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Argentina
10 de octubre de 2015

“Es la Argentina de la intolerancia”

Luego de estar presente en el acto de Daniel Scioli, el dirigente agropecuario Eduardo Buzzi cargó duro contra Sergio Massa y contra la política económica a nivel nacional. Su perspectiva con miras a octubre

“Es la Argentina de la intolerancia”
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Si algo generó la asistencia del ex presidente de la Federación Agraria Argentina al teatro Opera, donde Daniel Scioli presentó sus propuestas, fue una gran sorpresa. “Sinceramente no creí que iba a tener tanta repercusión”, cuenta Eduardo Buzzi a La Tecla. “Supongo que subestimé el efecto de mi figura, pero lo raro es que acá se pasa de héroe a villano en un segundo y sin escala. En la sociedad Argentina hay un nivel de intolerancia muy preocupante. Evidentemente, estar ahí me significó un costo muy alto en términos de críticas en distintos sectores”.

-¿Le molestó esto al kirchnerismo?
-Al interior del kirchnerismo le molestó muchísimo; no es casualidad que Agustín Rossi salga con sus tuits descalificadores. El es ministro de Cristina, no es un militante suelto y anónimo; es un hombre del ala más dura y pura, y eso es un signo de que a Cristina le molestó mucho que yo esté ahí presente. Espero no haberle traído más problemas a Daniel de los que ya tiene.

-Dijo que fue a escuchar a Scioli. ¿Le gustó lo que escuchó?
-Es un enunciamiento sin apuntes; yo sé de oratoria, sin apuntes enunció una Argentina del reencuentro. Lo que dijo Scioli es un discurso para el tiempo que viene. Yo sigo siendo crítico de Cristina, y de la política agropecuaria, y de Kicillof, y, más allá de las diferencias, el aporte es que tiene que darse una Argentina del reencuentro, del futuro. Basta del blanco - negro, del amigo - enemigo. Esta es la Argentina de la intolerancia.

-¿Buzzi saltó la grieta?
-Basta con la grieta. El hecho de que yo esté ahí no tenía que significar traicionar a nadie, porque en esta Argentina binaria, lo que uno encuentra es que en el 2008 era traidor al peronismo porque estaba con la Sociedad Rural, y ahora soy traidor a los no peronistas por ir a un acto de Scioli. Prefiero seguir siendo coherente y defender a los pequeños productores. Hoy defenderé los intereses nacionales, frente al riesgo de que Argentina caiga en una experiencia liberal, que es lo que representa el macrismo.

-¿Habló con Scioli después del revuelo?
-No, no no hablé con Scioli. Viendo las reacciones; veo que a Scioli le trae problemas juntarse conmigo. Si algún día es Presidente, veremos qué hace y a quién convoca. Hoy no conviene que nos vean o que sepan que nos reunimos. Ahora, Moyano puede juntarse con Macri y está todo bien. Fijate hasta dónde llega el nivel de intolerancia de los fanáticos del cristinismo. Cuando yo decía que Cristina necesita agudizar la contradicción y buscar enemigos para hablarle a su jauría de fanáticos, no estaba equivocado. Además la comparaban con Perón, que le hablaba a una plaza abarrotada de trabajadores; ésta le habla al Patio de Las Palmeras, a un puñado de empleados públicos... Para eso necesita enemigos, y ahí me puso.

-¿Qué cree que piensa Scioli de este hecho?
-Scioli mostró su satisfacción cuando me vino a saludar, me lo dijo. Fue él el que vino, eso fue lo más curioso. Scioli no es lo mismo que Cristina, y por lo poco que lo conozco, no está de acuerdo con la dicotomía amigo - enemigo que plantea el Gobierno. No va a ser un chirolita, y no creo que sea un continuador de la Argentina binaria.

-Si le ofrecen ser parte del Ministerio de Agricultura, ¿qué dice?
-Habría que ver qué políticas se implementan, y si estuviera de acuerdo con ellas, le pondría el cuerpo, con mucho gusto. Y si no, sigo criando chanchos en mi pueblo.

-Destacó el estilo dialoguista de Scioli. ¿Y de Zannini?
-A Zannini lo conozco bastante poco, ha actuado mucho desde las sombras (la sombra de Néstor y Cristina); no digo que sea un hombre oscuro, ni mucho menos. No ha tenido una postura pública. Es una persona de alta confianza de Cristina, lo que me hace presuponer que es otro delegado para el gobierno que viene. De todos modos, no nos olvidemos nunca que Argentina fue presidencialista y no vicepresidencialista.

-Se habló de que Cristina puso a Zannini para controlar a Scioli...
-Los ministros los nombra el Presidente, no el vice. Y Scioli no es chirolita; se preparó mucho tiempo, soportó muchas cosas para ser presidente de la Nación. Opino por opinólogo que soy, nada más. No tengo relación directa con Scioli, soy independiente y observador.

-Con las críticas a Massa, ¿usted quería volver a los medios?
-Pero... lo único que falta. Te das cuenta que el hombre es tan pavo real. Massa tiene ese delirio. Se cree tan importante. Yo no necesito hablar de Massa para tener medios. Por sacarme una foto con Scioli mirá la repercusión que tuve. Yo no necesito hablar mal de Massa para tener medios, eso seguro. Los medios son un instrumento, hay que tener cosas para transmitir; si no es cholulismo.

-¿Se arrepiente de haber sido candidato a gobernador?
-Sí. Absolutamente. Fue un error grotesco. Cuando Juanjo Alvarez, Sergio Massa y Alberto Fernández me propusieron que sea candidato a gobernador de Santa Fe, creyendo que iba a tener convicciones, que iba a haber una organización política, recursos económicos, me equivoqué, por inexperiencia. Cuando yo acepté sin experiencia, sin armado, sin organización, era un caos absoluto, como era el FR de Santa Fe. Dilapidé parte de mi único, pequeñísimo capitalcito, que es mi buen nombre, en una experiencia fallida, en un espacio equivocado.

-¿Qué opina de Mauricio Macri?
-Macri me ha parecido más amplio de lo que imaginaba, es más plural. Pero me preocupa que haya sido halagado por Domingo Cavallo. Tiene esa sospecha que podría llegar a ser ese retroceso en las políticas y regresar al neoliberalismo económico. Cuando lo halaga Cavallo, la sociedad tiende a pensar que volvemos al neoliberalismo.

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