13 de octubre de 2017
SALUD
La buena nutrición es clave para tener un envejecimiento saludable
Los buenos hábitos alimenticios durante la tercera edad disminuyen los riesgos cardiovasculares, de cáncer, y de pérdida de masa y fuerza muscular, al tiempo que mejoran la calidad de vida.
Los buenos hábitos alimenticios durante toda la vida, y particularmente en la tercera edad, disminuyen los riesgos cardiovasculares, de cáncer, y de pérdida de masa y fuerza muscular, al tiempo que mejoran la calidad de vida.
Según estadísticas recientes de la Organización Mundial de la Salud (OMS), hoy en la Argentina la expectativa de vida alcanza a un promedio de 76,3 años (72,7 en los varones y 79,9 para las mujeres), lo cual representa enfrentarse a nuevas situaciones y enfermedades.
Especialistas convocados por el 21º Congreso Internacional de Nutrición, que se llevará a cabo en Buenos Aires del domingo 15 de octubre al viernes 20, destacaron que "el gran desafío que enfrenta la medicina moderna es lograr un envejecimiento saludable y tanto la nutrición como la actividad física son claves para alcanzarlo".
Los cambios que constituyen e influyen en el envejecimiento son complejos dado que, en el plano biológico, está asociado con la acumulación de una gran variedad de daños moleculares y celulares.
Con el tiempo, estos daños reducen gradualmente las reservas fisiológicas, aumentan el riesgo de muchas enfermedades y disminuyen en general la capacidad del individuo.
Las especialistas advirtieron que siempre hay que atender a la situación individual de cada persona, pero en líneas generales, podría sugerirse que debe consistir en una ingesta de entre 2.000 y 2.400 calorías diarias, distribuidas entre hidratos de carbono (55-60%), proteínas (15-25%) y grasas (20-25%).
La alimentación del adulto mayor debe ser baja en sodio (sin sal agregada, prefiriendo otras especias para condimentar), abundante en fibras y vitaminas (frutas, verduras y granos enteros), rica en calcio (lácteos) y hierro (carnes magras y legumbres).
"El adulto va perdiendo progresivamente masa muscular y fuerza muscular, es lo que se conoce como ‘sarcopenia’. Esto impacta en su capacidad de hacer actividad física y aumenta la fatiga. Todos estos elementos incrementan el riesgo de caídas, con las potenciales fracturas de cadera o muñeca y toda la morbilidad asociada a esa situación en esta etapa de la vida", insistió Carrera.
Estar polimedicado puede favorecer la desnutrición, hipoglucemias y alteraciones en el gusto y el apetito.
Con el paso del tiempo, además, pueden aparecer determinadas alteraciones en el aparato digestivo, como problemas de masticación por pérdida de piezas dentarias, dificultades en la deglución, disminución de la motilidad esofágica, retraso en el vaciamiento gástrico y estreñimiento por falta de ejercicio físico y escasa ingesta de líquido.