14 de julio de 2014
LA PLATA
El déjà vu municipal
Digno tema para una cátedra universitaria (y para el diván): Bruera recuperó el timón. La oposición, atomizada y sin decisión, no marca la agenda, pese a las inundaciones y el cachetazo en las urnas
De especulaciones se trata la política, y también -en gran parte- el periodismo. El clima partidario en la Octava atraviesa una inaudita tranquilidad, quizás sea la calma chicha que antecede al diluvio, o la propia dinámica que se traslucirá en el electoral año 2015.
El Concejo Deliberante se ha transformado en un recinto de debates estériles, nimios y breves. A excepción de la aprobación de la Rendición de Cuentas, que dejó un poco en claro quién está de cada lado o sinceró el panorama, las sesiones no superan los 60 minutos, no existen expedientes controversiales, cruciales, ni mucho menos trascendentes para la gestión.
Bruera ha surfeado la peor ola del diluvio de un modo que debería ser tema de análisis y/o estudios en alguna maestría de Marketing Político. No tiene sobresaltos en el Concejo, ni aun en minoría, y ha recompuesto (un poco, al menos) su imagen pública, a tal punto que volvió a caminar y a sacarse fotos entre los vecinos que asisten a los recitales o espectáculos gratuitos cada fin de semana.
Este déja vu de Bruera tiene mucho de errores ajenos. La oposición, desgranada, invertebrada y atomizada, ni siquiera ha sabido capitalizar el cimbronazo electoral del año pasado. El massismo, que triunfó en las urnas, no le ha marcado la cancha al intendente ni por asomo. Todo lo contrario: va detrás de los temas de la agenda planteada por el oficialismo.
Desde que comenzó el año, el Frente Reno-vador no le ha impuesto un solo tema importante a Bruera en el Concejo, todo lo contrario, hasta le votó (algunos de sus concejales) la Rendición de Cuentas.
El kirchnerismo más radicalizado, referenciado en las figuras de Florencia Saintout y Martín Alaniz, que venía de comerse a los chicos crudos luego de una buena elección, tampoco le ha marcado el terreno. Es más: hoy parece una expresión del oficialismo co-munal, más allá de alguna rencilla interna.
El frente Unen, que en la Octava tiene re-presentación con cinco concejales (tres FAP y dos UCR), patalea; pero por el momento es una expresión minoritaria. Y tampoco ha ido a fondo en ninguno de los temas cruciales que podrían alterar al oficialismo: inundaciones, transporte, obras, etcétera.
Bruera, que hoy parece ya más cerca del oficialismo nacional que del Frente Reno-vador, ha sabido capitalizar este panorama para regenerarse luego del fatídico 2 de abril de 2013. ¿Hasta dónde le servirá esa recuperación? Es el interrogante del millón.
Trazar un panorama certero de cara a las PASO es una misión casi marciana. Por ahora, Bruera tiene dentro del oficialismo a un solo rival potencial, Gonzalo Atanasof, funcionario de Scioli. Pero hoy son más cercanos que distantes.
El massismo tiene dos vertientes, bien claras: una más dialoguista con el oficialismo y la otra más alejada. Ambas, de no surgir un cimbronazo político, se enfrentarán el año próximo, como ya lo hicieron en 2013.
El frente Unen esperará, entre otras cuestiones, la interna radical del 7 de septiembre, que en La Plata seguramente tendrá tres listas. Y el PRO, sin representación legislativa (en el Concejo ni en la Legislatura), por ahora no tiene candidato, habida cuenta de la postura del fiscal Marcelo Romero.