La Tecla
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El 11 de abril de 2017 falleció el exvicegobernador Alberto Balestrini, luego de sufrir durante siete años las consecuencias de un Accidente Cerebrovascular (ACV). Desde aquel entonces, el hombre de
Siempre se lo recuerda. Ocurre, sobre todo, cuando el peronismo se reúne entre dirigentes y militancia, ya sea por cónclaves centrales para el partido o actos de la política diaria.
El último caso resonante tuvo lugar en Hurlingham, en el Congreso del Partido Justicialista, donde el exintendente de
Al conmemorarse un año de su partida física,
Tomás y Federico Balestrini son hijos de su hermano Alvaro, quien compartió el fanatismo de Alberto por el Club Atlético Vélez Sarsfield y los encuentros en su casa de niños en Ciudadela para almorzar junto a su hermana Alicia. Cabe destacar que el exjuez de Faltas llegó a ser presidente del equipo del oeste de
“Siempre volvían a la casa de la tía Alicia en Ciudadela”, relatan los jóvenes, y añaden: “Ahí vivieron toda la vida ellos”. Los encuentros en la localidad del sur de Tres de Febrero eran una especie de ritual de los tres hermanos, que se mantuvieron con sus familias ya formadas, y que después de compartir la comida continuaban con el viaje al estadio José Amalfitani en familia “para gritar los goles de Vélez”.
Se les quiebra la voz a los chicos al hablar de su tío. En la conversación, sólo una vez es mencionado el “ACV”, por boca de Tomás. “Pasó lo que pasó” es la expresión que más repitieron los mellizos para referirse al accidente. La relación familiar se mantiene, pero, por una cuestión de edad, es con los nietos de Alberto con quienes tienen más cercanía, y no directamente con sus hijos.
“Mi tío nunca metió a la política en la familia, ni a la familia en la política. No hay ningún familiar nuestro que sea funcionario o algo, y en las reuniones nunca hablaba de política”, dice Tomás, quien ahora milita en el peronismo de Morón como parte de la agrupación Ramón Carrillo, en la que comenzó su tío, pero en terruño matancero. Su hermano Federico refuerza estos comentarios y señala: “Era muy chistoso, cuando nos juntábamos se la pasaba jodiéndonos”.
La casa de Ciudadela, que funcionaba como cumbre de los encuentros, mutó: pasó de tener las paredes empapeladas con imágenes de Perón y Evita a sumar al ex-vicegobernador en los murales. Un santuario íntimo, en el lugar donde Alberto dejaba a la política en la puerta y se entregaba a la familia.
TOMAS: “Me llena de orgullo, no sólo dejó bien parado al apellido”
De los dos sobrinos de Alberto Balestrini que tomaron a la política como estilo de vida, Tomás es quien llevó sus pasos directamente hacia el peronismo. Milita en la agrupación Ramón Carrillo, en Haedo (Morón). Es la misma organización en la que comenzó su tío, pero en otro distrito. “Cuando pasó todo fue cuando empecé a tener un poco de conciencia de lo que fue él como dirigente político”, explica Tomás. De esa manera señala que “antes no le había dado mucha bola a la política; por ahí estaba enterado de cosas, pero era muy chico, también”. En ese sentido explica que “lo que compartía mucho era una relación muy personal, no tenía la noción de lo que era mi tío en la política”. Agrega: “Eso lo valoro mucho”; y remarca que “su carrera política no interfirió en las relaciones personales con la familia”.
En tal sentido amplía: “Lo que más me gustó de él fue que nunca haya metido su carrera en la familia. Nunca lo mostraba dentro de la familia, nunca tenía una charla por teléfono con otro dirigente mientras estábamos comiendo en casa, en las fiestas; nunca, nada. No tenía noción de lo que era, al Alberto político no lo veía en su casa o en la cancha gritando los goles de Vélez”. “Cuando escucho que se nombra a mi tío, me llena de orgullo; no sólo dejó bien parado a todo el apellido”, cierra Tomás, quien apuesta a una carrera en la política siempre y cuando se pueda construir “una sociedad más justa”.
FEDERICO: “No es normal que a un político que ya no está se lo quiera tanto”
Si bien Federico también se muestra interesado por la política y el trabajo social, llevó sus esfuerzos hacia la vida del Club Atlético Vélez Sarsfield, para participar de la agrupación Juventud del Círculo El Fortín. Desde el sector llevaron ayuda recientemente a vecinos de
En ese sentido, y a pesar del desapego político que tuvo la familia Balestrini durante algunos años, el sobrino remarca que “somos una familia muy política, desde parte de mi abuelo ya, nos interesa ayudar al otro desde donde se pueda”. Agrega que “nosotros (Tomás y él), de chico mamamos eso. Era un deber, más que nada, seguir ese legado de mi tío, y ojalá podamos seguir sus pasos; sería un honor hacer más grande aún el apellido Balestrini en el ámbito que sea”.
Por último, respecto del legado de Alberto, explica que “no es normal que a un político que ya no está se lo quiera tanto. Algo dejó en el peronismo, en la política, en gente que no lo conocía pero que veía las cosas que hacía por