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Redacción
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La Iglesia le manda un mensaje a Vidal por el juego online: “Una postura problemática y nociva”
La Comisión Episcopal de Pastoral Social retomó el documento de la Comisión de Drogadependencia que en 2018 se había manifestado en contra de la iniciativa. "El juego de azar mueve negocio para unos pocos", apuntó.
La Comisión Episcopal de Pastoral Social emitió un comunicado que apunta de lleno contra la habilitación del juego online en la provincia de Buenos Aires, una arista que la gobernadora bonaerense María Eugenia suele poner a un costado cuando habla de su lucha contra el negocio del juego en territorio bonaerense.
En particular, la Pastoral Social manifestó su preocupación por el crecimiento de la oferta del juego de azar en sus diferentes variantes y puso el foco sobre lo que ocurre en la jurisdicción Cambiemos motorizó un proyecto resistido por el peronismo.
La Pastoral tuvo en cuenta la advertencia de la Comisión de Drogadependencia de la Conferencia Episcopal Argentina de fines de 2018. “La legalización de las apuestas online se proyecta como una postura problemática, inoportuna y nociva para Buenos Aires, el Gran Buenos Aires y todas las provincias de nuestro país. Es un problema grave que atraviesa a toda nuestra Argentina”, remarcaron.
#Compartimos el #mensaje de la Comisión Episcopal de #PastoralSocial sobre la problemática de la #Ludopatía
"No basta con asociar el juego con destino benéfico, sino que se trata de erradicar la cultura del azar para reemplazarla por la #Dignidad del trabajo"@PastoralSoc #CEA pic.twitter.com/1A5uFqgJtd
— Conferencia Episcopal Argentina (@PrensaCEA) July 16, 2019
En esta línea, la CEA sostuvo que el “juego de azar es un negocio que mueve gran cantidad de dinero para beneficio de unos pocos en detrimento de muchos, especialmente de los más pobres a quienes muchas veces el agobio lleva a probar salidas mágicas que terminan sumiéndolos en mayor pobreza y desazón”.
Así, remarcan: Han proliferado los casinos, los bingos, unidos al negocio de las máquinas tragamonedas, aun en cercanías a barrios pobres. También se han multiplicado las ofertas de juegos de apuestas en locales de lotería. Internet hace emerger nuevas y cada vez más masivas formas de juego. El avance de los juegos de azar en línea pone el peligro especialmente a los más jóvenes, con una escasa barrera de acceso a los mismos”, se semana en el documento.
La afirmación se contrapone a la lucha que dice encarar María Eugenia Vidal, quien en diferentes programas de televisión ha salido a destacar que en su mandato no se abrió ningún bingo más, por caso uno que estaba por abrirse frente a La Salada. Sin embargo, la Iglesia no ve con buenos ojos el juego online.
La advertencia el año pasado había generado un fuerte cruce con la Gobernación. Entonces, aclaró que la inclusión del tema en la Ley Impositiva busca que ese sistema “pague impuestos” y adelantó que “sin duda” apoyará una iniciativa que prohíba esa actividad.
El comunicado completo
Ya en el Documento "Hacia un Bicentenario en justicia y solidaridad 2010-2016", los
obispos hemos señalado con preocupación que "en todo el país se ha multiplicado la
oferta del juego de azar", con referencia a una actividad de carácter lucrativa, privada o
estatal, lo cual puede favorecer actitudes adictivas. Es necesario comprender que son
comportamientos que muchas veces se vinculan con el deterioro de las condiciones de
vida personal y social, en contextos de dificultad económica y aumento de la falta de
oportunidades.
Han proliferado los casinos, los bingos, unidos al negocio de las máquinas tragamonedas,
aun en cercanías a barrios pobres. También se han multiplicado las ofertas de juegos de
apuestas en locales de lotería. Internet hace emerger nuevas y cada vez más masivas
formas de juego. El avance de los juegos de azar en línea pone el peligro especialmente a
los más jóvenes, con una escasa barrera de acceso a los mismos.
La Comisión de Drogadependencia de la CEA, advertía a fines del año pasado, “La
legalización de las apuestas online se proyecta como una postura problemática,
inoportuna y nociva para Buenos Aires, el Gran Buenos Aires y todas las provincias de
nuestro país. Es un problema grave que atraviesa a toda nuestra Argentina.”
El juego de azar es un negocio que mueve gran cantidad de dinero para beneficio de unos
pocos en detrimento de muchos, especialmente de los más pobres a quienes muchas
veces el agobio lleva a probar salidas mágicas que terminan sumiéndolos en mayor
pobreza y desazón.
La situación social y económica por la que atraviesa nuestro país demanda para los barrios
más pobres políticas públicas que promuevan el desarrollo integral de los jóvenes y de la
familia que les permita confiar en el trabajo honesto como camino de construcción de
futuro. No basta con asociar el juego con el supuesto destino benéfico de algunas cargas
fiscales, sino que se trata de erradicar la cultura del azar para reemplazarla por la
dignidad del trabajo
Las graves consecuencias personales, familiares y sociales del juego
La ludopatía es una enfermedad emocional de naturaleza progresiva. La Organización
Mundial de la Salud (OMS) la define como "un trastorno caracterizado por la presencia
de frecuentes y reiterados episodios de participación en juegos de apuestas, los cuales
dominan la vida del enfermo en perjuicio de sus valores y obligaciones sociales, laborales,
materiales y familiares".
La falta de esperanza, de un proyecto de vida, la baja estima de sí mismo, van generando
dependencias que limitan la libertad de las personas.
El Papa Francisco advertía: “Cuando falta la esperanza, de hecho, falta la vida; y entonces
algunos van en busca de una existencia engañosa que le ofrecen los mercaderes de la
nada. Esos venden cosas que producen felicidades momentáneas y aparentes, pero en
realidad te meten en calles sin salida, sin futuro, verdaderos laberintos existenciales. Las
bombas destruyen los cuerpos, las dependencias destruyen las mentes, las almas, y
también los cuerpos” , animando en ese mismo discurso a que la universidad realice una
“contribución de estudio para prevenir y contrarrestar la ludopatía, que provoca daños
graves a las personas y a las familias, con altos costos sociales”.
El Estado debe trabajar por la protección integral de la familia. El juego puede llevar a
una adicción que daña la comunión familiar, y puede llevar a su destrucción. Otro tanto
puede decirse de la compulsión a videojuegos, que se instalan desde muy temprana
edad en la vida de los más chicos, que también son parte de otros esquemas de negocios
y que crean también formas de adicción o dependencia vinculados en muchos casos con
la explotación de pulsiones violentas, individualistas e intolerantes.
Propuestas de acción
El rol del Estado es central en esta problemática. Por un lado, debe dedicar recursos
económicos para atender los efectos de esta adicción. Por otro, tiene que regular con
transparencia la actividad del juego de azar con límites de horarios y lugares de
funcionamiento, cuidando especialmente a los pobres. Es muy importante fortalecer la
moral del pueblo y evitar toda corrupción. La justificación de que la legalización de las
ofertas de juegos online reduce el juego clandestino o el supuesto destino para fines
sociales de lo recaudado no debe ser óbice para la protección por parte del Estado hacia
los grupos más vulnerables. Así como se ha prohibido o limitado fuertemente la
publicidad de otras adicciones (como el tabaco o el alcohol), debería hacerse lo mismo con
el juego, aún el “legal”, advirtiendo claramente sobre sus riesgos y consecuencias.
Es fundamental el papel de la educación y prevención. La familia, las comunidades
religiosas, las escuelas, los clubes; tenemos que mostrar la belleza de la existencia y fortalecer lazos afectivos y sociales. Hemos de fomentar espacios de encuentros
familiares, de amistad, festivos, deportivos. Si el adicto es un enfermo, hay que abrazarlo con ternura y ayudarlo a su recuperación.
Hay varios caminos posibles, según el grado de la patología y la necesidad de la persona.
Algunos requieren un tratamiento integral que incluya tres pilares: el médico-psiquiátrico,
la terapia psicológica y la integración en grupos de autoayuda (muchos de los cuales
funcionan en nuestras comunidades).
Nuestra actitud no es de condena a quienes sufren esta adicción, sino acogerlos y
alentarles a recorrer el camino de la libertad de toda esclavitud, porque “para ser libres
nos liberó Cristo” (Gal 5,1). Queremos también estar cerca de las familias y amigos de
quienes sufren esta patología, y que padecen muchas veces en silencio sin encontrar luces
en medio de tanta tiniebla.
La esperanza del cristiano está puesta en el Señor, el único que salva. No en soluciones
mágicas. Sabemos también que de Dios hemos recibido la tarea de trabajar para
completar su obra creadora, y así obtener lo necesario para la vida. El juego por dinero no
salva ni dignifica a la persona, sino que la daña seriamente a ésta y a su familia.
¡No permitamos que avance este lobo disfrazado de cordero!
#Compartimos el #mensaje de la Comisión Episcopal de #PastoralSocial sobre la problemática de la #Ludopatía
"No basta con asociar el juego con destino benéfico, sino que se trata de erradicar la cultura del azar para reemplazarla por la #Dignidad del trabajo"@PastoralSoc #CEA pic.twitter.com/1A5uFqgJtd