fassi pasa por el momento más difícil de su gestión y la oposición es acusada de desestabilizar
Tras los asesinatos, el pasado domingo, de Luciano y Marcelo Massa se desencadenó un conflicto político en Cañuelas.
La intendenta interina, Marisa Fassi, amagó, en varias oportunidades, con dejar su cargo. Es que este episodio no hizo más que desnudar el problema de la inseguridad en el distrito. Días atrás la Policía Bonaerense había sido alertada del crecimiento del delito, y se sabía que este tipo de desenlace trágico podía ocurrir en cualquier momento. Otra arista clave en la crisis que se desató es el rol de la oposición, que fue acusada de querer aprovechar la situación de nerviosismo para desestabilizar al gobierno municipal.
Todo comenzó el domingo 1 de julio, cuando fueron baleados los dos hermanos dueños del comercio “Doña Rosa”. Uno de ellos falleció en el acto, y el otro fue trasladado al hospital. Cuando la alcalde se presentó en el nosocomio, según confiaron a La Tecla, habría sido increpada por los familiares de las víctimas. Sumado a esto, debió afrontar, desde la misma noche del domingo, una pueblada de más 3.000 mil vecinos frente a la intendencia, que se prolongó varias horas. Allí, incluso, un grupo de personas le pidió la renuncia.
De hecho, el lunes por la mañana, la esposa del ministro de Asuntos Agrarios, Gustavo Arrieta, habría comunicado a sus colaboradores la intención de alejarse del Ejecutivo. Sin embargo, la llegada del ministro de Justicia y Seguridad, Ricardo Casal -quien quedó expuesto por las falencias en la seguridad-, descomprimió la situación y provocó que Fassi reviera su postura.
Fassi sabía, Casal no escuchó
La propia jefa comunal, a mediados de junio, advirtió sobre la difícil situación que se vivía en el distrito.
Es que en una reunión con autoridades policiales, Fassi les reclamó “mejorar con carácter inmediato los estándares de seguridad que se han visto afectados en los últimos 20 días”. Entre los funcionarios presentes se encontraban el jefe de la Policía Departamental San Vicente, comisario Ariel Morlini; el jefe de la Policía Comunal Cañuelas, Eduardo Bonardo; el comisario local, Ernesto Orlandi; el jefe del Grupo de Apoyo Departamental (GAD), Sergio Ferreyra; y el subsecretario de Prevención Ciudadana del Municipio, José Medrano.
Este encuentro se desarrolló luego de que se registró un aumento considerableme del delito, al punto que en sólo siete días se produjo más de una veintena de asaltos y robos. A pesar de este cónclave, la inseguridad continuó.
Ahora, tras el trágico desenlace, aparecieron las soluciones: anunciaron más patrulleros; la creación de la subzona de Policía Rural, la Comisaría de la Mujer; la subdelegación de Investigaciones con asiento en Cañuelas y un Plan de Prevención Urbana.
Aunque para los vecinos de Cañuelas las respuestas llegan tarde, e insisten en que todo se podría haber evitado.