14 de octubre de 2016
OLLAS POPULARES
El rol de los movimientos sociales ante la pobreza
Datos oficiales confirmaron una cruda realidad que golpea a los sectores más vulnerables, al mismo tiempo que volvieron las ollas populares. Las posiciones políticas de las agrupaciones territoriales y el incremento de los comedores.
El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) volvió a arrojar datos oficiales sobre situaciones sociales en el país. En ese marco, de acuerdo al informe final del segundo trimestre del 2016, en la región GBA la pobreza alcanza al 30.9 por ciento de las personas, mientras que a nivel nacional la cifra asciende a 32.2 puntos porcentuales. Si bien durante los últimos años del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner no se publicaron números oficiales sobre la problemática, los indicadores privados que sí lo hacían dan cuenta de un incremento en los valores actuales respecto de los previos.
En ese marco, las organizaciones sociales de presencia territorial en los sectores vulnerables de la sociedad se dividen entre las que acusan al tridente CFK-herencia-Mauricio Macri y las que apuntan directamente al actual gobierno de Cambiemos como mero responsable de los altos valores de pobreza. A su vez, las protestas y las ollas populares volvieron al centro de la escena para los movimientos territoriales.
En conversación con La Tecla, Amancay Ardura, coordinador nacional de la Corriente Clasista Combativa (CCC), espacio que, junto a Barrios de Pie y la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), impulsó mil ollas populares en todo el país, responsabilizó tanto al kirchnerismo como al oficialismo por la realidad. “Estamos ante un gobierno que ha agravado la terrible herencia del gobierno anterior”, señaló, y sostuvo que en la coyuntura “la necesidad es extrema y es en todos los terrenos, no hay espacio para esperar”.
“La situación se agrandó a partir de diciembre con la profundización de la recesión económica”, aseveró, y explicó que, como consecuencia de ello, se cortaron las “changas de albañilería, plomería, carpintería” en los barrios. “La reducción de esas changas ha generado profundas crisis, se volvió a cenar mate cocido y un poco de pan, volvieron a crecer los comedores escolares y merenderos”.
En la misma sintonía se expresaron desde el Frente Popular Darío Santillán (FPDS), remarcando que “la situación se ha agravado enormemente desde que asumió Mauricio Macri; en marzo ya sumamos 200 raciones más de comida, que necesitábamos. En la villa 21-24 teníamos un comedor para 200 personas y ahora tenemos para más de 400 personas, y día a día se acercan más familias”. Asimismo, el referente territorial, Ricardo Fernández, manifestó que “en todo el Conurbano se ha incrementado la cantidad de gente que se arrima a pedir comida y trabajo”.
En la vereda de enfrente se posicionó Fernando Esteche, líder de Quebracho e integrante del partido Miles por Tierra, Techo y Trabajo, quien responsabilizó por la situación social al gobierno de Cambiemos. “Este gobierno, claramente, gobierna para sus jefes y contra el pueblo”, apuntó, y destacó que “se está conformando un paisaje social muy similar a los noventa, con elementos simbólicos que remiten a esa época, como las ollas populares, el hambre en las barriadas y las protestas en las calles”.
Esteche indicó además que “en la medida en que no se cambie la política, esto se va a acentuar, y no debemos sorprendernos de que los repertorios de protestas vayan creciendo y propagándose en términos territoriales”. En ese sentido cuestionó que “es un Estado que está saboteando su propia gobernabilidad a partir de la aplicación de políticas neoliberales contra el pueblo argentino”.
Desde la CTEP -de vínculo directo con el Movimiento Evita-, el responsable, Gildo Onorato, esquivó hablar de herencia y manifestó que la situación no es más cruda, ya que “el piso social y económico es mucho más alto que en crisis anteriores, como la del 2001”. Al mismo tiempo subrayó que “desde el 29 de abril a la fecha hemos abierto 600 merenderos, nuevas bocas donde los compañeros van a buscar las viandas o a comer por la necesidad; todos los días tenemos demandas y demandas”. Y agregó: “Desde el 29 de abril a la fecha tenemos 120 mil pibes a lo largo y ancho del país, es una situación que se ha agravado. No sabemos cómo el Gobierno no lo ve, sólo vemos que reacciona con muchísima frialdad y con una estigmatización muy profunda sobre los sectores populares”.
Posicionamiento similar realizaron el líder de Quebracho y el coordinador de la CCC, quienes manifestaron que existe una conciencia social diferente respecto de años previos, y desde allí, las organizaciones territoriales redoblan la lucha.
“Hay un nivel de cultura política y organización popular muy superior. Desde ahí hay una gran cantidad de compañeros que estamos embarcados en lo que es la construcción de la salida política de la crisis”, aseguró Esteche. Mientras que el coordinador de la CCC, Ardura, expresó que “las organizaciones no se desprenden de la lucha”.
Entre diversas acusaciones a los posibles responsables por el actual estado social y el índice oficial de pobreza que arrojó el Indec, más la lucha instalada en las calles, trascienden los días las organizaciones territoriales de fuerte presencia en la provincia de Buenos Aires y en el ámbito nacional.