La Tecla
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En los últimos días,
En definitiva, en el inicio del año e incluso antes que Cambiemos entre en la grave crisis financiera que comenzó en abril y no logró esquivar en los meses posteriores, el peronismo comenzó a delinear estrategias electorales cuando la coyuntura aun mostraba una cierta conflictividad para la oposición. De esa manera, una rama del pejotismo ligada directamente al kirchnerismo y la conducción de Cristina Fernández, preparó un armado propio
Así, buscaban tener una opción electoral para la mesa de discusión y en caso que se debatan solamente tres variables, contar con un plus desde el Instituto Patria. En ese momento, se barajan las posibles candidaturas de Martín Insaurralde, quien tiene su ambición personal desde que perdió en 2013 contra Sergio Massa; más un precandidato kirchnerista duro; y un último puesto para un representante del PJ-K.
De esa manera, desde
A su vez, la estrategia firmada en el seno de la comuna de
Por caso, después del acuerdo entre la alcaldesa y el ex precandidato a Vicegobernador, la matancera comenzó a tener mayor presencia política y mediática con fuertes críticas a la gestión Cambiemos. En ese marco, con la grave crisis que afectó al país y que elevó el valor del dólar a precios impensados de la mano del Riesgo País, Magario aprovechó para buscar posicionarse en una interna que suma y suma nombres con intenciones de ser aspirantes a la gobernación.
Ese fue el punto de quiebre. Si bien el matancero devenido a diputado no lo dice, desde su entorno marcan que las apariciones de Magario y el vuelo propio que tomó, generó malestar en el ex Intendente que se sintió dejado de lado por su compañera, quien dejó de mencionar a “Fernando” en cada aparición para hablar a título personal. Vale recordar que, desde las elecciones 2017, Espinoza perdió poder territorial. Por caso, fue marginado del Partido Justicialista bonaerense y en la rosca del nucleo K fue desplazado por Máximo Kirchner quien negocia cara a cara con Insaurralde. El vuelo de Magario sería el último cachetazo para un Espinoza en caída libre.
A eso hay que sumar la aparición de nombres como Axel Kicillof (diputado por
Espinoza sabe que nadie aceptaría tener a dos matanceros en la interna provincial y que uno debe quedarse en el distrito pero no quiere ser él a pesar de haberlo aceptado. En ese sentido, por lo bajo, comenzó con la rosca en el mundillo político. “Verónica se queda”, dijo al pasar en las últimas reuniones del PJ. Como quien no quiere la cosa, deslizó en varias oportunidades que Magario iría por la re-elección comunal. Algo que desestiman en la comuna, que no da definiciones de ningún tipo, ni locales ni provinciales.
Así, comenzó a buscar adeptos en el camino por desplazar de la disputa a su compañera y subirse en su reemplazo. “Ya no sabemos que hacer, está empecinado que tiene que ser él y de ahí no sale”, comentó un legislador a
En definitiva, todavía golpeado por la perdida de poder desde que fue eyectado del PJ bonaerense, Espinoza buscó la manera de mantenerse en la disputa a costa de quien sea, al menos con algunos residuos de la rosca política.
No obstante, la soledad del ex titular del PJ bonaerense pegó fuerte en el seno de la misma estrategia de Espinoza que ya dio cuenta de acusar los golpes de los propios legisladores e intendentes que lo dejaron en soledad.
En ese sentido, y como si nada hubiese ocurrido, Espinoza levantó a Magario al volver a pedir por Cristina Fernández como candidata a Presidenta. Claro está, a pesar de cambiar su postura, Espinoza no deja de asegurar que ganaría
“Las encuestas dicen que, tanto Verónica Magario como yo, estaríamos ganando la provincia de Buenos Aires, pero lo más importante es la unidad de los distintos sectores de la sociedad que están muchísimo peor que hace tres años”, sostuvo Espinoza con un discurso renovado.
La soledad del diputado nacional lo obligó a buscar una nueva estrategia y hacer las paces con su compañera de vida y política. Igualmente, Espinoza rechaza el baño de humildad que le reclaman los legisladores e intendentes, y nuevamente insiste con anteponer las aspiraciones personales por sobre las elecciones.