Los carnavales de las distintas ciudades bonaerenses también fueron tierra
fértil para la chicana política. En pleno año electoral, ni las celebraciones locales lograron instalar una tregua a las confrontaciones entre oficialismo y oposición
Compartir
Salvo por raras excepciones, los carnavales que se llevaron adelante en los diversos municipios bonaerenses dejaron mucha te-la para cortar, y las disputas locales se re-versionaron con críticas de todo tipo, que incluyeron, en varios casos, murgas y comparsas que fueron acusadas de bajar línea política.
Denuncias de censura y represión, carrozas, quema polémica de muñecos y hasta políticos murgueros fueron algunas de las postales que demostraron que los corsos de los años impares no escapan a la lógica de la puja electoral que puede observarse en cualquier pasillo de la Legislatura bonaerense o salón de un Concejo Deliberante.