21 de septiembre de 2019
CAMPAñA
Por qué Kicillof se bajó del Clío
Como casi todas las semanas, Axel Kicillof ocupó el jueves y el viernes para las recorridas por el interior de la Provincia. En esta oportunidad, anduvo por la Cuarta sección, más precisamente por Leandro N. Alem, General Arenales y Florentino Ameghino (jueves) y por General Pinto, Lincoln y Bragado. Casi todo igual, salvo la ausencia del Clío.
Sí, en esta salida, la de ayer y antes de ayer, a diferencia de las anteriores, el ex ministro de Economía y su equipo de asesores no pudieron subirse al Kicimovil o Axel móvil, sino que viajaron en un Toyota Corolla y en un Volkswagen Vento. Seguramente viajaron más cómodos. Pero también es cierto que faltó algo, faltó mística. Es que el Clío es parte fundamental de la campaña.
Fueron varios los seguidores que tanto en Lincoln como en Bragado preguntaron por el Clío para sacarse una selfie. "A Axel es imposible acercarse, aunque sea nos queremos sacar una foto con el Axel móvil", dijo una señora de unos cuarenta y cortos, contenta por la visita del candidato a su ciudad, pero disconforme por la imposibilidad de acercarse a tocarlo, a decirle algo al oído.
Pero la señora no tuvo suerte. Tampoco pudo fotografiarse junto al Renault Clío. El problema esta vez no fue de la máquina (semanas atrás tuvo que pasar por el taller debido a que un fan se colgó de la puerta y la dobló), sino del dueño y conductor, Carlos Bianco, quien tuvo que parar –según señalaron allegados- por una lesión en el pie producida por el “duro embrague” del "viejo auto".
“Tiene la pata así”, dice uno de los muchachos que viaja en el Corolla y con las manos forma una pelota de fútbol imaginaria. El parte extraoficial habla de una tendinitis importante en el pie izquierdo, que podría estar (o no) curada para la semana que viene. La duda pasa por si en caso de no recuperarse el ex funcionario nacional y amigo de Axel cederá a otro chofer la responsabilidad de la conducción.