Las diversas crisis confluyen en un punto común que resalta lo político como la causa original. Poner la macroeconomía en orden supone la aplicación de una política de ajuste que se fundamenta en congelar el gasto, disminuir los ingresos y mantener la recaudación lo más alto posible.
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De acuerdo al recetario del FMI, que siempre pone su mira en lo macro determinando estrategias de contracción monetaria y de recesión, nuestro país alcanzó el déficit 0 , pero con el costo que supone aumentar la pobreza, la desocupación, la caída de la actividad económica, la inflación. Como contraparte registra un aumento de las exportaciones en razón del mejoramiento de la tasa de ganancia de los agentes a raíz de la devaluación del 2018.
Una buena cosecha completa un cuadro objetivo que despezada a la Nación, en islas productivas independientes que fragmentan la idea de unidad nacional . Nuestro país, hoy no tiene ni un plan económico, ni un plan de desarrollo. Tiene un buen rendimiento productivo en el campo, que inclusive no puede volcar totalmente en un mercado interno que se achica. Y la palabra "industria" desde diciembre del 2015 es palabra ausente en el discurso oficial.
Esta administración, que sorprende, por su impericia ante errores demasiado obvios. Ha puesto sus mejores expectativas desde que asumió en una avalancha de invesiones que no se ha producido. Por el contrario, sufre la fuga de divisas, que inclusive sufrió el gobierno anterior. Un capitalismo financiero muy volátil, se mueve con miedo cuando advierte que no cierran las cuentas, y aunque Trump, le de una palmada en el hombro a Macri, no pueden evitar la caída de los bonos argentinos en los mercados financieros, por temor a un default. En la Argentina se huye del peso y en los mercados internacionales se huye de los bonos del Estado Nacional.
Curioso e interesante a la vez; detenerse en esta fisura dentro del bloque hegemónico mundial; operadores financieros que se ajustan a la rigurosa lógica del capital y le hacen caso omiso al FMI y al Departamento de Estado.
Inclusive, el Fondo también juega su prestigio en este apoyo al gobierno de Macri; y su Pta. Lagarde tiene que cuidar su precandidatura presidencial. La reciente experiencia Griega, con la subordinación de Alexis Tsipras puso en ejecución un plan de ajuste que duró diez años. Es importante observar que la soberanía queda restringuida por los acuerdos con el organismo, y sobre todo, lo que se exige, requiere de disciplina política además de económica y financiera.
A pesar de todas las promesas las inversiones no llegaron en el volumen esperado. Esa es la gran quimera y la gran frustración de Cambiemos en el gobierno. En el mundo de hoy que puso una pausa a la globalización, hay un retorno a la territorialidad y un comercio mundial dominado por la rivalidad EEUU vs. China. En este escenario nuestro país quedó colgado de la aspiración de Hilary Clinton que no logró realizarse.
Al comienzo dijimos que el punto común de todas los tipos de crisis era la política. Y efectivamente así lo es en la medida que una decisión financiera y económica es política. Es decir, establece una intervención en la relación entre Sociedad, Gobierno y Estado. Es indudable que el PRO que asomó como una oferta novedosa neoconservadora, se convirtió en la gestión de gobierno en una máquina de errores, carencia de autoridad , falta de convicción, e incapacidad de sostener una propuesta que venía a ser una síntesis superadora del peronismo , y del radicalismo. Y para colmo de sus consensos, atacó con políticas de restricción y castigo fiscal a sectores populares y medios, incluyendo a la burguesía industrial y comercial nacional.
Por lo menos, la mitad de la población los percibió en el 2015 como una alternativa de final de época del peronismo/kichnerismo y el comienzo de una nueva. Hubo una intención refundacional, que hoy se ve reflejada patéticamente en que en varios distritos del interior del país, enfrentan las elecciones bajando el cartel de Cambiemos. Hubo etapas en estos casi cuatro años. Pero podemos distinguir claramente que el punto de inflexión ante la opinión pública fue en diciembre del 2017 con la ley previsional, y además con algo que ocurría y que no era visualizado por la sociedad : los mercados financieros le cerraron la ventanilla al gobierno nacional. Ese era el comienzo de la aceleración de la crisis actual que provoca incertidumbre, falta de credibilidad, y urgencia de cambio.
(*) Titular de la consultora Ricardo Rouvier & Asociados