La compañía aérea Alaska Airlines modificó uno de sus vuelos entre Alaska y Hawái para coincidir con el fenómeno que se produce cuando la luna oculta al sol. Poné play!
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Sentir pasión y disfrutar su trabajo es una de las cosas que más felices pueden hacer a una persona y prueba de ello es lo que le pasó a Mike Kentrianakis, el jefe de proyecto sobre eclipse solar de la Sociedad Americana de Astronomía.
El científico iba a bordo de un vuelo de Alaska Airlines entre Anchorage y Honolulu el 8 de marzo, día en que en desde buena parte de La Tierra se pudo ver un eclipse total de sol (no era visible desde la península ibérica). Para un astrónomo puede ser un fenómeno común, pero verlo a 35.000 pies de altura hace que sea especial.
Kentrianakis grababa con su móvil el vídeo mientras hacía comentarios emocionados del tipo "Oh Dios mío. Oh Dios mío. Aquí vamos. Mira esto. Está viniendo. ¡La sombra de la luna se acerca!". El astrónomo va subiendo el tono hasta que llega el eclipse: "¡Ya tiene la corona! ¡Ahí está! ¡Mira eso! ¡La totalidad! ¡Totalidad! ¡Oh Dios mío! ¡Sí, sí! ¡Mira eso! ¡Mira la luna! ¡La sombra completa!" y "¡Prominencias!", grita.
La coincidencia del vuelo con el eclipse estaba programada gracias a la flexiblidad de la compañía, que en un principio tenía previsto ese vuelo regular para 25 minutos antes, lo que hacía imposible la observación del fenómeno, pero dado que había varios científicos abordo consintió en retrasar el despegue para hacerlo coincidir.