La Tecla
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Sergio Massa convocó al bloque de diputados de la provincia de Buenos Aires a una reunión en sus oficinas. El motivo del encuentro era fijar la postura del Frente Renovador en las discusiones que se vienen en la Legislatura bonaerense a partir del paquete de leyes que envió el Ejecutivo.
La reunión se cargó de tensión cuando quedaron contrapuestas las posiciones de un sector del bloque, con una pose más dura respecto al oficialismo, con las del otro sector que se muestra más conciliador con Cambiemos.
Así, mientras el exvicepresidente de la Cámara, Ramiro Gutiérrez, proponía acompañar aquellas iniciativas que consideran buenas o están bien, Ricardo Lissalde mostró su desacuerdo con esta posición y dejó en claro que para él la postura del bloque debía ser de oposición total. “Lissalde tiene una visión más cercana al kirchnerismo de oponerse a todo”, dijeron quienes contaron el hecho a La Tecla.
Las argumentaciones de Lissalde, en un tono poco amigable al parecer, encendieron el termostato de Gutiérrez, que en un momento estalló y luego de un fuerte cruce de palabras se le fue encima al legislador de la Séptima sección. Parece que estuvo muy cerca de aplicarle un golpe pero fue frenado a tiempo por sus pares. No debe soslayarse que Gutiérrez es un karateka profesional , y tiene a ese deporte como su hobbie predilecto.
“Lissalde es grandote, pero si lo agarra lo mata”, bromeaban algunos en la Cámara baja cuando se enteraron del episodio.
Las diferencias dentro del bloque de Sergio Massa en la Legislatura provincial se evidencian desde hace un tiempo. Hubo una clara muestra pública cuando se votó la ley de honorarios de los abogados. Allí, Gutiérrez acompañó la iniciativa del oficialismo, mientras que Lissalde se opuso al proyecto en particular y en general.
A Massa le está costando sostener a la tropa dentro de un mismo corral y en armonía.