La Tecla
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Berisso, financieramente hablando, es uno de los distritos más complicados de Buenos Aires. Desde su asunción, en diciembre de 2015, el alcalde Jorge Nedela se acercó al gobierno bonaerense en varias oportunidades para pedir algún tipo de ayuda económica, siempre para afrontar el pago de salarios y aguinaldos.
Diciembre de 2017 no fue la excepción, y Provincia le otorgó la módica suma de cuatro millones de pesos como adelanto de coparticipación. Con ese dinero, el alcalde pudo frenar una huelga de municipales que no llegó a iniciarse y pagar el sueldo ya con la primera semana del mes transcurrida.
Como nada es gratis en la vida, el Ejecutivo bonaerense le reclamó al distrito que recorte el gasto político para dar un ejemplo de austeridad a la sociedad, además de ahorrar y dejar de requerir ayuda financiera. El mismo pedido se realizó a todos los distritos de Cambiemos; algunos ya acataron y otros están en proceso.
Prácticamente al instante de la última exigencia del equipo de María Eugenia Vidal, el mandamás berissense llamó a sesión extraordinaria para aprobar la adhesión al Pacto Fiscal, más las emergencias económica y administrativa del distrito. Lo hizo el martes 19, para sesionar el jueves 21. Allí explotó la bomba política en el kilómetro cero del peronismo, y todavía perdura.
Es que son veinte los concejales que componen el Legislativo local. Una decena (con la presidencia incluida) responden a Cambiemos; siete, a Unidad Ciudadana (kirchnerismo y peronismo); dos, al Frente Renovador (peronistas opositores); y un monobloque PJ de Jorge Pagano, que hasta el momento fue aliado del intendente pero revirtió su postura.
Es decir, diez oficialistas y diez opositores; con el voto del presidente en caso de empate, Nedela tendría sin problemas la aprobación de las medidas. Pero no. Todos los ediles rivales a Cambiemos no se sentaron en ninguna de las cuatro sesiones extraordinarias (hasta intentaron sesionar el sábado 23 de diciembre a las 8 de la mañana) y el intendente no consigue el quórum, algo que, hoy por hoy, pasó a ser más que un dolor de cabeza.
Con dicho panorama, Nedela puso sobre la mesa diferentes estrategias que se derrumbaron una por una. Primero anunció que descontaría los días de ausencia de los ediles que no se presenten en las sesiones. Duró lo que dura el aire en una bolsa. Es que los concejales se presentaron a trabajar pero, por diferentes motivos, las sesiones se cayeron.
Lo mismo ocurrió con la segunda carta del intendente: buscar uno por uno a los legisladores comunales de la oposición con
La comuna se amparó en el artículo 70 de
Así llegó la tercera maniobra, que solamente podría leerse en algún guión de Hollywood. El Ejecutivo pretende que el edil massista Maximiliano Barragán renuncie, para que asuma en su reemplazo Lorena Rusillo, a quien en la comuna cuentan como aliada.
Desde el HCD, todos los sectores sostienen que la presión que pesa sobre Barragán es “imposible de manejar”, y detallan que “le pusieron a la familia en contra; ellos lo denunciaron por averiguación de paradero por dos horas que no respondió el celular”, lo que llevó a que la policía saliera a buscarlo. Hasta le “reventaron” la puerta de la casa, pero no falto ningún elemento de valor. También hubo intentos de declararlo inhábil para cargos públicos, que llevaron a que el concejal fuera sometido a una serie de exámenes profesionales para conocer su salud mental.
Todos remarcan “la presión que le están haciendo a Maxi”. El oficialismo apunta directamente al peronismo, y la oposición, a la comuna. “Yo no sé con qué lo están persiguiendo, pero el chico está desbordado. Esa puede ser la estrategia para declararlo insano y que tenga que dejar la banca”, señaló uno de los operadores políticos del distrito.
Barragán sólo usa las redes sociales para hacer catarsis. “Sigo de pie”, fue el mensaje después de la primera denuncia por averiguación de paradero con posterior examen psiquiátrico. Según el propio edil, el profesional le dijo: “Si dicen que usted está loco, creo que los locos son los que lo quieren encerrar”.
Parece una de las mejores escenas de House of Cards, pero no; es el día a día de la grieta en Berisso por la adhesión al Pacto Fiscal y la sanción de las emergencias económica y administrativa.
Este miércoles era el día marcado por el Ejecutivo para que todo llegue al final. Por ello, en la sesión programada para las diez de la mañana solo se iba a tratar el Pacto Fiscal con varias modificaciones, sin las dos emergencias que deberán esperar a la creación de una comisión especial para su tratamiento.
No obstante, una vez más el oficialismo no logró quórum y el jefe comunal no pudo conseguir su objetivo. Cabe destacar que, según pudo saber La Tecla, después de dos reuniones mantenidas durante el lunes con sindicalistas y concejales de la oposición, en la comuna celebraban un principio de acuerdo para que la adhesión salga sin inconvenientes.
Así las cosas, por quinta vez en las últimas tres semanas, el intendente de Berisso se quedó sin consentir el pedido del gobierno bonaerense.