¿Cambia el origen del primer hombre moderno?
Un descubrimiento arqueológico obligaría a corregir las teorías. Según la última información, el ser humano contemporáneo no provendría de África, sino del lejano oriente
Un descubrimiento en China pone en duda el origen del hombre moderno. Éramos todos africanos. Pero no. Todos somos chinos. Al menos eso sugiere el último descubrimiento arqueológico en una excavación en Daoxian, al sur de China.
A lo largo de las últimas décadas, tanto la arqueología como el estudio genético de fósiles lograron establecer que el ser humano moderno se habría originado como tal en territorio africano, hace unos 60.000 años. Desde el Cuerno de África, habrían cruzado el Mar Rojo a través del Estrecho de Mandeb, de poca profundidad. Esta gran migración habría sido vital para la expansión del ser humano por todo el planeta.
Pero el descubrimiento de 47 dientes humanos en las cuevas de Fuyan, publicado recientemente en la revista Nature, obliga a los científicos a repensar –y quizás reescribir– la historia. Es que estas piezas dentales, claramente humanas, tendrían entre 80.000 y 120.000 años de antigüedad. Así, el hombre moderno podría no haber aparecido por primera vez en África, sino en China.