Según informó Presidencia, Macri y Vidal llegaron al municipio bonaerense de Roque Pérez cerca de las 9hs de mañana, para recorrer las obras que se realizan en la cuenca del río Salado.
El objetivo de la obra es profundizar y ensanchar el cauce del Salado, de modo de evitar inundaciones y recuperar miles de hectáreas productivas en la provincia de Buenos Aires. Y el objetivo de la visita es fortalecer la imagen de Macri, como sucede desde hace un tiempo.
Volviendo a las obras hay que decir que corresponden al Tramo IV de la Cuenca del Salado, que consiste en la adecuación, ensanche y profundización del cauce del río, lo que, según estimaciones sociales, está beneficiando a 95.000 personas.
El plan maestro de la Cuenca del Salado es la obra hídrica más importante de la provincia de Buenos Aires, con el que estiman que serán saneadas un millón de hectáreas, según la información de Nación.
Vale destacar que el jefe comunal local, Juan Carlos Gasparini, es de los peronistas que mejor relación tiene con la gobernadora Vidal, más allá que el mandamás local remarque siempre de manera contundente su condición de opositor.
Con dicho panorama, el Jefe de Estado se mostró distendido tras su viaje por Asia y se permitió realizar un chiste sobre su apodo político: "El Gato". En definitiva, bromeó: "Qué particularidad esto. Que Vidal y Macri, el gato, terminan las obras del arroyo El Gato. Es una cosa bastante particular".
Tras romper el hielo con una humorada, Macri admitió que el país todavía "está atravesando los coletazos de 2018”
De esa manera, puntualizó sobre las obras y remarcó: "Estas obras son las bases para construir ese país que todos queremos, sin negar las dificultades que tenemos. Todavía estamos atravesando los coletazos de 2018. Pero la diferencia es que hoy ya tenemos una economía que empieza a ordenarse".
Además, destacó la importancia de su última gira oficial, durante la que visitó Vietnam y la India acompañado de unos 100 empresarios, "la mayoría dueños de pequeñas empresas que nunca habían viajado". "Estaban enloquecidos, y ya empezaron a vender", contó.
"Les podemos vender muchísimo, no solo productos como granos sino también, por ejemplo, dulce de leche. Son grandes oportunidades de llevar el trabajo argentino al mundo. Y las tenemos ahí, nosotros podemos. Tenemos que seguir trabajando en la línea en la que vamos. Seguir ordenando nuestras cosas, no esperar que los de afuera vengan a arreglarnos nuestros problemas. Y sentarnos siempre a dialogar, ver qué cosas estamos haciendo mal y que tenemos que dejar de hacer. Y dar esa discusión con honestidad, diciendo la verdad, no mintiéndole más a la gente de que las cosas pueden ser gratis y después las terminamos pagan mal", cerró.