Entre la infinidad de tatuajes que tiene el futbolista argentino, se destaca uno en particular, que hasta aquí pasó inadvertido.
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Empezó con un tatuaje de la cara de su mamá, Celia, en el omóplato izquierdo. Algunos años después siguió con las manitos de su hijo mayor, Thiago. ¡Y se copó! Le siguió una pelota, el rostro de Jesucristo, una rosa, dibujos cada vez más grandes y coloridos. Hoy, Lionel Messi tiene un brazo y una pierna casi cubiertos en su totalidad.
Y sin embargo, hay un tattoo en particular que pasó inadvertido: es aquel que se asoma en la cara interna de uno de sus bíceps en una foto que recientemente se sacó junto a sus compañeron del Barcelona.
El crack del Baracelona se hizo ese tatuaje hace unos pocos meses. Y está inspirado en el ojo de su mujer, Antonella Roccuzzo, a quien conoció en la niñez que disfrutó en su Rosario natal.
