9 de junio de 2016
DESDE EL VATICANO
Lo que dejó la Cumbre de Jueces contra el crimen organizado
Pidió el Papa Francisco “aplicar la praxis italiana de recuperar los bienes mal habidos de los traficantes y delincuentes para ofrecerlos a la sociedad y, en concreto, para la reinserción de las víctimas”
Por Mario Baudry
Entre el 3 y el 4 de junio se llevó a cabo en la Casina Pio IV de la Ciudad del Vaticano un congreso que reunió a más de 100 jueces, fiscales e intelectuales de todo el mundo, comprometidos con la lucha contra la Trata de Personas y el Crimen Organizado, donde se habló de blanqueo de capitales, narcotráfico, trata de personas y los modos del delito y las formas para combatirlo.
Este cónclave fue organizado por la Academia Pontificia de Ciencias del Vati-cano, que preside Marcelo Sánchez Sorondo, y Gustavo Vera, de la ONG La Alameda. Asimismo integraron el staff el Prof. Jhon McEldowney y el Prof Jeffrey Sachs, y, como maestra de ceremonia, Valeria Mazza.
Por Argentina participaron Santiago Inchausti, Juez Federal de Mar del Plata; Susana Medina de Rizzo, vocal del superior Tribunal de Justicia de Entre Ríos; Julio Piumato, titular del sindicato de judiciales; Ricardo Luis Lorenzetti, presidente de la Corte Suprema; Eduardo Daniel Adler, Fiscal Federal de Mar del Plata; Sebastián Casanello, Juez Federal penal; Marcelo Colombo, Fiscal General; Julián Ercolini, Juez Federal.
También María Romilda Servini de Cubría, Juez Federal; Sergio Gabriel Torres, Juez Federal; Zunilda Niremperger, Juez Federal de Chaco; Carlos Alberto Vera Barros, Juez Federal de Rosario; Miguel Eugenio Abasolo, Juez Federal de Rafaela; Diego Sebastián Luciani, Fiscal de Juicio; Claudio Rodolfo Kishimoto, Fiscal Federal; Ariel Oscar Lijo, Juez Federal; Juan Pablo Curi, Fiscal Federal de Dolores; Gabriel de Vedia, Fiscal Federal; Marcos Grabivker, Juez de la Cámara Nacional en lo Penal Económico; Luciano Homero Lauría Paz, vocal del Tribunal Federal Oral de Santa Fe; y Federico Hernán Villena, Juez Federal de Lomas de Zamora.
La exposición fue de quince minutos para cada participante y se realizó en un orden previamente establecido, que conducía Valeria Mazza.
El cónclave se desarrolló en dos días. El primero, muy emotivo, por cuanto tuvo la visita del Papa Francisco, el cual se salió de todos los protocolos de seguridad del Vaticano para saludar personalmente a cada uno de los asistentes, y agradecerles por su visita.
Esto generó una gran conmoción en todos los presentes; muchos no aguantaron las lágrimas al mo-mento de ver al Sumo Pontífice.
En su exposición, el Papa Fran-cisco dijo que “...yo sé que ustedes sufren presiones y amenazas y que ser juez, ser fiscal, es arriesgar el pellejo. Y eso merece un reconocimiento a la valentía de aquellos que quieren seguir siendo libres en el ejercicio de su función publica; sin esta libertad, el poder judicial de una nación se corrompe y siembra corrupción..”. Y les agradeció:
“...renuevo la expresión de mi estima por vuestra colaboración para contribuir al progreso humano y social y remarco su noble servicio a la humanidad...”; aunque lo que llamó mucho la atención fue que “…la Igle-sia está llamada a comprometerse. No cabe el adagio de la iluminación, de que la Iglesia no deba meterse en política; la Iglesia debe meterse en la gran política..”.
Después de las emociones, el día sábado les tocó el turno de exponer a los argentinos, quienes fueron muy elocuentes al ex-presar los problemas que tiene Argentina en la lucha contra la trata de personas y el narcotráfico, y, por sobre todo, en la confiscación de los bienes de los delincuentes, para ser reutilizados por el Estado al estilo italiano.
Toda la comitiva argentina expresó su apoyo al juez Casanello, que mientras estaba en la Cumbre de Jueces en Roma sufría un feroz ataque desde distintos sectores del poder argentino. El juez Casanello los minimizaba por cuanto manifestaba que no eran verdad, pero para el Papa Francisco no pasaron inadvertidos, y tuvo un gesto de apoyo explícito.
Los almuerzos y cenas corrieron por cuenta de los organizadores, quienes juntaban a todos los participantes en el solárium de la Casina Pio IV; entre pinturas del Renacimiento se comentaban los temas más urticantes de las causas que tramitan en la Justicia Federal de Comodoro Py.
El encuentro sirvió para recomponer relaciones entre jueces que hace mucho tiempo no se hablaban. La paz del Vaticano todo lo podía.
*Director de revista La Tecla