Durante las ùltimas 18 horas del viernes, los presos de Villa Devoto se amotinaron para exigir la liberaciòn anticipada de aquellos que están terminando sus sentencias como también la de los enfermos terminales. La idea es evitar la propagación del coronavirus y preservar a quienes deban permanecer en la institución.
Tras la subida de los internos al techo del Penal, el disparo de balas de goma y las heridas leves de 11 oficiales, las autoridades del Servicio Penitenciario Bonaerense, los representantes del Ministerio de Justicia de Naciòn y referentes de cada pabellón firmaron un acuerdo para darle fin al conflicto y lograr la apertura de una mesa de diàlogo con el fin de negociar los acuerdos pertinentes.
Entre los representantes de los pabellones que dieron el aval para el consenso, se encuentra Guillermo Antonio Àlvarez considerado uno de los homicidas más temidos en la historia policial argentina. En el presente, el sujeto cumple una condena de cuatro cadenas perpetuas por liderar una banda de "niños bien" que asesinó a sangre fría a Bernardo Loitegui (h.), María Andrea Carballido, el subinspector de la Policía Federal, Fernando Aguirre, y un compañero de celda en el viejo penal de Caseros.
En el 2015 Álvarez quedó en libertad por un tecnicismo legal y tras cumplir 25 años privado de su libertad. Sin embargo, una vez que estuvo en la calle, le robó 70 mil pesos a un hombre que salía de una financiera y fue apresado nuevamente.