La Tecla
Todos los derechos reservados
“Viene Mar del Plata y después viene Berisso, en ese orden”, comentan desde la gobernación bonaerense para graficar cuál es el nivel de sensibilidad que vive el distrito de
Claro está, la principal diferencia entre las comunas más complicadas reside en un punto clave. Berisso no recibió una crisis, como fue el caso de Carlos Arroyo en
El primero fue a los seis meses de asumir, el segundo, al año, y así siguió. Cada pedido, en momentos de pagar el aguinaldo, el salario y cancelar deudas con los proveedores. Ahora, el quinto y último pedido fue la gota que colmó el vaso. Desde Provincia se giraron siete millones de pesos y una serie de medidas a tomar.
En los primeros seis meses de gestión de María Eugenia Vidal fueron muchas las comunas que expresaron alguna complicación. Sin embargo, el número disminuyó, y en junio de 2018, solamente siete distritos solicitaron ayuda. Entre ellos, por quinta vez consecutiva, se encontró Berisso. La ecuación es simple: no presentaba una emergencia al asumir, se lo ayudó ante cada pedido y la crisis llegó con el andar de la gestión. Algo no funcionó.
Con dicho escenario se puso la mirada en el hombre a cargo de las finanzas municipales, Alberto “Beto” Amiel, y en Jorge Nedela, quien nombró a 99 funcionarios durante su gestión. Por ello, Amiel, jefe del PRO local, fue desplazado de su cargo y -obviamente, no podía quedar marginado del organigrama- pasó a ser jefe de Gabinete. Allí, quien perdió fue José “Cacho” Méndez, mano derecha y practicante fiel del “sí, Jorge, tenés razón” durante los últimos años de su participación política; al punto que le otorgaron la salida decorosa de ser el secretario privado de Nedela. Vale destacar que Méndez fue quien, después de la última ayuda de Provincia, declaró públicamente que el municipio se encontraba quebrado.
Al área económica llegó un funcionario foráneo, con un recorrido de bastantes kilómetros y un manual con medidas a tomar (ver aparte). Se trata de Daniel García, con pasado en las municipalidades de Vicente López, Quilmes y Florencio Varela. Incluso, en su primera entrevista, le manifestó a Berisso a Diario que la meta era sacar adelante “a la municipalidad de Vicente López, de Berisso, perdón...”. La declaración llegó a calle 6, donde quien debía ser la solución a los problemas, ya trajo un dolor de cabeza.
En la comuna niegan de todas las maneras posibles la intervención de
La situación de la gestión de Nedela es más que complicada, e incluso se habla de una posible interna en 2019, al igual que ocurre en Mar del Plata. Así, entre la quiebra declarada por la mano derecha del alcalde y la intervención, Berisso no logra salir del camino de la crisis.