La Tecla
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Dueño de una personalidad desfachatada, Marcelo “Gillespi” Rodríguez logra en el escenario desplegar sus múltiples facetas con el sonido clásico del jazz y misteriosas sonoridades electrónicas. El artista pasó por el teatro Metro de La Plata con su show Jazz Funk Grooves. Allí presentó su música de siempre y parte de su último material: Desayuno en Ganimedes. Además brindó gentilmente una entrevista.
-¿Cómo fue el proceso creativo del disco que presentás?
-Sin mandarme la parte, cuando hacés música instrumental y trabajás un poco en el lenguaje de este tipo de música, componés en miniaturas de música, con ideas que voy armando en la compu. Yo soy muy introvertido, de alguna manera, en esa etapa del disco. Después ha pasado que me llevo ese material a un estudio y lo magnificamos de alguna forma. Ahí aparecen otras situaciones, como el tema de los instrumentos. Por ejemplo: yo tengo a Sebastián Peycere en batería y él microfonea de manera especial, a “su” manera. También, en cada disco hay participación de artistas, como Pedro Aznar, Javier Malosetti, que han hecho intervenciones con el bajo. De todas maneras, siempre trato de que tenga la impronta de lo que es la maqueta hogareña.
-¿Cómo es laburar con Alejandro Dolina?
-Hacer el programa con el “Negro” Dolina te cambia bastante la perspectiva de las cosas, porque él tiene un montón de seguidores jóvenes, aunque también de todas las edades. A veces no hablo con el “Negro” porque él se manda una charla profunda en el medio del programa. Ayer, por ejemplo, habló de Napoleón.
(Sorprendido) Hablate de Bill Gates, de Steve Jobs, hablate de Shakira… Pero en el tipo, siempre están los griegos, Napoleón. De todas maneras, la gente agradece eso; no por nada, desde hace treinta años hay un programa con un conductor que habla de filosofía, con un conductor que escucha tango, te clava Gardel todos los días… Bueno… inexplicable.
-¿Cómo te sentís en el rol de escritor?
-La experiencia del libro fue buena para la editorial, fue buena para mí. Yo no soy una fábrica de escribir libros, por el contrario, soy un tipo muy poco profesional en la materia. Hay es-critores que tienen su profesión. Yo los escribí disfrutando del proceso.
-Después de esa experiencia como escritor, ¿estás trabajando para lanzar un libro nuevo?
-Hay una idea de ha-cer otro, porque en mi caso, el libro es como una especie de calidoscopio de cómo es el rock en la Argentina; entonces, ahí están el “Flaco” Spinetta, quien tuvo conversaciones conmigo; Ceratti, Charly García, Fito Páez, David Lebón, Roberto Petinatto, gente de Las Pelotas, Daniel Melero… Es una gran conversación acerca de nuestro rock con una línea de tiempo bastante extraña, porque, a la vez, está mechada mi historia; pero no de tal forma que es una biografía, está contada la historia en la medida que yo fui partícipe de charlas y anécdotas con esos músicos. La realidad es que tengo más, tengo cosas con Andrés Calamaro, Ricardo Mollo, Dino Saluzzi; entrevistas que yo les hice en la radio, también. A los Illya Kuryaki, también los puedo incorporar en el próximo libro, que se tendría que empezar a armar de a poco, porque también tiene que tener un formato literario, que tenga alguna belleza en el relato, en la forma de contar. Un poco yo, humildemente, lo trato de hacer.