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28 de enero de 2018
PROVINCIA

La pelea para que pasen los micros

Varios jefes comunales del interior bonaerense sufren la falta de servicios de transporte de pasajeros hacia las grandes ciudades, y le exigen a la Provincia que intensifique los controles con las empresas privadas para que mejoren la frecuencia

La pelea para que pasen los micros
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A los intendentes de los distritos chicos no les pasan los micros. La falta de frecuencia hacia los grandes centros urbanos, como La Plata y Capital Federal, preocupa a algunas gestiones municipales, y los jefes comunales elevan sus reclamos a las empresas y a los organismos y estamentos del Ejecutivo provincial, que deben velar por un correcto servicio de transporte.

Desechados por no ocupar rutas atractivas que reditúen económicamente a las líneas privadas, los alcaldes deben contener puertas adentro los enojos de sus vecinos por la baja calidad de los servicios y la falta de opciones para poder viajar. Incluso en algunos municipios ni siquiera existe un transporte directo a los principales destinos, y los ciudadanos que, por distintas razones, deben ir a CABA o a la capital provincial están obligados a movilizarse primero hacia otros distritos más grandes para poder llegar a destino.

Uno de los municipios afectados por esta problemática es Carlos Tejedor. Allí, el intendente de Cambiemos, Raúl Sala, se cargó al hombro el malestar de los vecinos y comenzó a gestionar mejoras en el servicio que éstos reciben. “Quiero ver si puedo traer mayor cantidad de micros que recorran el distrito para mejorar la accesibilidad a los grandes centros urbanos. Tengo dos líneas que no están cumpliendo siquiera con lo pautado, porque viajan una sola vez al día para Capital o La Plata”, apuntó. 

En ese sentido, el jefe comunal boina blanca reveló que “a principios de diciembre de 2017 ya confeccioné una nota de pedido por este tema, porque tengo muchos estudiantes y gente que tiene que hacerse análisis que viven quejándose por la pésima calidad del servicio”.

Además, Sala dejó un palito para los responsables de monitorear a las empresas privadas que deberían cumplir los recorridos: “Hay que ajustar los controles, porque las líneas no cumplen los convenios pautados en materia de frecuencia”.

Los entes que deberían ajustar la fiscalización son dos: para aquellos servicios que tienen como destino la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el órgano encargado de vigilar su desempeño es la Comisión Nacional de Regulación del Transporte. En cambio, para los puntos de conexión en el terreno bonaerense, el área responsable de garantizar el pleno funcionamiento es la Subsecretaría de Transporte, que dirige Mariano Campos y depende del Ministerio de Infraestructura. 

Ambos entes son la caja de resonancia del descontento que tienen los intendentes, debido a que el primer reclamo que efectúan frente a los responsables de las empresas, rara vez es escuchado. Allí donde los jefes comunales ven que de-bería haber una correcta prestación de un servicio público, los privados lo prestan solamente si conviene en términos económicos. “Si hay ganancia, se hace”, es el lema de las empresas. 

En diálogo con La Tecla, el mandamás de Leandro N. Alem, el K Alberto Conocchiari, admitió la vigencia del problema. “Siempre hay quejas, es un tema recurrente”, deslizó. Sin grieta, 
al igual que Sala, el intendente pidió mayor intervención estatal en el tema: “Los grandes micros no entran porque lo ven como un pérdida de tiempo; sería importante que se les exigiera que generen nuevos servicios”.

A casi 600 kilómetros de distancia, en Coronel Rosales, el mandamás local, Mariano Uset (Cambiemos), también chilló por este motivo, y reconoció un principio de malestar por parte de los usuarios. “Estamos teniendo las primeras manifestaciones de preocupación por servicios a La Plata, que no son directos; tenemos el clásico lechero, que de-mora cuatro horas más de lo que debe-ría”, indicó a este medio. 

Peor todavía es el caso de Hipólito Yrigoyen. Tras el cese de la empresa Rápido Argentino, el servicio a La Plata quedó vacante, y las combis tomaron la posta. No obstante, la frecuencia de estos rodados es menor. Solamente cubren el trayecto dos veces por semana, e incluso el servicio se ve reducido durante el mes de enero.

En Suipacha, el destino Capital Federal no tiene vínculo directo. Frente a esto, los suipachenses deben viajar hasta Chivilcoy o 25 de Mayo para llegar; y si no, optar por Mercedes para tomar el tren. Resignado con las empresas privadas, el alcalde Alejandro Federico (Cambiemos) puso todas las fichas en el ferrocarril. “Estamos entusiasmados con la alternativa de que el Belgrano Cargas pueda sumar el servicio Suipacha-Capital Federal”, expresó a La Tecla. 

Como su distrito, Pila es otro ejemplo: sus habitantes se acercan hasta Lezama para poder llegar al mismo destino. 

Por fuera de la grieta política, sin distinciones de co-lores partidarios, los municipios chicos afrontan un desafío que, a priori, los ubica en un lugar no muy cómodo. Encerrados entre el alcance del Estado y las obligaciones de las empresas privadas, la lucha es una: 
que los micros entren en sus terminales. En paralelo, los vecinos aumentan las quejas. 

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