21 de marzo de 2013
ECONOMIA BONAERENSE
En los sueldos se van los recursos
El gobierno provincial se ve cada vez más acuciado económicamente y, con los nuevos aumentos salariales, debe recurrir a la reasignación de partidas, con la consecuencia de postergar programas y obra pública
El tema mantiene una inquietante vigencia y, lejos de solucionarse, se agrava. En el gobierno de Daniel Scioli simulan como pueden la preocupación, y anuncian que, pese a la crisis, cumplirán con los sueldos y los aguinaldos de todo el año, aun cuando las arcas nacionales continúen vedadas para la administración bonaerense. Para ello se utilizan a las facultades de reasignar partidas, en detrimento de programas de gobierno y obra pública.
Desde la evaluación más vulgar de “no hay un mango partido al medio”, hasta la detallada y hartamente reiterada radiogra-fía del reparto de los recursos, los aportes realizados al Tesoro y lo recibido como contraprestación, el diagnóstico es uno solo: la plata no alcanza y la provincia de Buenos Aires está condenada a conformarse con pagar salarios y poco más.
Daniel Scioli, en una resolución impensada apenas un mes atrás, debió cerrar por de-creto las paritarias docentes y establecer un máximo del 22,6 por ciento de aumento dividido en tres veces. Similar situación con los gremios estatales, con los que el acuerdo quedó siempre más cerca que con los maestros. El argumento para contrarrestar la ira gremial fue en todo momento “se hacen los máximos esfuerzos para cubrir la demanda con recursos propios”.
Nuevos paros y la acusación de “irracionalidad de los sindicalistas” por parte del gobierno apenas son la punta del iceberg en una problemática que complica al límite el funcionamiento del Estado bonaerense.
Sin tener en cuenta la nueva pauta salarial, el 91 por ciento del presupuesto 2013 ya estaba comprometido en sueldos, jubilaciones y transferencias a municipios, según consignan las fuentes estatales. “Con el nue-ve por ciento restante se deben comprar los insumos de los hospitales, la nafta de los pa-trulleros, asistir a los comedores escolares, mantener las escuelas y hacer obra; imposible”, se quejan.
El aumento anualizado significa unos 14.000 millones de pesos. A la porción de esa cifra correspondiente a este año (unos 8.500 millones), la administración provincial piensa cubrirla con la suba de la recaudación (en ese sentido la inflación juega a favor, por el efecto que tiene en Ingresos Brutos) y la reasignación de partidas. Marcan un seis por ciento de incremento en el ingreso de los tributos propios, pero tampoco alcanza.
“La optimización de gastos”, como gusta bautizar el ajuste a los funcionarios provinciales, ya se hace efectiva. Y la tijera llega a todos lados. Sólo los ministerios de Salud, Justicia y Seguridad, Educación y Desarrollo Social evitan en mayor medida el recorte.
Funcionarios, tanto del ala política como de la económica, reconocieron a La Tecla que “hay una importante reasignación de partidas para asegurarnos tener la plata de los sueldos”. Sufren el tijeretazo todos los programas sin injerencia social directa y gran parte de la obra pública programada. En este rubro, de lo poco anunciado, se hará menos.
En el gobierno dicen que una buena porción de ese recorte se decidió luego de “incrementar en mil millones la masa salarial entre la segunda y la tercera oferta”. Además desestiman que en caso de llegar algo de dinero del Gobierno nacional sea para mejorar sueldos, sino “para cubrir las obras y los programas que quedaron relegados por la reasignación de partidas”.
También se abre una moratoria para deudores de más de 475.000 pesos, con la cual se buscará aumentar la recaudación y achicar el defasaje. No alcanzará para evitar el recorte de partidas que sufren todas las de-pendencias. Eso también será fagocitado por las cuentas sueldo.