"Cuando papá murió no pudimos enterrarlo en un cementerio judío porque la religión, no acepta el suicidio. Lo ubican en un lugar apartado, es bastante cruel. A mí siempre me quedó esa cosa de saber que a él le hubiera gustado estar con sus papás, en el cementerio de La Tablada", comenzó el relato Barbie.
"Tuve un novio que fue muy importante en mi vida, y creo que toda persona en tu vida aparece por algo, y siempre se lo voy a agradecer, y gracias a él conocimos al Admor, que es como un maestro de rabinos y una especie de medium, que tiene el poder de conectar con las personas que no están", explicó.
"En una de las veces que fuimos a verlo nos cuenta de que había recibido un mensaje de mi papá de que todavía no había encontrado la luz", prosiguió.
"Nos pregunta dónde estaba enterrado, le contamos la historia y nos dice 'no tu papá no quiere estar ahí, van a hacer esto, esto y esto, y van a trasladar el cuerpo. Tu papá tiene que estar junto a sus padres en el cementerio que él hubiese querido, tenía su lugar", agregó muy emocionada.
"Eso implicaba abrir el cajón después de 16 años, y él nos dijo que lo íbamos a encontrar en perfectas condiciones. Imaginate se tiró de un piso 13 y habían pasado tantos años", siguió.
"La cosa es que fuimos, hacemos el procedimiento pero yo decidí quedarme afuera cuando abrieran todo porque tenía miedo. A mi hermana la escuché llorar, llorar a mares pero a la vez, con una sonrisa enorme. Ella me dijo que estaba intacto, y que tenía hasta los pelos de las cejas", explicó.
Tomás y todos los que estaban en el píso se quedaron helados, ante los dichos de Barbie, y apenas pudieron decir palabra.
Barbie concluyó: "Ahí, con mi hermana, pudimos despedirnos porque era nuestro papá. El mismo de siempre".