16 de enero de 2017
PROVINCIA
La nueva batalla legislativa entre el massismo y Cambiemos ya tiene nombre: “Ley del Arrepentido”
Durante 2016, ambos espacios políticos protagonizaron una puja por la firma de proyectos: paridad de género, límite a las reelecciones indefinidas y protección de las víctimas. Según trascendió, la gobernadora impulsará la Ley del Arrepentido, iniciativa que también llevará al recinto el Frente Renovador.
Ni bien comience el período de sesiones legislativas, el Ejecutivo girará a la Legislatura el proyecto para instalar en la Provincia la Ley del Arrepentido, una figura legal que le permite a un funcionario o persona denunciar una asociación ilícita o crimen organizado del que formó parte.
“Esto responde a la preocupación de la gobernadora María Eugenia Vidal de tener todas las herramientas óptimas para combatir la corrupción y el crimen organizado en todas sus formas”, explicó a DIB el Subsecretario de Justicia bonaerense, Adrián Grassi.
La iniciativa complementa la ley nacional que aprobó el Congreso en octubre pasado –que dispone que puede aplicarse la figura a los casos de corrupción, los que implican delitos contra el Código Aduanero y de asociación ilícita- al modificar el Código Procesal Penal bonaerense para facilitar su aplicación práctica, precisando de qué modo se aplicarán los acuerdos de arrepentimiento para bajar penas contenidos en aquella norma.
De esta manera, Cambiemos volverá a avanzar en una normativa que también impulsará el Frente Renovador. Según señaló el diputado Ramiro Gutiérrez a La Tecla, la Ley del Arrepentido fue presentada por el bloque para su tratamiento en el parlamento bonaerense y el objetivo era promoverla para su lograr su aprobación en 2017.
“El Gobierno Nacional se esmeró junto con el Frente Renovador para obtenerla y ahora debemos espejarla en la provincia de Buenos Aires”, expresó en diálogo con este medio el vicepresidente de la Cámara baja.
Desde el 10 de diciembre de 2015 a esta parte, el Frente Renovador se convirtió en el bloque opositor por excelencia, con el que Cambiemos negoció la salida de leyes importantes. También se convirtió en la bancada capaz de imponer la agenda en el Congreso de la Nación y en la Legislatura provincial.
A partir de la asunción de María Eugenia Vidal, la relación entre ambos espacios parece haber sufrido una metamorfosis. Pasó del amor al odio. En el medio de este proceso, ambos partidos tironearon por la autoría de una serie de proyectos que tuvieron fuerte repercusión, tanto dentro del área parlamentaria como en los medios de comunicación.
Dos de los más resonantes tuvieron que ver con la Reforma Política. El primero, el límite a las reelecciones de intendentes y legisladores en la provincia de Buenos Aires; una iniciativa que, desde el día uno, el Frente Renovador pregonó como propia. No obstante, en el medio de esta “lucha contra las mafias” que impuso un sello en la gestión de María Eugenia Vidal, Cambiemos levantó la copa del triunfo y se adjudicó la aprobación de la normativa.
“Vidal va a ser recordada como la Gobernadora que les puso límites a los que gobernaron municipios por 20 años o más y la que generó igualdad entre hombres y mujeres en las listas legislativas”, señaló el vicepresidente de la Cámara de Diputados, Manuel Mosca, tras la votación de la paridad de género, otro proyecto que generó la puja entre el oficialismo y el Frente Renovador.
Lo cierto es que el proyecto en cuestión lleva la firma del senador Sebastián Galmarini, con la clara influencia de Malena, su hermana y nada menos que la esposa de Sergio Massa, líder del espacio.
El tironeo por la paridad de género no sólo se dio en los medios de comunicación. En el mismo recinto, el día que se votó la ley, carteles, banderas y cotillón decoraron la sala de debate, tanto de un lado como del otro. Pero hay más. En esta serie de proyectos que el massismo y Cambiemos alardean “gracias a mí” se podría mencionar el paquete de proyectos que prevé la protección a las víctimas de delitos, que el senador José Luis Pallares viene presentando desde 2012, tras perder estado parlamentario en la Cámara baja.
En 2016, el Ejecutivo provincial giró al Poder Legislativo un grupo de leyes que, entre otras cosas, incrementa su injerencia en el proceso penal. “Cambiemos atiende al marketing y no a las cuestiones de fondo. Copian frases, iniciativas, pero sin el contenido. Cuando nosotros hablamos de un programa de atención a las víctimas, lo hacemos desde la verdadera creencia que hay que cambiar el corazón del derecho penal”, arremetió, en diálogo con La Tecla, el senador massista Jorge D’Onofrio.
Todo parece indicar que 2017 también tendrá una pelea por el “derecho de autor” entre el massismo y Cambiemos. Esta vez, le llegará el turno al “arrepentido”.